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Antonio de la Peña, concejal del PP en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Antonio de la Peña, concejal del PP en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid (©Diario de Rivas)

Diario de Rivas prosigue con el ciclo de entrevistas a los distintos grupos políticos para abordar los problemas medioambientales de Rivas Vaciamadrid. En esta entrevista, el edil del PP Antonio de la Peña analiza la gestión de los residuos, el transporte sostenible y los retos ambientales de la ciudad.

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Desde el pasado mes de diciembre, Rivas ha vuelto a verter en Valdemingómez después de hacerlo durante cinco años en Alcalá de Henares.
Nosotros, hace varios años, comentamos que teníamos varias opciones. La Comunidad de Madrid no obligó a Rivas a llevar las basuras allí. Lo que dijo la Federación Madrileña de Municipios fue: puesto que ustedes se han salido de Valdemingómez, tendrán que incluirse en una de las mancomunidades. Y, de hecho, a nosotros, por cercanía, nos venía mejor la de Pinto. El problema de llevar la basura a Alcalá de Henares es que los cubetos se iban a colmatar y la aportación de una población tan grande como la de Rivas iba a acelerar el proceso.Además, la huella ecológica que hemos dejado llevando nuestros camiones a Alcalá es muy superior a la que estábamos dejando al verter en Valdemingómez, porque los camiones de basura utilizan unos 60 litros de combustible cada cien kilómetros: es decir, una barbaridad de CO2 que hemos estado tirando al medio ambiente, que, con mucho, perjudicaba más que ese supuesto daño que íbamos a hacer llevando la basura a Valdemingómez. Desde el punto de vista de transporte, ir a Alcalá de Henares y volver supone 70 kilómetros, entre ida y vuelta, cuando a Valdemingómez son apenas ocho. Por tanto, la de Alcalá era una solución parcial que iba a requerir otra acción posterior. Por otro lado, además, estaba otra situación, y es que, si alguien solicita permiso al Pleno para llevar las basuras a Valdemingómez, y pide lealtad institucional, no parece muy estético que luego rompa de forma unilateral ese acuerdo plenario, decida unilateralmente llevar la basura a Valdemingómez y que todos los demás grupos municipales nos enteremos por la prensa de que eso ha ocurrido. Desde ese punto de vista, el Gobierno ha roto la lealtad institucional, ha faltado a la transparencia y ha falseado la decisión del Pleno. Por tanto, criticamos también la manera de tomar las decisiones, aunque, sin duda, medioambientalmente hablando tiene mayor huella ecológica llevar la basura a Alcalá de Henares. Creo que aquí el Gobierno municipal, pero no este, sino también los anteriores de Izquierda Unida, tiene una esquizofrenia brutal: no quiere enfrentarse al problema de que los ripenses tiramos un kilo de basura al día y somos casi 90.000 vecinos, o sea, 90 toneladas. Ese es el problema de gestión. Evidentemente, a un médico no le gusta quitar una pierna a su paciente, pero si está gangrenada la tiene que cortar. Cuando estás en el poder, tienes que tomar decisiones aunque sepas que no van a gustar a la población pero que, por coherencia, debes adoptar.

La decisión se ha tomado con la condición de que no se incineren los residuos de Rivas. ¿Está su grupo a favor de esta medida?
Es verdad que incinerar de cualquier manera no es bueno, pero no es menos cierto que la incineración es la solución que se está adoptando en países a los que miramos como paradigmas medioambientales como son Finlandia, Suecia, Noruega, Alemania, etcétera. Por tanto, no hay una solución medioambiental única para todos los casos. Dependiendo de dónde se esté se tendrán que adoptar unas acciones u otras. Creo que la incineración en Valdemingómez no es lo ideal. Ahora, igual que digo esto, si alguien tiene una solución mejor, que la ponga encima de la mesa.

El PP de Rivas Vaciamadrid ha propuesto que se abra la planta de tratamiento de residuos de Ecohispánica. ¿Estarían a favor de dejar de llevar los residuos a Valdemingómez y llevarlos a esta instalación?
Como ya comentó nuestro portavoz, José Antonio Riber, no tiene mucho sentido que tú tengas una planta de I+D+i en experimentación y haya unos resultados con unos informes que señalan que no es tan peligrosa como dicen. Por lo menos, desde el punto de vista técnico y científico. Si nos hemos gastado 15 millones de euros, creo que hay que rentabilizar esa solución. Si bien es cierto que uno de los problemas que tiene esta planta es que, desde el punto de vista económico, es más caro utilizarla, pero lograríamos varias cosas. Primero: es obvio que la huella ecológica del transporte de basuras se reduciría. Eso hay que valorarlo porque uno de los problemas ambientales más importantes es la cantidad de nitrógeno y CO2 que lanzamos al medio ambiente con nuestros camiones. Otro de los aspectos es que esta planta, por lo menos, logra reducir un 80 por ciento el volumen de basura a tirar. Desde ese punto de vista del tratamiento del suelo, ahorra espacio, que es vital; de hecho, uno de los problemas medioambientales más importantes de este municipio, con muchísima diferencia, es el espacio.

¿Cómo afecta este hecho a Rivas?

Este municipio prácticamente tiene un setenta por ciento de parque regional; queda, por tanto un treinta por ciento para hacer cosas. De ese resto, hemos ocupado gran parte del suelo en urbanismo puro y duro: edificios, colegios, calles… Hace poco, se habló del problema del cementerio. Ya no tenemos sitio para hacer el cementerio donde querríamos y tenemos que llevarlo, con un permiso especial, para que nos dejen utilizar terrenos del parque regional. Eso es sintomático: el espacio es finito. Y lo que es seguro es que no vamos a poder llevar basuras al parque regional. Igual que nosotros no queremos tirar basuras en nuestro municipio, ¿por qué van a querer Alcalá o Loeches? ¿O es que sus ciudadanos son diferentes a la hora de gestionar los recursos? ¿Qué se está haciendo para gestionarlos en distintas zonas de Europa? Pues que cada pueblo se coma su marrón. Si yo genero tantas toneladas y tanta huella ambiental, he de solucionarlo yo, porque es muy fácil coger los residuos y llevarlos a otros sitios. ¿A que eso se vería como justo? Pero, ¿dónde hacemos eso?

Entonces, en su opinión, ¿la solución para Rivas es la planta de Ecohispánica?
No es la mejor de las soluciones pero, hoy por hoy, con la situación que tenemos, no está mal hasta que haya una solución mejor. Los problemas medioambientales no son estáticos sino dinámicos, que se manejan con tres variables: sociedad, economía y ecosistema. Los tres sistemas se modifican en el tiempo y de sus interacciones surgen unas propiedades emergentes que son diferentes al conjunto y que varían con él. Yo puedo decir lo que va a ocurrir hoy y lo que va a ser bueno para dentro de unos años. Posiblemente, esta conversación dentro de cien años sea una barbaridad, porque habrán variado enormemente estos tres subsistemas. Pero, hoy por hoy, la solución que tenemos pasa por intentar resolver el problema del espacio. Eso sí que es un problema medioambiental.

¿Cómo ve los avances de la estrategia hacia el ‘residuo cero’?
Eso es lo ideal. Tarde o temprano, tendremos que llegar a los cinco cubos y, seguramente, dentro de cien años, en vez de cinco, habrá que poner siete. La tecnología y la ciencia lo dirán. Pero, desde un punto de vista de pura gestión, no estamos preparados para ese paradigma. No tenemos las infraestructuras, no tenemos las plantas de tratamiento específicas para esas infraestructuras, y falta educación ambiental. Si yo te digo que, en vez de coger una bolsa, uses cinco para separar, si ya tenemos problemas para diferenciar entre lo amarillo, lo verde y lo azul, imagínate cuando le digas a la gente que tiene que separar entre lo amarillo, lo verde, lo azul, lo naranja y lo rojo. Y, encima, explicarle a la gente que lo naranja será lo orgánico; lo verde, el vidrio; lo amarillo, plásticos y metales; rojo, productos sanitarios y hospitalarios; y el azul, el papel y el cartón. Y dentro de unos años, alguien dirá que es una barbaridad juntar papel y cartón. Iremos caminando con el tiempo y cada vez lo haremos mejor. Pero hoy no tenemos las infraestructuras. Ni siquiera Rivamadrid está preparada para hacer eso. Falta maquinaria, personal, educación.

Rivas fue premiada hace poco por separar bien los residuos.
Obviamente, este tipo de asuntos preocupa más a la gente joven. Pero no porque los mayores no estén concienciados, sino porque se educa ahora más en edades más tempranas.El municipio de Rivas es un joven, con una baja edad media. Es una cuestión más de hábitos que de ciencia.

¿Qué cambiaría en materia de gestión de residuos?
Hay que trabajar para lograr ese ideal de los cinco contenedores. Hay que hacer una valorización de los residuos. O sea, ver realmente qué cantidad de basuras hay y en qué lugares se echan. El polígono industrial tendrá un tipo de residuo diferente a los barrios residenciales. Tienes que adaptar cada punto de recogida de basura al tipo de residuo que se está generando. Una vez que sepas en cada punto qué porcentaje tienes, tienes que adaptar esos puntos de recogida para que el proceso sea el adecuado. Y eso es un proceso en cadena porque, además, debes adaptar el sistema de gestión de basuras con circuitos de transporte diferentes para orgánicos, plásticos o tóxicos.

¿Los que hay ahora no funcionan?
Todo es mejorable. Hace año y medio entró Rivamadrid como elefante en cacharrería a cambiar los giros de las plazas para que luego los cubos se movieran un metro. Y el problema no está tanto en los cubos sino en el urbanismo. Es que Rivas ha generado su propio monstruo urbanístico. Las calles son como son y los camiones no entran. Los circuitos de recogida se hacen difíciles. Te vas a la ronda de Gijón y por las aceras no pasa un carrito de bebé y apenas pasa el camión de la basura en cuanto hay un coche aparcado. Cuando planeas urbanísticamente el suelo, debes pensar en ese tipo de problemas. Y vamos a tenerlos, porque hemos hecho un urbanismo que va a dificultar muchísimo la recogida de residuos o el transporte público. Es un problema de raíz. Gestionar el suelo es importantísimo porque hay que optimizarlo y saber qué hacer con él. Una vez que planeas un urbanismo sobre un espacio estás condicionando aspectos que aparentemente son secundarios pero que tienen mucha incidencia en la opinión pública, como el transporte o la recogida de residuos, sin ir más lejos.

Antonio de la Peña, concejal del PP en Rivas Vaciamadrid

Antonio de la Peña, concejal del PP en Rivas Vaciamadrid (©Diario de Rivas)

Se van a instalar medidores de calidad del aire, financiados con fondos FEDER, y la Comunidad acaba de presentar su protocolo anticontaminación. ¿Es una buena medida?
El problema de la calidad del aire pasa por varios puntos. El primero tiene que ver con poner zonas de control para saber lo que pasa. Yo propuse la instalación de estaciones meteorológicas. Hace un par de años, pasó un tornado por ronda de Gijón y no se pudo medir nada porque el medidor más cercano estaba en Getafe. También son necesarias estaciones de medición de pólenes para tratar las alergias. Lo que quiero decir es que es necesario conocer los datos de lo que está ocurriendo. Por la propia constitución de Rivas, en la confluencia de dos ríos, esto suele canalizar de forma evidente el movimiento de las masas de aire. Igual que el río baja por sus aguas, las vegas son utilizadas por el viento para moverse. En ese sentido, Rivas es afortunada porque no tiene una atmósfera muy estable en cuanto al movimiento del viento y se limpia rápidamente el cielo. Desde ese punto de vista, no creo que tengamos nunca grandes picos de contaminación por vehículos. Rivas tiene un plan desde 2007 por el que nos tenían que haber dado los datos para conocer cómo iba la evolución de la contaminación para que, en el 2030, lográsemos una huella de carbono cero. Esto hay que medirlo año a año y no lo tenemos. Rivas Ecópolis, que tenía esta como una de sus grandes propuestas estrella, no lo hizo. Hemos perdido ya muchos años para conocer la situación. En Rivas, mucho me temo, la incidencia de la contaminación vendrá derivada de las calefacciones de nuestras casas, casi seguro, aunque desconozco los datos, porque aquí  tiramos mucho de sistemas tradicionales de calefacción. Como, además, crecemos en población, proporcionalmente se incrementa el metro cuadrado en superficie y, seguramente, ese valor va a seguir aumentando. Y evidentemente, los coches van a seguir contaminando.

¿No es partidario entonces de medidas como la reducción de la velocidad?
Más allá de lo que establezca la seguridad vial, no. Porque los motores de los coches, en función de la velocidad, tienen una forma óptima de funcionar, en la que contaminan menos y son más eficientes en la producción de trabajo, y reducen su huella ecológica. Y no todos los motores tienen su óptimo a treinta kilómetros por hora.

Rivas es un municipio muy dependiente del coche. ¿Qué medidas proponen para fomentar el transporte sostenible?
Evidentemente, para lograr un transporte que contamine menos, tenemos que hablar del concepto de diversificación. No es posible una solución de un transporte generando un único medio de locomoción. Habitualmente, los problemas medioambientales se solucionan con su disgregación, separando los problemas. Bicinrivas es una solución buena, pero no la mejor. Los transportes en bicicleta han tenido éxito en Ámsterdam porque es una ciudad plana. Pero Rivas es un municipio que está lleno de cuestas y cerros. La solución para mí sería hacer un transporte de superficie adecuado a lo que tenemos. No podemos seguir teniendo los autobuses de La Veloz de 60 plazas porque no se adecúan a lo que necesitamos. No entran por las calles, contaminan mucho y cuestan más. Hay que tener autobuses más pequeños que se metan por las calles, que sean capaces de funcionar con el medio eléctrico. Seamos sensatos. El transporte interno de este municipio es responsabilidad de este municipio. Creo que hay cierto interés en que siga estando en manos de la Comunidad para poder echarle la culpa a otro. Y no, la culpa es tuya: ten tu propio transporte, gestiónalo tú y hazlo a tu medida. Diversifica el transporte según tus necesidades. A lo mejor, Rivas puede meter un autobús grande que te lleve de las lagunas del Campillo al barrio de La Luna, pero, para callejear por el Chico Mendes, necesitamos autobuses pequeños u otro tipo de transporte adaptado. Tenemos que adaptar nuestros vehículos y diversificar para nuestras necesidades.

¿Es viable tener un sistema municipal de transportes en Rivas?
Claro. Lo que pasa es que hay que gastarse dos millones de euros y eso supone priorizar. Evidentemente, supone quitarlos de otras cosas. Pero si el problema del transporte es el que más preocupa a la ciudadanía, a lo mejor es donde hay que meter el dinero. Como miembro del Partido Popular, no me duelen prendas en decir que se puede subcontratar el servicio, como se hace con otras tantas cosas. ¿No vamos a hacer así el cementerio y el polideportivo? ¿Qué línea roja traspasa el transporte en ese aspecto cuando es la principal preocupación de los ciudadanos? Si para problemas secundarios vemos que la gestión mediante colaboración público-privada es buena, ¿por qué para este no? No se puede considerar que sirve para unas cosas y para otras, no. Si no quieren, que lo hagan con Rivamadrid y así es todo público. Que den cursos de formación y pongan tantos conductores como sean necesarios. Ya veríamos como habría gente dispuesta a pasarse al colectivo de conductores. Pero para eso hay que destinar un dinero. Hay que ser conscientes de que un problema como este nos va a costar dinero todos los años en los presupuestos. Yo prefiero gastarme el dinero en eso y no en ‘pepelitos’, que costó lo que cuesta el sistema de transporte en Rivas.

¿Qué opina del problema de los vertidos ilegales en el entorno de la Cañada Real?
El problema de la Cañada Real y de los vertidos es interesantísimo. Creo que la solución pasa por el cambio de lindes. Y debe ser cuanto antes. Para ese cambio, hay que ser conscientes de que la situación es la siguiente: tiran residuos en el término municipal de Madrid, pero se afecta directamente al término de Rivas. Al señor que vive en Hortaleza o el barrio de Salamanca, la basura que hay a este lado de la M-50, no le afecta. Y como no le afecta, no lo siente. Y como no lo siente, no le preocupa. A nosotros, nos afecta, nos preocupa y nos duele. Es verdad que el cambio de lindes es complejo. El último fue el de Covibar y se tardó unos siete años. Tiene que pasar por un acuerdo plenario en ambos municipios, y luego tiene que pasar por la Asamblea de Madrid. Cuanto iniciemos este proceso, muchísimo mejor, porque seremos los responsables de las basuras que nos tiran, serán nuestros policías los que podrán llegar allí para evitarlo, podremos recoger el residuo… Es verdad, nos vamos a hacer mayores, pero es una responsabilidad que vamos a poder resolver nosotros, sin tener que reunirse, ni depender de nadie. Además, no solo eso, sino que, además, estaremos en camino de solucionar otros problemas que vienen aparejados al cambio de lindes, como la jurisdicción policial, por ejemplo.

Como dice, es un proceso largo. ¿Qué se puede hacer mientras tanto?
Con el marco actual, es muy difícil actuar, porque siempre vamos a necesitar que el Ayuntamiento de Madrid vaya a limpiar sus vertidos. Y eso que ahora gobiernan partidos del mismo signo político. Y el problema siempre va a estar de este lado de la M-50. La solución la vamos a tener que poner nosotros. Y, cuanto antes nos hagamos cargo, antes se va a solucionar. En política, cuando se dice una cosa, hay que hacerla. Si el borrador del plan de la Cañada lleva dos años, el trámite de cambio de lindes podría haber empezado ya, y llevamos todo este tiempo de retraso. ¿A qué esperamos? Es más, podría llegar a ocurrir que las conversaciones, por cambios de gobierno en ambos municipios, resultaran afectadas. En teoría, ahora políticamente es más fácil, ¿no? Pues hagámoslo cuanto antes. Si sabemos perfectamente dónde está la nueva linde. Está clarísimo, pero a Madrid no le importa nada porque no lo sufre.

¿Cuáles son las prioridades medioambientales en Rivas para el PP?
Desde Medio Ambiente, hay que analizar el plan urbanístico. Hay que optimizar este territorio y saber qué queremos hacer y dónde. Nos queda muy poco territorio para hacer lo que debemos. En segundo lugar, transporte interno, no externo. Nuestro. De nuestra responsabilidad. Yo seré el culpable y no tendré que decir que otros no me hacen. Así se acabará la discusión. Y, después, el Parque Regional del Sureste y la biodiversidad. Tenemos el 70 por ciento de este municipio que es parque protegido. El Parque Regional del Sureste es una figura compleja, con anillos de protección concéntricos en los que se pueden hacer o no determinadas cosas. Posee 185 especies de aves, 17 especies de mamíferos, cuatro de anfibios y siete de reptiles. Es dificilísimo encontrar un lugar, tan cerca de un núcleo urbano como Madrid, que tenga esa cantidad de biodiversidad. Biodiversidad que se puede explotar, en el sentido del ecoturismo como algo que está creciendo en todos los países del mundo y da mucho dinero. Hoy da mucho más dinero poner un espacio para ver un oso que pegarle un tiro a un oso. ¿En qué ciudad de Europa se puede ir en Metro a ver una laguna con más de un centenar de especies de aves? Sería fundamental poner en valor la biodiversidad. Tenemos más de mil especies arbóreas. Y, después, una cuestión que me preocupa muchísimo es la gestión del agua. No tanto si el agua se bebe o no, o si se usa para regar. Hoy en día, está demostrado que no es recomendable regar los macrófitos o plantas grandes y árboles con agua regenerada porque les daña sus tejidos y hacen que se caigan. De hecho, Inés Sabanés —delegada de Medio Ambiente en Madrid— ha dicho que no se riegue con agua reciclada en el parque de El Retiro. Son dos los problemas. Por un lado, el árbol crece y lo hace robusto; por otro, al estar en parques, en vez de profundizar y tirar para abajo, las raíces se extienden a los lados. Cuando hace viento, se produce un efecto sombrilla y el árbol, como no está anclado al suelo, se levanta y se cae. Esto no lo sabíamos nadie y nos empezamos a dar cuenta ahora. Por eso, habrá que empezar a ver qué zonas pueden regarse con aguas recicladas y cuáles, no. Regar con agua no reciclada ayudará a la confección del tronco leñoso y no se romperán tan fácilmente.

¿Qué le parecen las obras del Canal de Isabel II en el municipio?
Mal no está y tampoco les voy a echar culpa, porque el estudio que cito es de 2018. En medio ambiente, los sistemas son dinámicos. Lo que hoy creemos que es bueno, a lo mejor, mañana no lo es. Es bueno tener un sistema de estas características, pero habrá que ver qué se riega con este agua y qué ocurre con estas infraestructuras en el futuro. Y hay otra cosa importante, relativa al urbanismo de esta ciudad. Las construcciones se han edificado perpendiculares a la pendiente y no paralelas. Eso va a provocar que cada cierto tiempo tengamos inundaciones, como ya tuvimos con el arroyo de Los Migueles. Tenemos un estanque de tormentas en la Cañada Real. Me preocupa la gestión del agua. Hay que tener tremendamente bien cuidada la red de alcantarillado de este municipio.

¿Y lo está?
No lo sé porque no he entrado. Lo desconozco. Tendríamos que tener muy cuidado ese asunto, porque el problema aflorará cuando se inunde. Fíjate en zonas del municipio en que se forman charcos enormes, como, por ejemplo, la plazoleta de avenida de Los Almendros con ronda de Oviedo. Se inunda de forma sistemática cuando llueve. Eso suele ser característico de que el alcantarillado o ya no traga, o no es suficiente. Y esto es por la dirección en la que se ha construido. Desde un punto de vista geológico es muy evidente. La única solución es el mantenimiento. Otro aspecto que me preocupa es la cantidad de zonas con terreno de echadizo de tierra que podemos encontrar en zonas de Rivas. Por ejemplo, podemos ver que se llevan multitud de camiones a la zona del Cristo de Rivas. No son terreno natural. En esas zonas no se debe construir porque puede haber problemas de hundimientos por deslizamiento de tierra como hemos tenido en el pasado. Eso por no contar que esa práctica en el Cristo de Rivas está arruinando las zonas de anidación de los abejarucos, que son aves protegidas, porque se tapan los agujeros de la ladera donde se asientan. No sé si anidarán este año. ¿Cuándo se verán esos problemas? No lo sabemos, pero el agua se va filtrando y va desgajando el terreno. Eso se ve muy bien en el parque del Oeste de Madrid, si nos fijamos en cómo crecen los árboles en la calle de Irún. Y es porque el terreno se está deslizando. Y esto está pasando en Rivas.

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