Rescate de una gata en el embalse de tormentas del barrio de La Luna por el grupo ‘Los cuatro de la empanadilla’.

El día de Nochebuena del pasado 2020, en el estanque de tormentas del barrio de La Luna, una gata fue rescatada después de estar al menos cinco días atrapada en él. Lo peculiar de este rescate animal, que no es el primero que se lleva a cabo en este lugar de Rivas Vaciamadrid, es que solo se pudo llevar a cabo gracias a la intervención de ‘Los cuatro de la empanadilla’, un grupo especializado en rescates de gatos que ofrece sus servicios de forma altruista por toda la Comunidad de Madrid para casos de extrema dificultad.

Teresa, Alfonso, Alberto y Javier son los cuatro miembros que conforman actualmente este grupo de amantes de estos animales —han ido cambiando algunas personas desde su fundación— que, tras ejercer de voluntarios durante muchos años en protectoras, decidieron dar un paso más allá uniendo sus esfuerzos. «Siempre coincidíamos los mismos en los rescates en la calle, así que pensamos en unirnos porque en los casos difíciles no es lo mismo ir de forma coordinada que individualmente», explica a Diario de Rivas Javier Martínez, uno de los miembros originales del equipo nacido hace casi 5 años. que fue bautizado con su curioso nombre casi de casualidad: «Tenemos un cepo especial con forma de ‘U’ que como no sabíamos cómo se llamaba le pusimos empanadilla, y como éramos cuatro, de ahí salió el nombre que sigue vigente hoy», recuerda Javier.

Martínez deja claro que ‘Los cuatro de la empanadilla‘ es un proyecto autofinanciado por sus componentes, que se dedican profesionalmente a otras labores, y que tienen la suerte de poder coordinarse para dar un servicio 24 horas gracias a que uno de sus miembros, Alfonso, está jubilado, y a que otro de ellos, Alberto, tiene turnos rotatorios y eso le permite estar disponible muchas mañanas. Además, hace hincapié en que todo el material que utilizan es comprado o fabricado por ellos mismos a partir de su experiencia todos estos años rescatando gatos en la Comunidad de Madrid. «Empezamos con una jaula pero a partir de la observación y la paciencia —hay rescates que pueden durar 8 horas— nos dimos cuenta que teníamos que pensar como si fuéramos gatos porque esta era la única forma de poder ayudarles, y fue ahí cuando empezamos a utilizar redes y jaulas especiales que nos hacíamos nosotros mismos», indica Javier.

Son sobre todo protectoras y particulares los que se ponen en contacto con el grupo para solicitar su colaboración en un rescate, pero Javier cuenta que también hay cuerpos de bomberos y policía que ya les conocen y les piden ayuda en operaciones para las que no tienen el material o la capacidad necesaria para poder recuperar al animal. Su única condición para entrar en acción es que se hayan intentado agotar las opciones de rescate habituales y que el responsable del aviso se haga cargo del animal una vez rescatado.

«Atendemos unos 10 avisos al día y rescatamos unos 700 gatos al año aproximadamente”, asegura Javier Martínez, técnico de laboratorio en su vida profesional y experto en el rescate de gatos atrapados en motores de vehículos. “Contamos también con un especialista profesional en rescates en altura como Alberto y cada miembro del grupo nos hemos ido especializando en distintos tipos de rescate, como por ejemplo alcantarillas y coches”, añade.

Actuación reciente de «Los cuatro de la empanadilla» (foto: Facebook Los cuatro de la empanadilla).

Habituales en Rivas

En el lustro que lleva activo el proyecto, el grupo ha intervenido en varias ocasiones en Rivas Vaciamadrid gracias a que tienen comunicación fluida con Los Cantiles, el centro de recogida y adopción de animales domésticos de Rivas-Vaciamadrid, gestionado por la protectora de animales RIVANIMAL.

En el caso concreto del rescate del día de Nochebuena en el estanque de tormentas del barrio de La Luna, «el animal estuvo por lo menos cinco días allí. Lo intentaron los Bomberos, y como no pudieron, nos avisaron desde Los Cantiles», relata Javier antes de detallar la intervención de ‘Los cuatro de la empanadilla’”, que tuvo lugar después de otro intento infructuoso de la Policía Local.

Para rescatar a la gata, el grupo de rescate se vio obligado a recurrir a una jaula que manejan con un mando a distancia. «Tuvimos que volver un segundo día, porque el primero no quiso entrar, pero si no hubiera funcionado nos hubiéramos puesto los neoprenos y los elementos de seguridad necesarios y hubiéramos bajado a la balsa», dice Javier. Los componentes de ‘Los cuatro de la empanadilla’ pagan un seguro para proteger tanto los posibles daños físicos que sufran durante su actividad como todo aquello que pueden romper durante los rescates.

El grupo también actuó en el rescate de una gata que llevaba más de dos días subida a un árbol de 12 metros en Covibar.

El grupo de rescate de gatos en acción en Rivas (foto: Facebook Los Cantiles).

Al no ser un servicio profesionalizado, Javier Martínez denuncia que no lo tienen sencillo para llevar a cabo su labor, porque no existe un protocolo de actuación para rescates como el que llevaron a cabo en Nochebuena en el estanque de tormentas del barrio de La Luna de Rivas. Todo depende, en boca de Javier, de la actitud y la mentalidad de la persona que esté sobre el terreno cuando llegan, ya sean los Bomberos o la Policía Local. “No debería depender de que te gusten o no los perros, los gatos o cualquier otro animal, sino que debería existir un protocolo de actuación con el objetivo de poder actuar y ayudar”.

Además, según advierte Javier Martínez a Diario de Rivas, hay consistorios que exigen un permiso municipal —no es el caso del de Rivas Vaciamadrid— para hacer actuaciones como las suyas con los gatos en espacios públicos, y esto complica mucho su trabajo porque siempre intervienen en situaciones urgentes, de ahí que Martínez, en nombre de todo el equipo de ‘Los Cuatro de la empanadilla’, reclama un esfuerzo por parte de las administraciones para que su servicio pueda estar regulado mediante un protocolo de actuación.

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