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Jaime de León, presidente de la FAPA Rivas

Jaime de León, presidente de la FAPA Rivas (©Diario de Rivas)

La FAPA de Rivas tiene nuevo presidente. Después de varios años de trabajo como vocal en la junta directiva de esta organización, Jaime de León toma las riendas de la federación de las AMPAS de Rivas Vaciamadrid en sustitución de Ana Lillo. En esta entrevista, De León analiza para Diario de Rivas los problemas y retos de la educación en la ciudad.

Acaba de ser elegido presidente de la FAPA de Rivas. ¿Cuáles son sus principales objetivos?

No somos una junta diametralmente diferente porque todos éramos vocales de la junta directiva anterior. Somos personas que tenemos ya una experiencia previa, no ya como miembros de ampas, sino que tenemos un bagaje en la misma FAPA. En cuanto a los objetivos, el primero es poder estar cerquita de las ampas, que al final son los socios y socias que configuran la FAPA. Podemos ver la educación como a nivel general, abstracto o nacional, o incluso regional, que tenemos muchas dificultades, pero nos interesa estar cerca de las ampas, que, además, con esta situación de pandemia, no lo están pasando nada bien. Queremos apoyarlas, asesorarlas y buscar sinergias entre unas ampas y otras; compartir recursos y experiencias, para potenciar las AMPAS desde abajo.

¿Qué cree que es lo que más necesitan las ampas en este momento?

Las AMPAS son elementos muy vivos, con una renovación grande, y, por desgracia, la experiencia que van sacando algunos no se puede mantener con el paso del tiempo, porque la gente va cambiando. Ahora estamos en un período de cambios, mayor en algunos centros que en otros. Estoy pensando, por ejemplo, en educación infantil, donde las ampas se renuevan cada año o cada dos años, y les hace falta mucha experiencia externa que las pueda apoyar como asociación. A las ampas en general en Rivas lo que les falta ahora son recursos humanos. Estamos en una situación donde la gente está muy sobrecargada, los padres y madres tienen muchas tareas, y hay pocos recursos humanos en ellas. Poder llevar la experiencia de unas ampas a otras me parece fundamental; algunas han conseguido a través de sus proyectos y actividades una mayor afinidad, con un efecto llamada hacia padres y madres mayor que en otras. Y, como son elementos vivos, las cosas que no crecen, decrecen, y ese es el riesgo. Por eso es importante poder asegurar una forma de trabajar que permita a las ampas sentirse más seguras y poder atraer a más padres y madres.

La FAPA Rivas tiene una trayectoria muy reivindicativa. ¿Cómo está la situación ahora a nivel educativo en la ciudad?

Si tomamos una vista panorámica de cómo está ahora la educación en Rivas, no podemos quejarnos; si comparamos el estatus que tiene aquí lo público frente a otras localidades, estamos en una situación envidiable. El problema viene cuando comparas dónde estamos y a dónde podemos llegar, y lo que percibimos es un deterioro importante de la calidad, empezando por los recursos materiales o de infraestructuras. La principal preocupación es la falta de recursos, en este caso de centros. Estábamos en una situación privilegiada, pero se está perdiendo. La calidad de la enseñanza no solo pasa por los elementos más pedagógicos o curriculares, y se empobrece cuando faltan espacios, faltan aulas específicas, se saturan las aulas con niños por encima de ratios, y eso es incómodo para trabajar y lleva a una convivencia más difícil. El otro día comentaba una profesora del IES Duque de Rivas, a la que queda poco para jubilarse, que este año estaba volviendo a sentir la motivación que perdió tiempo atrás; y la diferencia a la hora de sentirse a gusto trabajando con los alumnos era que, por motivos de la pandemia, el grupo se había reducido. Y decía que ella estaba en un momento en el que se sentía realmente maestra, que podía gozar de la clase y obtener unos resultados importantes, que otros años atrás, con más niños en el aula, le era complicado o difícil, hasta el punto de plantearse anticipar su jubilación. Eso refleja cómo desde el punto de vista del profesorado el número de alumnos en un aula, los recursos, los espacios, la capacidad de poder hacer otras tareas más allá de las puramente curriculares enriquece o pervierte la tarea educativa. Esta situación de pandemia, que es totalmente circunstancial, nos sirve para recordar dónde estábamos, para poder generar un entorno educativo eficaz en el que hay cursos y clases donde tienen una mejora en cuanto a ratios y posibilidades educativas. Hay que recordar que, de 3º de la ESO para arriba, los chicos están viniendo al centro para el 50% de las clases o incluso al 40%. La situación de Covid no es nada grata para los chavales, en especial aquellos que ahora están preparando la EBAU. Pero, si vemos la situación antes de la pandemia, la pérdida de espacios, la subida de ratios derivada de la falta de infraestructuras es el principal problema del municipio. De ahí la emergencia educativa y la reivindicación en la que estábamos inmersos justo antes de la pandemia.

Se ha anunciado ya la construcción de algunos de los centros que reclamaba la ciudad. ¿Seguimos en situación de emergencia educativa?

La emergencia educativa no ha terminado. Los centros siguen siendo los mismos y la cantidad de alumnado no es que sea la misma, es que aumenta. Alguien podrá decir que, pese a todo, los ratios en las clases se pueden mantener en cifras oficiosamente válidas a principios de curso, pero estamos en una ciudad que está creciendo día a día. Eso quiere decir que las familias que vienen a residir a Rivas no lo hacen todas en julio y agosto, sino que van llegando paulatinamente a lo largo de todo el curso y en período extraordinario de escolarización son cientos los alumnos y alumnas los que engrosan las clases, ya saturadas, en todos los centros.

La Comunidad se ha comprometido a construir el Mercedes Vera y a concluir el CEIPSO La Luna, pero queda el asunto del IES Margarita Salas

Precisamente acabamos de mantener una reunión con Alcaldía en la que nos aseguraron que se acabaría el proyecto del CEIPSO La Luna para el curso 2021-22. Y que también el Mercedes Vera podría empezar a recibir alumnos ese año, lo que no significa que ese centro esté acabado para ese curso escolar: las obras van a durar. En cuanto al instituto, en este momento, a nivel administrativo, no hay visos de que se inicie ningún procedimiento de apertura. Lamentablemente no es un centro que entre en los planes de la Comunidad de Madrid para esta legislatura. Sabemos los esfuerzos de la comunidad educativa por no seguir saturando los institutos, y creemos en el esfuerzo que está haciendo el Ayuntamiento de poner la parte que le corresponde de cara a abrir ese centro escolar, pero en este momento no hay nada del Margarita Salas. Sí es verdad que el movimiento pasa por no seguir saturando los institutos actuales, y ahora estamos a la espera de que al Julio Pérez lleguen barracones que van a dar cabida o facilitar la entrada de un alumnado que más tarde se va a quedar ocupando plazas en el edificio ampliado. La llegada de esos barracones entorpecería la vida y el funcionamiento del Julio Pérez y, en segundo término, la posibilidad de abrir un instituto más. Por eso entendemos que abrir esos barracones es un elemento de protesta.

Se ha planteado la alternativa de instalar esos barracones en los terrenos del futuro IES Margarita Salas. ¿Eso sería viable?

No sé si legalmente es viable, pero sí es recomendable. Lo que se pretende es que esos barracones, aunque queden adscritos al Julio Pérez como centro educativo, puedan ser el día de mañana la semilla del IES Margarita Salas, y el Ayuntamiento no tendría problema a la hora de ceder esos terrenos para los barracones. Pero si les dejan esos barracones en el patio del IES Julio Pérez, sería muy fácil que los chicos que vayan ahí pasen luego a formar parte de la ampliación del segundo edificio del Julio Pérez (el ‘Julito’).

Concentración por la educación pública ante el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Concentración por la educación pública ante el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid (foto: FAPA Rivas)

La anterior presidenta de la FAPA, Ana Lillo, dijo que, aunque se construyeran todos los centros previstos y reivindicados, seguiría habiendo un problema de plazas escolares en Rivas

El problema es de difícil resolución. Quien lleve un tiempo viviendo en Rivas sabe que la construcción de centros escolares, cuando el municipio estaba creciendo a un ritmo inferior al actual, era de casi un centro escolar al año (colegio, instituto o escuela infantil), para ir absorbiendo al alumnado que iba llegando. De esa situación, que permitió acoger cómodamente y dar garantías de calidad al alumnado, se ha pasado a una situación en la que hemos pasado muchos años sin ninguna construcción nueva, a excepción de la primera fase del CEIPSO La Luna. Aunque se abra el Margarita Salas y el Mercedes Vera, seguimos estando en números rojos, y la lucha va a tener que continuar. En la concentración del pasado 9 de noviembre hablamos de que la situación de emergencia lleva a adoptar soluciones de emergencia que nunca son las mejores. Y ahí tenemos los barracones, el aumento de ratios, la pérdida de espacios específicos en las aulas… Al final estamos en una pérdida continua de calidad. Hay que pensar en el futuro, y el futuro, bajo los criterios de crecimiento demográfico del propio ayuntamiento, marca que tampoco van a ser suficientes el colegio Mercedes Vera, abriendo el año que viene, o el Margarita Salas, aunque con suerte abriera dentro de cuatro años. Siguen faltando centros, y no solo de educación obligatoria. La carencia de centros que acojan formación profesional, o Bachillerato de todas las modalidades, en el municipio es muy alta. No son pocos los chicos y chicas que todos los días tienen que coger el autobús, el Metro o el coche privado para acercarse a otros municipios y realizar allí los estudios de FP o Bachillerato. No hay Bachillerato de Artes en ningún instituto público de la ciudad: lo buscó el Ayuntamiento que lo tuviese el Hipatia, pero es concertado. Además, con las nuevas leyes de educación, se intenta priorizar la formación profesional de cara a una incorporación laboral segura y con garantías para los jóvenes. Y según mis cálculos, el Duque de Rivas es el centro con más alumnado matriculado en FP del municipio. Tiene seis aulas de 20 alumnos, lo que suman 120. Pero es que añadiendo al alumnado del IES Europa y de Las Lagunas apenas superan las 200 plazas de FP, entre FP Básica y ciclos de grado medio y superior. Son claramente insuficientes, cuando cada curso se están incorporando unos mil alumnos a 1º de la ESO por año de nacimiento. Por eso debemos buscar un mayor equilibrio.

La Comunidad habló en su momento de incrementar la oferta de educación concertada o privada en la ciudad.

No nos consta ningún proyecto de ese tipo, ni al ayuntamiento tampoco. Nosotros defendemos una educación pública y de calidad, que es lo que estamos perdiendo en los últimos años.

¿Qué otras cuestiones trataron en esa reunión inicial con el Ayuntamiento de Rivas?

Lo que hicimos fue presentarnos, generar las vías de comunicación rápida oportunas para el intercambio de información y se trató de hacer un diagnóstico de la situación educativa del municipio. Se tocaron muchos temas, desde la pandemia y las necesidades que ha generado hasta las situaciones en educación infantil o Primaria, la sobrecarga y necesidades de nuevos centros, la FP, el problema del IES Julio Pérez, el deseo de que La Luna se termine por fin… los problemas que llevamos varios años manejando.

¿Su diagnóstico coincide con el del Ayuntamiento?

En términos generales sí, pero tenemos una visión más particular. Al fin y al cabo, somos representantes de las familias, de las ampas de todos los centros públicos, y entendemos que hay algunos problemas que tendrían que resolverse administrativamente de forma diferente.

¿Por ejemplo?

Hay situaciones en los colegios, que tienen que ver con las actividades extraescolares o el mantenimiento, que dependen del ayuntamiento y que no nos satisface cómo se organizan.

¿Se refiere a la oferta de extraescolares para este año?

En muchas ocasiones, la dificultad de un ampa para generar actividades extraescolares o tener su propia organización se da de frente con los deseos o posibilidades que nos ofrece el Ayuntamiento. Eso no significa que estemos en situaciones problemáticas, pero es verdad que los intereses de organización del Ayuntamiento a veces no coinciden con los deseos de las familias.

¿Cree que el Ayuntamiento debería adecuar más esa oferta a la demanda de las familias?

Eso lo puedo decir yo, pero seguro que el Ayuntamiento podría decir que a lo mejor las familias tienen que acomodarse a la oferta del Ayuntamiento, que es el que administra el dinero de todos. Lógicamente, no somos uno. Sí que entendemos que estamos cerca, y de hecho tenemos muchas sinergias y elementos de colaboración, pero hay cosas sobre las que periódicamente tenemos que llamar para discutirlas con ellos.

Una de las cosas que la FAPA puso sobre la mesa durante la pandemia fue la atención al alumnado con pocos recursos, además del mantenimiento de los centros.

Hay que recordar que el Ayuntamiento es el responsable de una serie de servicios en los centros educativos de Primaria: el mantenimiento, la limpieza, el control de entradas, los conserjes… Y entendemos que esos recursos a veces se quedan escasos, y ha habido una llamada a los centros educativos para tratar de que estén cubiertos. Entendemos que la pandemia ha generado una situación complicada. Nuestra misión pasa por marcar aquellas situaciones que entendemos que se quedan escasas y hacérselas llegar a los responsables municipales. A finales del curso pasado podían ser significativas las personas que no podían acceder a los recursos, pensando que la materia debía impartirse de forma telemática. Pero entiendo que, si no está cubierto al 100%, la carencia no es significativa. Sé que en algunos centros ha habido llamada para sufragar tarjetas de conexión a Internet, pero en una cantidad moderada. Hay casos a los que tenemos que estar muy atentos, pero estamos en ello y gracias al esfuerzo que hacen los centros por detectar los casos de necesidad, la ayuda de las ampas y los servicios sociales, se van cubriendo las necesidades.

¿Qué otras líneas de trabajo quieren abordar desde la FAPA?

Como FAPA, nos interesa tener un lugar físico donde coordinar la actividad y estar disponibles, y nos estamos moviendo, por franjas educativas (escuelas infantiles, colegios e institutos), para tener vocalías cercanas a los centros que faciliten las sinergias con las ampas, buscando el principio de ser una FAPA para las ampas.

 

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