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Inés de Nicolás, presidenta de Rivas Contaminación Zero

Inés de Nicolás, presidenta de Rivas Contaminación Zero (©Planeta Rivas)

La asociación Rivas Contaminación Zero comenzó su andadura hace cerca de dos años, a raíz de las movilizaciones contra el incendio del vertedero ilegal del Camino de la Leña, ahora restaurado, que llenó de humo Rivas y Vallecas durante casi veinte días. A lo largo de este tiempo, esta entidad ha emprendido acciones judiciales contra los responsables de distintos vertidos ilegales y continúa combatiendo este desastre medioambiental que ahora muestra su peor cara en la zona limítrofe entre Rivas Vaciamadrid y Vicálvaro. Planeta Rivas entrevista a su presidenta, Inés de Nicolás, que analiza la lucha de la entidad contra los vertidos a lo largo de los dos últimos años. La asociación celebrará una asamblea abierta a la ciudadanía este miércoles, 31 de mayo, a las 19.00 en la Casa de Asociaciones.

¿Cómo se creó Rivas Contaminación Zero?

Surgió a raíz de una protesta que se convocó de forma anónima en 2015, porque llevábamos nueve días con un incendio en el vertedero del Camino de la Leña, al otro lado de la carretera de Valencia, a menos de un kilómetro de distancia del núcleo urbano. El viento traía el humo y los olores a la altura del Parque del Encuentro, y afectó brutalmente a toda la gente que vive en la Cañada y a los vecinos de Covibar, Pablo Iglesias, Barrio de la Luna… Llegó también a la zona de Los Artos y el Ayuntamiento. Fueron veinte días infumables; no se podía respirar y además coincidió con una ola de calor tremenda: no se podían abrir ventanas ni de noche ni de día. Al noveno día, estábamos todos ya crispados y se convocó en las redes una concentración en la plaza del Ayuntamiento, a la que fuimos unas 90 personas. Se quedó en difundir una convocatoria para el siguiente domingo, y ese día protestaron en la plaza entre 1.500 y 2.000 personas. Era una cuestión de supervivencia: no podíamos respirar. Acudieron el alcalde y el concejal de Medio Ambiente y abrieron una dependencia para tratar de hacer una asamblea abierta. La gente no cabía en la sala, que es inmensa, ni en el ‘hall’. Los que nos habíamos reunido días antes habíamos puesto una mesa para recoger datos de gente que quisiera luchar por la causa. Ese día nos dejaron 512 correos electrónicos. Se convocó otra asamblea a la semana siguiente y ese fue el embrión de Rivas Contaminación Zero.

¿Cómo dieron el salto a constituirse como asociación?

Funcionamos casi siempre como asamblea abierta, pero al cabo de unos meses vimos que teníamos que constituirnos como asociación, porque necesitábamos representación legal en los juzgados para denunciar a Juan José Escribano, que fue quien creó ese vertedero, y su socio, y tambíén para presentarnos ante las autoridades. Así empezamos a trabajar, al principio con mucha dificultad porque nadie quería saber nada del tema de las basura, pero poco a poco empezaron a conocernos. En noviembre del mismo año (2015) vimos que salía muchísimo humo del vertedero y nos fuimos unas 12 personas a ver qué pasaba, y nos llevamos una enorme sorpresa. En octubre nos habían dicho que estaba apagado y compactado pero, cuando llegamos, aunque se había echado tierra, se había movido y había unas grietas inmensas. Era un paisaje lunar, pero con grietas que tenían solidificados residuos químicos en los bordes, fruto del vapor que salía por ellas, que al enfriarse en contacto con la tierra había hecho unos precipitados muy llamativos. Pero es que además salían unas columnas de humo muy gruesas con un fuerte olor a metano y a otros productos peligrosos. Estuvimos haciendo un seguimiento muy exhaustivo y continuamos denunciándolo con imágenes, vídeos, etcétera, y enviándolos a las administraciones. Así, por lo menos, empezaron a reunirse y a evaluar el problema.

¿Cuáles fueron las reacciones?

Tuvimos de todo: declaraciones bastante chuscas sobre que eso no era tóxico, que no había problema porque el humo no llegaba aquí… Y el olor llegaba continuamente, y si llega el olor, llega el humo. Nos preocupaban los productos tóxicos porque veíamos el tipo de precipitados que se estaban formando. Pronto descubrimos, en la cuarta o quinta visita, que no podíamos ir a cara descubierta porque algunas personas comenzaron a sentirse mal, a vomitar… Y tuvimos que comprarnos unas máscaras especiales. Así lo fuimos siguiendo: fotografiábamos una grieta y a la semana siguiente era más larga, más ancha: se abría, después se formaba un volcán, se hundía el terreno… De hecho, cuando ya logramos convencer a concejales de Rivas Puede, del PSOE, de Ciudadanos y del PP para que vinieran con nosotros, dos de ellos se hundieron hasta la rodilla. Es el mismo proceso que las carboneras asturianas: estaba tapado, pero seguía el proceso de combustión interna. Cuando ya se reunieron las administraciones, tuvimos muy buena acogida por parte de José Antonio Díaz Lázaro, coordinador de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, que fue quien más en serio se lo tomó. Vino con nosotros a verlo y ya empezaron a reunirse administraciones: Ayuntamiento de Rivas, Ayuntamiento de Madrid, bomberos, Emergencias… Esto fue en marzo de 2016 y desde ahí ya cambió todo radicalmente.

¿Cómo se ha avanzado desde entonces?

Nosotros ya habíamos hecho un estudio en el que participaron más de mil familias, en la zona de Covibar, Pablo Iglesias y el Barrio de la Luna, que contaron cómo les había afectado el incendio. Los datos han sido enviados a las autoridades, al fiscal general, al juez, etcétera. Nos presentamos como acusación particular en el juicio contra Juan José Escribano; ya se ha abierto juicio oral y vamos a presentar testigos, que serán personas que han vivido los humos. Pero lo mejor de todo es que a partir de marzo o abril las administraciones se lo tomaron en serio. El líder ha sido Díaz Lázaro, que ha buscado los recursos para que todas las administraciones actuaran de forma adecuada en esa situación. Se llegó incluso a un acuerdo con Amaexco, una asociación de empresarios de la construcción, que tenía la necesidad de verter tierras limpias, y pagaron las palas de compactación. De las 11 hectáreas del incendio, se ha pasado a tratar 18. Ha sido un trabajo muy colaborativo y ha habido contacto permanente con nosotros, que íbamos haciendo el seguimiento. Eso ha llevado a que ya hayamos podido vivir el verano de 2016, a pesar de nuestros temores, sin que hubiera un solo escape. Ahora, la diferencia ya es abismal. Ya está todo tapado y compactado, se está trabajando paisajísticamente, se ha limpiado el terreno… Y es una zona inmensa. La experiencia nos ha dado muchas alegrías. Nosotros lo llamamos ‘nuestro vertedero’, porque lo hemos vivido con mucha intensidad. Pero eso nos llevó a investigar el territorio y a nuevas sorpresas desagradables.

El vertedero ilegal del Camino de la Leña, antes y después de los trabajos de recuperación

El ‘antes’ y el ‘después’ del vertedero ilegal del Camino de la Leña

¿Se refiere a los vertidos que proliferan entre Rivas y Vicálvaro?

Exacto. La administración, a veces está muy lejos de la realidad y conviene que los ciudadanos que vivimos los problemas los denunciemos y hagamos un seguimiento. Ahora nos es mucho más fácil: nos toma en serio todo el mundo; hemos tenido reuniones con todos; y no les incordiamos indebidamente, sino que cuando les denunciamos una cosa les damos documentación, imágenes… Tenemos dos denuncias puestas por vertederos que hay aquí, mucho más cerca aún de Rivas de lo que estaba el del Camino de la Leña. Hacia el final de la Ronda de Oviedo, tras la Casa de Asociaciones, hay un vertedero gigantesco que va a peor, con un montón de neveras, que están consideradas residuos muy peligrosos. Incluso llegaron a estar colgadas de la valla del Metro. La denuncia nos las trasladó la presidenta del AMPA de un colegio y a partir de ahí nos movilizamos. Y por otro lado, muy cerca de Rivas, existe un territorio separado por la M-823, que hemos dividido en cuatro zonas, donde no puede haber situación más dantesca ahora mismo. Los vecinos no son conscientes de hasta qué punto hay enormes vaguadas llenas de restos de frigoríficos, productos de informática… O en la zona que llamamos ‘Rivas A’, a la que se entra mejor por la M-203, que es de Rivas y que tiene montañas de televisores de plasma nuevos que han vaciado por dentro, montañas de envases, sofás… Entre medias hay mucho cristal y eso es un secarral, y en cuanto llegue el verano saldrá ardiendo, y son todo productos muy tóxicos, situados en algunos casos a unos 300 metros en línea recta del final de la calle Océano Atlántico. Además, toda la basura orgánica que está generando el nuevo ‘gallinero’ está justo frente a Océano Atlántico, solo separado de esa calle por la M-50. La situación es dantesca. Si nosotros no estuviéramos en esto, probablemente no la veríamos, porque no se aprecia bien desde la carretera. Ahora Adif ha empezado a limpiar en la parte de terrenos de su propiedad. De vez en cuando, tras denunciarlo, las administraciones hacen limpiezas, pero a los tres meses hay más del doble o el triple de residuos. Son muy rápidos; en 15 ó 20 días un vertido puede haber aumentado al doble o al triple.

Zonas donde se producen los vertidos actualmente (mapa: Rivas Contaminazión Zero)

¿Cómo se producen esos vertidos?

Estamos hablando de cosas grandes (restos de neveras a las que quitan el metal y dejan el aislante y el plástico, que es muy peligroso), a las que quitan las chapas de identificación para dificultar la investigación. No son furgonetas con pequeños restos de escombros, sino camiones gigantescos. Sin control policial esto tiene difícil solución. Nos hemos reunido con el Seprona, pero tienen una falta de recursos vergonzosa. La pelea tiene que ser a nivel general. El Ayuntamiento de Rivasse preocupa en teoría, pero en la práctica hay que empujarles. Y hay que hablar con el Ayuntamiento de Madrid (porque eso está en Vicálvaro); la Comunidad de Madrid, porque afecta al Parque del Sureste y a carreteras regionales; Fomento, porque hay carreteras nacionales; Los Ahijones, que como propietarios tienen la obligación de mantener limpio su terreno…

Está en marcha un cambio de lindes entre Rivas y Madrid. ¿Cree que esto ayudará a luchar contra los vertidos?

Desde Rivas Contaminación Zero creemos que nos beneficia. Si el límite pasa a la M-50, la zona de Rivas está relativamente limpia, y donde está el problema gordo es de la M-50 para el otro lado. Nosotros hemos tenido muchísimo mejor respuesta por parte del Ayuntamiento de Madrid, que también tiene más medios, y de la Comunidad de Madrid, que la que hemos tenido con el Ayuntamiento de Rivas. Esperemos que con el nuevo gobierno municipal haya algún cambio y se mejore el abordaje de los residuos y de medio ambiente en general. De momento, lo que estamos trabajando con el Ayuntamiento de Madrid, lo hemos sacado adelante, como es el caso vertedero del Camino de la Leña; y ya tenemos una dinámica estable para abordar otros temas… Muchas veces no se puede actuar tan rápido como se debería. Hay que buscar de quién son los terrenos, porque el propio ayuntamiento tiene que pedirles permiso para poder limpiarlos, lo cual es alucinante. La otra posibilidad es que nosotros como asociación denunciemos a esos propietarios por no tener limpio su suelo y no haberlo vallado o prevenir los vertidos. Pero a veces, encontrar a los herederos de los herederos de los herederos es difícil. Al menos, con el Ayuntamiento de Madrid estamos avanzando.

En ocasiones se han vinculado los vertidos con la Cañada Real, pero ¿quiénes son los que tiran los vertidos?

Evidentemente un montón de neveras no las tiran los habitantes la Cañada. ¿Vertidos de obras? La persona que hace obra en una oficina o una casa cobra por retirar los escombros, y algunos, en vez de llevarlos donde corresponde, se quedan el dinero y lo tiran allí. Son empresas, algunas locales: nos hemos encontrado los cristales con el nombre de una pastelería del barrio que acababa de hacer obra, muebles (sillas, mesas) que han quitado de unas sucursales bancarias de Rivas y que han salido ardiendo varias veces detrás de la casa de Asociaciones… Se dedican a tirarlo todo al lado de casa, teniendo Valdemingómez al lado, y cobrando en la obra por ese concepto. Y luego, camiones que vienen de todo Madrid. Lo único que se puede vincular con la Cañada es que, cuando se forma un nuevo ‘gallinero’ y no se pone recogida de basura cercana a las chabolas, se acumula el residuo orgánico y lo queman. En El Gallinero se pusieron cubos y no volvió a quemarse basura orgánica; se ha hecho lo mismo junto al vertedero del Camino de la Leña, en una zona donde empezaron a acumularse residuos orgánicos y estaba llena de ratas; pero este nuevo ‘gallinero’ pertenece a Rivas y el Ayuntamiento ha dicho que no pone cubos de basura porque sería una forma de legitimarlo. Nosotros creemos que hay que resolver un problema sanitario de basuras que nos están afectando a los vecinos y además es una zona muy controlada y muy pequeña. Los responsables de todo lo demás son empresas, algunas grandes, y de hecho vamos a denunciar a algunas marcas de venta de electrodomésticos cuyos camiones hemos visto entrar por ahí. También a varias empresas de la zona del Camino de la Leña, que se dedican al tratamiento de residuos de forma legal, las hemos visto entrar en áreas de vertidos ilegales. Que se vincule la Cañada como tal a este problema no tiene sentido. Hay que perseguir aún más los delitos de la droga; ahí, cuanto antes se metan las máquinas, mejor. En cuanto a lo demás, tendrá que haber respuestas individualizadas. Tampoco estoy de acuerdo con los vividores que, teniendo casa en Covibar, se han hecho otra en la Cañada y han alquilado el piso; hay vividores, pero también hay gente que no tiene más remedio que vivir allí. Estoy bastante de acuerdo con lo que dice el alcalde de Rivas: hay que garantizar el derecho a vivir dignamente, pero no a la propiedad, porque si te has hecho tu casa de manera fraudulenta, no puedes acogerte a que tienes esa propiedad. Y hay que meter en la cárcel a personas como Juan José Escribano, que estuvo cobrando durante años a camiones para que vertieran todo tipo de residuos que luego salieron ardiendo en 2015.

Inés de Nicolás, presidenta de Rivas Contaminación Zero

Inés de Nicolás, presidenta de Rivas Contaminación Zero (©Planeta Rivas)

¿Qué ocurre con los humos que molestan de forma constante a los vecinos de Rivas?

Si un municipio tiene práctica en olores, ese es Rivas. Yo llevo viviendo aquí 32 años y ya sé perfectamente cuándo viene el olor de Valdemingómez. Aunque se piense que es la incineradora, no es así; la incineradora puede intoxicarnos, pero no huele. Lo que huele es todo lo del compost, antes era las purinas… Los ripenses tenemos un máster en olores. Por ejemplo, tenemos el vertedero gigantesco legal de Valdemingómez, que suele tratar las basuras que provocan un olor putrefacto de madrugada, pero a las 7 de la mañana ya no huele, para que pasen más desapercibidos. Además, hasta hace un año y medio había quemas de cobre continuas contra las que también se rebeló nuestra asociación. Afortunadamente, eso remitió porque, antes, quemaban el cobre, los bomberos apagaban el fuego y se lo dejaban listo para recogerlo y venderlo. Cuando los de las quemas vieron que se quedaban sin él, se fueron a la nueva carretera que va a la incineradora a quemar; esto también pudimos fotografiarlo y dejaron de hacerlo otra vez. Pero no podemos estar así. Y menos mal que mucha gente, en cuanto ve un incendio nos llama, lo sube a las redes y todo el mundo ya sabe que tiene que llamar al 112 y a la Policía Municipal de Rivas. Luego también hay muchas quemas que no huelen a basura, porque mucha gente de la Cañada utiliza hogueras, estufas o leña para calentarse. Cuando es basura, el olor es espantoso y la gente llama al 112. Ahora hemos tenido un invierno duro de quemas incontroladas en la zona del nuevo gallinero, algunas de ellas muy fuertes.

¿Se refiere a aquellos días de enero que terminaron con otra manifestación?

Esos días ardieron varias veces los vertidos que hay detrás de la Casa de Asociaciones, y no se apagaban. Eso coincidió con quemas de orgánicos en el nuevo gallinero. Convocamos una protesta y vinieron unas 300 personas. Por otro lado, me sorprende la poca reacción que tienen los vecinos del barrio de la Luna, teniendo ese problema enfrente. Incluso se han manifestado hace poco por diversos motivos y ni siquiera han mencionado los vertidos, y eso que son ellos quienes tienen al lado los más recientes.

¿Cuáles son los objetivos de la asociación a largo plazo?

Nuestra ilusión es que esto termine y podamos descansar. El problema de las basuras, sin embargo, es a largo plazo. En una sociedad que no recicla, no reutiliza, estas son las consecuencias. O hay un decrecimiento serio, o no cabemos en el planeta ni las personas, ni nuestras basuras. Tiene mal arreglo, pero podemos luchar para denunciarlo y promover el consumo controlado, que seamos más racionales, y que llevemos las cosas a vertederos legales para que se traten las cosas como es debido. Rivas Contaminación Zero no está solo detrás de la basura y los vertidos, sino de que se recicle bien y se traten mejor los recursos. Mientras tanto, la única forma de combatirlo es denunciar lo que está pasando. No hay mejor educación que ver los vertidos ilegales y sus consecuencias, y darse cuenta de que no podemos seguir en una civilización en la que tiramos todo solo porque hay un nuevo modelo en el mercado. Y esto debería ir unido al sentido común de los ciudadanos, sean del partido que sean. Procuramos mover a la reflexión para saber en qué estamos convirtiendo nuestro planeta; es que no nos queda más remedio. Y desgraciadamente, el tema de las basuras mueve muchísimo dinero, en el ámbito legal e ilegal, y genera situaciones enloquecidas, con el enriquecimiento de unos y el destrozo de la vida de otros. Contra eso es contra lo que tenemos que luchar.

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