Vinícola de Arganda: los últimos supervivientes del campo argandeño

Instalaciones de la Sociedad Cooperativa Vinícola de Arganda (©Diario de Rivas)

Rodeada de uno de los polígonos industriales más grandes de Madrid, a las afueras de una ciudad dormitorio, se ‘esconde’ la única bodega de Europa a la que se puede llegar en Metro: Vinícola de Arganda, que, a pesar de todos los pesares, continúa apostando por la cultura del vino y el aceite que hunde sus raíces en el campo del Sureste madrileño. Diario de Rivas ha visitado sus instalaciones para conocer su labor.

La única bodega de Europa a la que se puede ir en Metro está en Arganda del Rey. En ella se elaboran, todavía hoy, los caldos que tanta fama han dado a la localidad durante décadas, con distintas variedades de uva —algunas de ellas autóctonas, como la malvar— procedentes de los viñedos que sobrevivieron a la industrialización y que dan su sabor característico a sus vinos. Cipriano Guillén, ‘Cipri’, pertenece a la tercera generación de una familia de agricultores de la localidad, una de las muchas que, en los tiempos de esplendor del campo argandeño, cuando apenas 500 habitantes poblaban la zona, se unieron para formar la Sociedad Cooperativa Vinícola de Arganda. De 350 socios, que cultivaban más de 110 hectáreas de viñedo hace más de veinte años, quedan 58.

Aun así, los siete vinos diferentes que aún comercializa la cooperativa, con denominación de origen Vinos de Madrid, son la prueba vivienda —y multipremiada— de que aquellas tierras aún tienen mucho que ofrecer. Con todo, y aun preservando técnicas de cultivo tradicionales, los viñedos están siendo sometidos, en los últimos años, a una actualización para optimizar y facilitar las cosechas. Pocos quieren ya vendimiar. Aun así, hasta 2023, la idea, explica ‘Cipri’, es plantar otras 10 hectáreas de viñedos en el municipio.

Cuando la uva —mucha y de buena calidad este año— llega a la bodega, comienza la transformación. La Cooperativa Vinícola de Arganda cuenta con unas modernas instalaciones que permiten producir casi 60.000 litros de vino con denominación de origen y experimentar con distintas técnicas para sacar sabores llenos de personalidad.

Así lo explica Jaime, el enólogo, acostumbrado a guiar a los visitantes por las instalaciones y explicar el proceso de elaboración de los vinos y el mosto. Él es quien ‘vigila’ los viñedos para decidir cuándo es el mejor momento para la cosecha —este año, tardía— y quien controla los procesos: «si él dice que algo no funciona, se replantea», explica ‘Cipri’. Uno de los retos de Jaime ha consistido en producir un vino con uvas malvares fermentadas en barrica, algo que, explica, «implica un proceso artesanal, muy laborioso».

Vinos joven roble, Baladí (blanco en barrica), Rendero (crianza)… son el resultado del trabajo de los ‘últimos supervivientes’ del campo argandeño. En la bodega, además de estos caldos, se comercializan aceites de primera calidad de la cooperativa aceitera de Arganda, de las variedades cornicabra, manzanilla y picual, que comparten espacio y tradición con los vinos. La Vinícola de Arganda organiza, además, rutas enoturísticas —en temporada— para «meterse en la piel de un agricultor argandeño»; una ‘ruta de la aceituna’, prevista para diciembre; catas con maridaje en colaboración con hosteleros de la zona, y otras actividades con la filosofía de mantener una bodega ‘de puertas abiertas’ para enseñar a quienes se acerquen —también en Metro— a qué sabe, todavía hoy, el campo argandeño.

Web Vino y Aceite de Arganda | Página de Facebook de vino y aceite de Arganda

Información sobre la bodega, enoturismo y enoteca: teléfono 601 758 208

vinoaceitearganda@gmail.com

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