Vanessa Millán es la portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, en cuyo gobierno es concejala de Transición Ecológica. Además, es la consejera delegada de la Empresa Municipal de Servicios de Rivamadrid. Con esta entrevista, celebrada el pasado 14 de enero, Diario de Rivas continúa con el ciclo de encuentros con los representantes municipales de los distintos partidos para analizar la actualidad de Rivas Vaciamadrid.

Estamos en pleno proceso ‘Rivas, párate a pensar’. ¿Cuál va a ser la aportación de Podemos en este reto?

Rivas Vaciamadrid siempre ha puesto en valor sus servicios públicos. A medida que ha crecido la ciudad, vemos que hay servicios públicos que no se pueden afrontar, y no solo los municipales, sino otros de competencia autonómica, como la educación y la sanidad. Y también desde el ámbito de la transición ecológica, cuya concejalía gestionamos, creemos que hay que reactivas las políticas medioambientales y tener una ciudad sostenible económica, social y medioambientalmente.

Según los datos de Rivamadrid, se ha producido un fuerte incremento de residuos en los últimos años. ¿Se han ‘roto las costuras’ de los recursos municipales para atender a la nueva ciudadanía?

Hemos venido reforzando el servicio a nivel de personal y presupuestario, pero ahora mismo lo estamos haciendo solos. En octubre de 2020 comenzamos un plan de economía circular para intentar reducir los residuos que la ciudadanía genera antes de ir a la segunda parte, que es el tratamiento de los residuos, donde queremos tener una gestión propia, porque hemos visto que lo que se hacía hace 25 años, que era enterrar la basura, es lo que se sigue haciendo por mucha ‘macroplanta’ que se construya. Nosotros formamos parte de la Mancomunidad del Este, estamos llevando los residuos a Loeches, y se han hecho esfuerzos en lo que se refiere al tratamiento del compostaje. Pero la primera parte, que es educar a la ciudadanía para separar las distintas fracciones (orgánica, envases…), no se está haciendo correctamente. Podemos llenar la ciudad de contenedores marrones, pero si la basura no está separada correctamente no sirve de nada. Por eso hemos emprendido un proyecto piloto, con el quinto contenedor, en el barrio de La Luna, que está teniendo una gran aceptación y en la que hemos recogido solo un 3% de residuos impropios. Eso nos motiva a continuar, pero hay que hacerlo por fases. En 2022 tenemos pendiente ampliar el contenedor marrón a un tercio del municipio, y lo haremos durante este trimestre y el último, para tratar de llegar a, al menos, un tercio de la ciudadanía.

La oposición ha criticado en numerosas ocasiones que el contenedor marrón ‘llega tarde’ respecto a otros municipios, que lo han implantado en toda la ciudad…

Llega tarde, ¿para qué? Si lo que queremos hacer es una campaña de marketing, como hacen en otros lugares, y llenar la ciudad de contenedores marrones, podríamos haberlo hecho desde el principio. Pero al final, en el resto de municipios (y yo agradezco a la portavoz del PP sus palabras al respecto, en la entrevista concedida a Diario de Rivas, donde elogiaba la política que estamos llevando a cabo) no había mejores resultados que aquí por el hecho de tener más contenedores marrones.

¿Han decidido ya las zonas de Rivas a las que se va a extender el contenedor marrón?

Aún no. Comenzamos haciéndolo en la zona donde había mayor nivel de concienciación social, en base a los resultados del proyecto Rivas Recicla, pero aún no sabemos en concreto en qué barrios continuará en 2022.

Ha mencionado también la planta de tratamiento de Loeches. ¿Qué ha supuesto para Rivas llevar los residuos allí, en lugar de a Valdemingómez?

En términos económicos ha supuesto 2,5 millones de euros, aproximadamente, de subida de tasa de residuos. Algo que ni la propia Mancomunidad del Este tiene claro cómo se va a recaudar, porque se habló de cobrar un recibo único para todos los municipios, pero aún no se ha decidido nada. Y medioambientalmente ha supuesto otro cambio: la planta de Valdemingómez la tenemos aquí al lado, y solo el impacto de la marcha de los camiones hasta Loeches, en tiempo y distancia, hace que necesitemos más camiones y más trabajadores, y eso también tiene un impacto presupuestario.

En algunas zonas nuevas de Rivas ha habido quejas por la ubicación de los contenedores, o por la insuficiencia de ellos cuando se entregaba un nuevo bloque de viviendas…

Es que antes, cuando se entregaban viviendas, éramos los primeros en saberlo y podíamos planificar los servicios que necesitaba la nueva población. Con la nueva Ley del Suelo, la primera que aprobó Díaz Ayuso en su mandato, no tenemos conocimiento de la entrega de viviendas y llegamos, a veces, después que los vecinos. En la zona de Los Montecillos necesitamos que toda la zona esté terminada para ubicar los recintos y contenedores, contando también con la unidad de Tráfico de la Policía Local. Para eso necesitamos saber cuándo se entregan las viviendas, pero, como decía, la Ley del Suelo ha cambiado las reglas del juego. Además, hay cosas que la ciudadanía no sabe, como por ejemplo que los contenedores tienen que estar ubicados a la derecha, lo que condiciona su ubicación.

Se han hecho campañas para reducir los ‘puntos negros’ donde se depositaban residuos y enseres de manera incontrolada. ¿Qué se ha conseguido?

En 2021 se ha realizado un trabajo ingente. Hemos puesto puntos limpios de proximidad, un punto limpio móvil para reducir la saturación de los dos puntos limpios fijos, hemos abierto dos áreas de compostaje comunitario, que se ampliarán también en 2022…

¿A qué barrios?

Ahora mismo están en la zona centro y el barrio Oeste y la idea es llegar a la zona del pueblo y del barrio Este. Pero en principio tenemos una previsión de entre 4 y 8 compostadoras comunitarias para 2022.

En cuanto a los huertos urbanos, la demanda ha sido muy superior a la oferta de bancales, a pesar de que va a empezar a funcionar uno nuevo en el barrio de La Luna…

Está ya a punto. Hemos publicado el listado de personas adjudicatarias y a lo largo de febrero recibirán sus primeras formaciones. Hay una gran demanda y por tanto no podemos quedarnos en estas dos instalaciones (sin contar el de la Casa de Asociaciones o los que crecen en los colegios de la ciudad), y también los ampliaremos en 2022.

Una representación municipal viajó a Valencia para conocer el modelo de cara a dotar a la ciudad de un ecoparque. ¿Qué ha quedado de aquel viaje?

Seguimos trabajando en el marco de nuestro propio Plan de Economía Circular, que a finales de febrero cerrará sus jornadas participativas, y recogerá las propuestas de ciudadanía, empresas, expertos, etcétera. En Valencia lo que vimos y aprendimos es que los municipios trabajan de manera coordinada, que es lo que demandamos en la Comunidad de Madrid. No podemos hacerlo solos. Estamos pensando en un ecoparque que sirva para que tengamos soberanía en el tratamiento de los residuos, pero no podemos hacerlo solos: necesitamos el apoyo de la Comunidad de Madrid, del Estado y de los fondos europeos. En este último caso, hay una parte destinada a la parte de residuos y nuestros técnicos trabajan para solicitar esas ayudas. Hemos solicitado fondos para la mejora de los puntos limpios y las áreas de compostaje, porque tenemos la idea de poner más en marcha.

¿Se ha mejorado la seguridad en el punto limpio tras la denuncia de los trabajadores?

Es verdad que los puntos limpios a veces son un foco de robos del material que se deja en ellos. Por eso estamos reforzando las medidas de seguridad, como la ampliación del muro, y estudiando otras, que dependerán del grado de eficacia que vayamos observando. Incluso estamos trasladando ideas de mejora de unos puntos a otros, recogiendo otros objetos que pueden ser llamativos en los puntos limpios fijos, que ofrecen más seguridad, para poner coto a estos incidentes, que no son exclusivos de nuestros puntos limpios, sino que suceden en la práctica totalidad de instalaciones de esta naturaleza.

Varios sindicatos han pedido durante el año pasado refuerzos de plantilla y de recursos en Rivamadrid, y mejora de condiciones laborales.

Rivamadrid, durante la pandemia y Filomena, ha hecho un excelente trabajo y ha reforzado todas las horas posibles de esfuerzo de su personal. Por desgracia, el Covid no va a desaparecer, al menos de momento, y Rivamadrid conlleva muchos servicios: es jardinería, es limpieza, es residuos, ahora también nos ocupamos del mantenimiento del parque de viviendas de la EMV…

Que también pide que se amplíen los recursos…

Claro, con lo cual, necesitamos más personal. De hecho, en el último consejo de administración aprobamos convocar la bolsa de empleo en el primer trimestre de este año…

Va con retraso.

Es verdad, pero en el último consejo ya se aprobó el reglamento para que se convoque en este primer trimestre de 2022.

¿En cuánto calcula el refuerzo que se producirá como consecuencia de ello?

Dependerá de la situación sanitaria, de los servicios que tengamos que asumir… Hay edificios que se incorporarán en el último semestre del año y ahí también reforzaremos la limpieza. Depende de las necesidades del servicio.

Además de la bolsa de empleo, hay puestos de trabajo de Rivamadrid que se están canalizando a través de Infojobs, algo que ha sido criticado por parte de otros representantes políticos. ¿Por qué se hace así?

Nosotros transmitimos la información a la Agencia de Colocación en muchos casos. Es cierto que hay determinadas ofertas que por el tipo de empleo y por su concreción o necesidad de rapidez, hemos recurrido a otras plataformas, pero estamos trabajando para que la cobertura de puestos se realice con la bolsa de empleo que convocaremos en el primer trimestre de este año, y a través de la Agencia de Colocación municipal.

Otra de las consecuencias del crecimiento de la ciudad, que han criticado ecologistas y otros colectivos, es el impacto del urbanismo en el Parque Regional del Sureste. El 75% del término municipal de Rivas Vaciamadrid pertenece a este espacio protegido. ¿Cómo van a incorporar esta perspectiva desde Podemos, como parte del gobierno?

Estamos a una. Es cierto que el impacto en el Parque Regional tenemos que abordarlo de forma conjunta, no en solitario desde el yauntamiento, sino con los ayuntamientos que forman parte del parque, los colectivos ecologistas, que tienen mucho que aportar. Y luego incidiría en la Ley Omnibus, que modifica 45 textos legales de un plumazo, y que, además de recoger auténticas barbaridades como el ataque al sector del taxi, permite construir a la ligera en zonas especialmente protegidas. Es algo que no solo hay que tratar desde el Ayuntamiento de Rivas sino desde otros municipios implicados y desde la Asamblea de Madrid.

¿Cree que la ciudad, entonces, no debería crecer más?

Nosotros lo que hemos abierto es un proceso participativo para preguntar a la ciudadanía qué opina al respecto. Creemos que ha llegado el momento de plantear este debate, cuando vemos que la calidad de los servicios públicos puede verse comprometida. Cuando alguien llega a Rivas, queremos que tenga un colegio para llevar a su hijo o hija, que por la tarde pueda disfrutar de las actividades deportivas o ir al centro cultural o a la escuela de música. Pero si vemos que esa capacidad se desborda y que queremos que nuestros servicios públicos sigan siendo una referencia en todo el Estado, tenemos que preguntar a la ciudadanía qué es lo que quiere para su ciudad.

¿Hay alguna ubicación pensada para el futuro ecoparque?

Lo estamos estudiando. Es algo que hay que concretar como gobierno. El alcalde también cree que la soberanía en el tratamiento de residuos es esencial para no depender del Ayuntamiento de Madrid, que debe dinero a Rivas por la descontaminación del antiguo vertedero. Por eso queremos estudiar, también con expertos, cuál es la mejor opción para Rivas.

La planta de Ecohispánica sigue ahí. ¿Se va a desmantelar, a reconvertir…? ¿Cuáles son sus planes?

Nos hemos comprometido a hacer un estudio, porque la tecnología que se instauró en un principio está obsoleta. La planta ahora mismo está en alquiler, no forma parte del Ayuntamiento, pero si tenemos la posibilidad de que sirva para dar algún tratamiento a nuestros residuos, tendremos que estudiarlo. Esa tecnología que en un principio se instauró ha sufrido diversos cambios y, con ayuda de los expertos, tenemos que valorar si es útil y mejora el tratamiento de los residuos. En 2022 queremos tomar una decisión al respecto.

¿Qué papel va a jugar el arbolado en el nuevo plan general?

Estamos en etapa de presentar los presupuestos, con lo cual ya tenemos la planificación de 2022. El plan de Economía Circular ‘con R de Rivas’, en el que hablamos de parques y jardines, quiere convertir a Rivas en una de las ciudades de vanguardia en materia ecológica. En 2022 se va a demostrar; hay un plan en el que el arbolado forma parte importante. Aquí menciono los alcorques vivos, que llenarán de color la ciudad, y Rivas siempre ha sido conocida por su apuesta por el arbolado. De hecho tenemos un reconocimiento como una de las 120 ciudades que mejor cuidan su arbolado del mundo.

El medio ambiente era la razón que esgrimió el Gobierno para implantar las Zonas de Bajas Emisiones en los colegios, además de la seguridad vial. ¿Cómo valora la medida?

Hasta ahora las Zonas de Bajas Emisiones, que son un proyecto muy ambicioso de este gobierno y lo hemos hecho en todos los colegios a la vez, está funcionando muy bien. No ha habido ningún debate más allá de los cambios, que al principio a todos nos cuestan. Además las Zonas de Bajas Emisiones hay que establecerlas por ley y ahora falta la segunda fase, que es ampliarlas al resto de la ciudad.

¿Cuál es la hoja de ruta de Podemos, desde el gobierno de Rivas, para lo que queda de legistatura?

Nosotros gestionamos la Concejalía de Transición Ecológica y Rivamadrid, además de la del barrio Este, donde mi compañera Amaya Gálvez trabaja en la dinamización del barrio. Nuestra hoja de ruta se basa en lo que plasmamos en el programa político con el que nos presentamos a las elecciones, no solo en estas áreas donde tenemos la competencia, sino en otras partes fundamentales. Por ejemplo, en la Cañada Real, queremos facilitar que se cumpla la hoja de ruta del pacto para que se pueda desmantelar y realojar a las personas, y mientras tanto se les garantice su derecho a tener luz. En nuestra apuesta, la transición ecológica es uno de los ejes más importantes, después de lo que nos ha enseñado el Covid, y es transversal a todas las concejalías. No debe de ser solamente de la concejalía de Transición Ecológica, sino que debe ampliarse a otras y hacerlo conjuntamente. Aquí mencionaría también a las comunidades energéticas en las que estamos trabajando; esperemos que antes de que acabe la legislatura podamos llevarlas a cabo y ser un municipio energéticamente sostenible, con la máxima soberanía posible. Bajar la factura de la luz es algo que beneficia a la ciudadanía en general. Y Rivas Vaciamadrid es el único municipio de la Comunidad de Madrid donde se compra directamente la energía. Creo que también vamos a ser uno de los primeros municipios que se conviertan en comunidad energética. Pero a mí no me gusta hablar de planes, hasta que no sean una realidad.

Queda un año y medio para las elecciones. ¿Cree que Podemos podrá mejorar los resultados de los últimos comicios en Rivas Vaciamadrid?

Es verdad que queda mucho aún, pero al final es poco tiempo. Las elecciones ya casi están aquí. Nosotros estamos demostrando que la izquierda puede gobernar unida. Hemos hecho frente a una de las mayores crisis que ha vivido el país, y por supuesto este municipio, y lo hemos hecho bien. Yo barajaría la fórmula de esa apuesta por la izquierda. Como partido no sé a qué pactos o coaliciones se llegará, porque para eso queda mucho, pero desde luego la apuesta de Podemos es seguir siendo una parte importante del gobierno y del municipio, y hacerlo con la mayor fuerza posible y nuestros valores.

Podemos Rivas concluyó la anterior legislatura sumido en una profunda crisis. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

Podemos es un partido relativamente nuevo: en breve cumplimos ocho años. Como ocurre en todos los partidos y quizá más aún en los nuevos, tenemos que aprender de los errores. Y yo creo que hemos cometido errores; no pasa nada por decirlo. Pero ahora mismo, a nivel local, el partido se ha asentado. Y estamos centrados en el objetivo de trabajar en los problemas del municipio, con las plataformas y asociaciones que los abordan; nosotros queremos hacernos eco de esas reivindicaciones. Afortunadamente tenemos una plataforma de Emergencia Educativa cuyo trabajo podemos ayudar a reforzar, al igual que la Plataforma Rivas con la Sanidad Pública, donde también ayudaremos para que esas reivindicaciones lleguen a las instituciones. En definitiva, seguiremos trabajando con la sociedad civil para que esas reivindicaciones se conviertan en realidad.

Otras entrevistas:

Janette Novo (PP de Rivas Vaciamadrid): «No hay intención en la Comunidad de perjudicar a Rivas, sino una mala planificación de la ciudad»

Jorge Badorrey (Ciudadanos): «Si el enlace de Rivas con la M-50 no se construye esta legislatura, será un fracaso estrepitoso»

Mónica Carazo (PSOE Rivas): «Era obligado parar y repensar nuestro modelo de ciudad»

Aída Castillejo (IU-Equo-Más Madrid): «Estamos orgullosas de los últimos 30 años de gobierno en Rivas»

Pedro del Cura, alcalde de Rivas Vaciamadrid: «Limitaremos la velocidad a 30 km/h en todas las vías urbanas de la ciudad»