El pasado 5 de enero, después de dos años de suspensiones totales o parciales, Rivas Vaciamadrid reanudó la tramitación de licencias de vivienda de obra nueva en el municipio. La medida, que ha marcado un antes y un después en el urbanismo de la ciudad, ha generado una fuerte polémica y se extingue ahora, sin posibilidad de prórroga, para dar comienzo a una nueva etapa. En este reportaje, Diario de Rivas analiza la cronología y los efectos de esta decisión polémica, y desvela qué ocurrirá a partir de ahora.

Rivas congela su crecimiento

El 11 de febrero de 2020, apenas unas semanas del confinamiento y la crisis del Covid-19, el entonces alcalde de Rivas Vaciamadrid, Pedro del Cura, lanzaba un mensaje: el Ayuntamiento dejaría de dar licencias para nuevas viviendas «hasta que no tengamos la garantía de licitación y de construcción de los centros educativos que necesita esta ciudad«. Lo hacía en una multitudinaria rueda de prensa, en los prolegómenos de la campaña de escolarización de cara al curso siguiente.

En aquel momento, los servicios jurídicos municipales estudiaban cómo frenar el crecimiento de Rivas Vaciamadrid, que veía cómo los servicios se quedaban cada vez más cortos ante el aumento imparable de vecinos y vecinas. La ciudad había pasado de 29.092 habitantes en 2000 a 70.840 en 2010, para alcanzar después ese mismo año 2020 las 95.202 almas. En otras palabras: había triplicado —con creces— su población en 20 años.

Sin embargo, los servicios públicos —educativos, sanitarios, transporte, deportivos, culturales…— no habían aumentado, ni de lejos, en la misma proporción. Desde el Gobierno local, tanto el entonces regidor, Pedro del Cura, como otras voces como la responsable de Urbanismo en aquel momento, Pilar Gabina Alonso, venían advirtiendo desde hacía años que «la ciudad que tenemos no es sostenible«.

«Nuestro municipio siempre se había distinguido por su calidad de vida: no hay más que ver los indicadores del INE, y lo atractiva que ha sido siempre para quienes han venido de fuera y también para los que nacimos aquí: la juventud ripense también quería quedarse a vivir en Rivas. Pero nos dimos cuenta de que habíamos empezado a hablar mal de nuestra ciudad, porque todo eso tan bueno que teníamos lo estábamos perdiendo. Es decir, la presión inmobiliaria estaba poniendo en riesgo nuestro modelo de ciudad», resume la actual alcaldesa, Aída Castillejo.

Una vez pasado lo peor de la pandemia, en julio de 2021, la anunciada suspensión de licencias urbanísticas de viviendas de obra nueva se materializó en el Cristo de Rivas, una de las zonas con mayor actividad de edificación de edificios residenciales. Y lo hizo no sin polémica. La medida pretendía frenar la construcción en este sector, uno de los más «tensionados» de la ciudad, para «repensar y redistribuir el planeamiento urbanístico» en este ámbito. Esta suspensión cautelar de licencias se amparó en la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, que prevé esta posibilidad para poder reorganizar el territorio, durante un año prorrogable a dos como máximo.

La medida, circunscrita en aquel entonces al sector Cristo de Rivas, provocó numerosas reacciones. La oposición criticó duramente la suspensión de licencias por considerarla «perjudicial para los vecinos y vecinas», y en especial para aquellos que ya habían adelantado dinero para adquirir viviendas que ahora se verían afectadas por la paralización. Jarama Desarrollos Inmobiliarios, titular del 99,3% de la Junta de Compensación del Sector B Cristo de Rivas, llevó al Consistorio a los tribunales, aunque finalmente el TSJM terminó avalando la legalidad de la medida.

‘Rivas, párate a pensar’

Una vez pasado aquel verano de 2021, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid anunció una consulta a la ciudadanía en la que preguntaba si esa paralización de licencias de obra nueva debía extenderse a todo el territorio de la ciudad. Bajo el lema ‘Rivas, párate a pensar’, se planteaba la cuestión del vertiginoso crecimiento de la ciudad, y se anunciaba la apertura de un debate sobre el futuro de la ciudad. En la votación participaron más de 14.000 vecinos y vecinas y el resultado fue afirmativo, con un 81,9% de participantes a favor del freno temporal a las nuevas viviendas. La consulta marcó un récord de participación en la ciudad, y fue también muy criticada por la oposición, que la tildó de ‘trampantojo’ y ‘pantomima’ para justificar la paralización de las licencias. Una paralización total de la vivienda de obra nueva en Rivas que se materializó en el Pleno del 25 de noviembre de 2021.

Conferencias, talleres, paseos por distintos puntos de la ciudad… Tras la consulta, se puso en marcha un proceso de recogida de propuestas por parte de ciudadanía, tejido asociativo y entidades para modificar el urbanismo de Rivas Vaciamadrid, mediante numerosas actividades. ‘Rivas, párate a pensar’ concluyó con más de 600 propuestas para plasmar en la nueva ordenación urbana de Rivas Vaciamadrid.

Ese año, y al margen de este proceso, Diario de Rivas organizó las jornadas ‘Rivas en la encrucijada: ideas para una ciudad sostenible’, en la que participaron decenas de representantes municipales, vecinales, del tejido empresarial (incluido el inmobiliario), expertos urbanistas (entre ellos el encargado del diagnóstico urbanístico previo a la modificación del PGOU, José María Ezquiaga) y líderes políticos locales. Fueron dos jornadas de intenso debate y puesta en común de ideas y reflexiones para mejorar Rivas Vaciamadrid.

Se abren las licencias para quienes ya las estaban tramitando: excepciones sí, pero con condiciones

Entretanto, continuaban las críticas de promotoras urbanísticas y ciudadanía que vieron cómo algunas promociones que habían solicitado su licencia de obra antes de la suspensión cautelar se quedaban en el aire. En octubre de 2021, antes de extender el freno a todo Rivas Vaciamadrid, Del Cura había abierto la puerta a tramitar las licencias de las viviendas que se encontraran en esa situación. Sin embargo, pasaron varios meses —concretamente, hasta julio de 2022— hasta que el Pleno municipal aprobó reanudar los trámites en estos casos. Se prorrogaba así otro año más la suspensión cautelar de licencias, aunque con desbloqueos parciales. Estas excepciones quedaban condicionadas a una parte determinada del territorio del Cristo de Rivas —en concreto, aquella en la que ya se sabía que no se iban a producir cambios en el uso del suelo en el futuro planeamiento urbanístico—, y así algunas promociones de viviendas que cumplían estos requisitos, aunque no todas, obtuvieron los permisos para comenzar las obras.

A finales de 2022, cuando el Pleno de Rivas tuvo que aprobar o rechazar si se prolongaba durante otro año más la suspensión de licencias, se introdujeron nuevos criterios de flexibilización. Según el Gobierno local, esta medida no suponía una ‘prórroga’ de la suspensión, sino la concreción de «medidas cautelares» que se mantendrían vigentes mientras se configuraba el nuevo ordenamiento de la ciudad.

Para entonces, Rivas Vaciamadrid ya conocía el diagnóstico urbanístico elaborado por el estudio de José María Ezquiaga, que prevé cambios significativos en el uso del suelo de varios sectores, especialmente en la zona cercana al cambio de lindes con Madrid, en el Cristo de Rivas. En lo referente a las licencias, y en línea con este planteamiento, se levantaban en este momento las restricciones en toda la ciudad, excepto en once sectores, la mayoría situados en esta zona del Cristo de Rivas y también en el Mirador Sur. La duración de esta suspensión cautelar se prolongaría otro año más, tal y como marca la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, hasta este pasado 5 de enero de 2024 (día siguiente de la publicación en el BOCM).

Freno a las viviendas y a la población de Rivas

El freno a la construcción de viviendas de obra nueva en Rivas en los últimos años ha tenido su efecto en el crecimiento de la población, que continúa aumentando, aunque a un ritmo ligeramente más lento. En este período, Rivas Vaciamadrid ha superado la barrera de los 100.000 habitantes. Sin embargo, el impacto real de la suspensión de licencias residenciales en el número de residentes aún no se ha reflejado del todo, ya que desde que una promoción obtiene la licencia hasta que se construye y se entrega suele pasar un período que ronda los dos años, por lo que sería a partir de ahora cuando se vería hasta qué punto el frenazo a la construcción ha impactado en su crecimiento.

En este período también se ha incrementado el precio de la vivienda en Rivas Vaciamadrid. Según algunos estudios, Rivas sería el municipio del área metropolitana donde más ha subido el precio del metro cuadrado. Mientras la oposición vincula directamente este fenómeno con la paralización de licencias, que ha reducido la oferta de vivienda de obra nueva en la ciudad, el Gobierno local argumenta que los precios han subido de manera generalizada, y no solo en Rivas, por lo que niega tal relación.

A su vez, el PP apuntó en varias ocasiones que el freno a la población obedecía a «miedo» del Gobierno local tras la victoria de su partido en la ciudad en las elecciones autonómicas de 2021: «Pensaron que los nuevos vecinos no les iban a votar», aseveró meses más tarde la portavoz del PP, Janette Novo.

Freno y reflexión: ¿qué ha supuesto la paralización de licencias para Rivas Vaciamadrid?

Ahora que ha concluido la suspensión de licencias, dos años después de su entrada en vigor, ¿cuál ha sido el balance de esta decisión? «Ha supuesto un desahogo en esa presión urbanística que sufría nuestra ciudad, y que también percibían los vecinos y vecinas, tal y como quedó reflejado en la encuesta. Frenar el crecimiento fue una medida valiente que buscaba salvar nuestro modelo, el que nos hace sentir orgullo por la calidad de vida que tenemos aquí. Esto no podía ser la ley de la selva; aquí no manda el ladrillo, sino los vecinos y vecinas que queremos decidir cómo va a ser nuestra ciudad», argumenta la alcaldesa.

«Lo que necesitábamos era parar para elaborar el plan que cierre nuestra ciudad, estudiando lo que queremos salvaguardar junto a nuestra ciudadanía. Hemos recibido más de 600 propuestas, y casi todas van en la misma línea: barrios abiertos, como Covibar; parques y zonas verdes; lugares de esparcimiento; comercio local… Incluso lo vemos en los presupuestos participativos, donde más del 90% de las propuestas tienen que ver con esto», resume Castillejo.

La alcaldesa de Rivas Vaciamadrid recuerda, asimismo, que «se levantó la mano con proyectos que ya estaban en ciernes». «Nunca parece un buen momento para poder tomar una medida como esta, y aun así hemos sido flexibles y tramitado algunas licencias, siendo sensibles con personas que ya estaban apuntadas a una cooperativa que llevaba muy avanzados los trámites. Por tanto, en estos años se ha seguido construyendo», apunta Castillejo.

Rivas reanuda las licencias de viviendas nuevas: y ahora, ¿qué?

Rivas Vaciamadrid retoma este mes de enero la tramitación de las licencias de obra nueva. ¿Qué va a pasar a partir de ahora? «Reanudamos la tramitación con el marco del Plan General vigente, que nos dice cuándo se pueden dar licencias y cuándo no. Hay zonas, las más tensionadas, como la zona centro y el entorno del barrio de La Luna (Cristo de Rivas), que necesitan que haya infraestructuras finalizadas para poder entregar más viviendas. Estoy hablando de los colectores y la desaparición de los tanques de tormentas, el traslado de la subestación eléctrica. Toda esta parte de urbanización tendría que estar ya finalizada y, hasta que no lo esté, es inviable dar más licencias, porque los colectores tienen la capacidad que tienen, según marca el PGOU. Por lo tanto, las solicitudes de licencia que vayan llegando se irán tramitando en función del cumplimiento de estos objetivos», indica la alcaldesa.

Y agrega: «Durante estos dos años solo han estado paralizadas las viviendas, pero en este tiempo podía avanzarse con estas obras de urbanización, como es el caso de la subestación eléctrica. Y el colector, que tendría que haber estado terminado en 2016, es fundamental, porque ya no da más de sí». En este sentido, la regidora anuncia una ronda de contactos con las empresas urbanizadoras para revisar cuestiones pendientes.

Castillejo menciona también la presión en los centros educativos, ahora que se abre el período de escolarización, y en materia sanitaria o de transporte. «Sin todos esos servicios es inviable que lleguen más vecinos, no solo por los que vienen sino también por los que ya están», añade. » Una vez dicho esto, obviamente, las solicitudes que cumplan con las condiciones se darán, como ya venimos haciendo en las zonas de la ciudad donde se está construyendo», concluye Castillejo.

La alcaldesa recuerda también que, en estos años de paralización de viviendas, además de las excepciones antes mencionadas, ha comenzado la construcción de 83 viviendas de alquiler para jóvenes de la EMV de Rivas Vaciamadrid en el barrio del Pinar (antes conocido como Montecillos), y se ha anunciado el comienzo de los trabajos para el VII Plan de Vivienda de la EMV de Rivas Vaciamadrid. «Abriremos todo el abanico de posibilidades, porque, si de verdad queremos incidir desde lo público en el mercado inmobiliario, debemos dar respuesta a la demanda de vivienda de compra, alquiler o alquiler con opción a compra», finaliza.