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Un camión de Rivamadrid realiza la recogida de residuos en una de las islas de reciclaje del municipio (Fuente: Rivamadrid)

Un camión de Rivamadrid realiza la recogida de residuos en una de las islas de reciclaje del municipio (Fuente: Rivamadrid)

Noticia elaborada en colaboración con Rivamadrid

La basura es un fenómeno consustancial a las sociedades más avanzadas. Cuanto más avance social y más desarrollo económico, más residuos se generan. La Unión Europea ha establecido, además de políticas para incentivar el reciclaje, estrictas normativas en materia de gestión de residuos, limitando la cantidad de vertidos en vertederos que pueden generar los municipios, basándose en el principio de que quien contamina, paga. Y las exigencias en este sentido van a ir creciendo en los próximos años. Rivas Vaciamadrid comparte esta realidad inherente a las grandes ciudades, que supone enormes esfuerzos económicos para el erario público. Diario de Rivas analiza cómo funciona este proceso.

En el municipio, cada ripense genera algo más de un kilo de basura diario (396 kilos anuales y 32.800 toneladas en 2016 entre el conjunto de la población -22.362 solo de orgánica y resto, 1.214 de envases de plástico, latas y briks; y 947 de papel y cartón; sin contar el vidrio, recogido por Ecovidrio, y el aceite usado, los residuos voluminosos o de más complicado procesado, o los restos de poda, que tienen otros sistemas de gestión, radicados en los dos puntos limpios de la localidad-, según datos de la empresa municipal de servicios Rivamadrid, responsable de la gestión de residuos urbanos sólidos de la ciudad), siendo una de las urbes madrileñas cuyos ciudadanos separan mejor sus envases en sus hogares, con más de un 70 por ciento, muy por encima de la media regional. En los últimos cinco años, a pesar de que la población de Rivas ha aumentado un diez por ciento, la recogida de las cuatro fracciones principales de residuo ha aumentado solo un cuatro por ciento. La estrategia de gestión de residuos de Rivamadrid responde a una mejora del servicio al mínimo coste e incluye, además, otros servicios que en otros municipios se subcontratan, como es la limpieza y mantenimiento de los contenedores. Y es que la gestión desde una empresa pública abarata el proceso. «El sistema público es más eficiente que el de una empresa privada contratada por el Ayuntamiento porque no existe ánimo de lucro y se evita el pago de algunos impuestos, lo que permite unas mejores condiciones laborales para los trabajadores y un servicio con más recursos para el público», explica Luis de la Barrera, director de operaciones de Residuos y Limpieza de Rivamadrid.

Un equipo de 35 profesionales trabaja casi todos los días del año (los días 25 de diciembre y 1 de enero no hay recogida, pero se refuerza el servicio los días siguientes para compensar) para garantizar que los 2.066 contenedores instalados en la ciudad están en perfectas condiciones para acoger los residuos de la ciudadanía. «La sociedad genera cada vez más basura y, en una ciudad que crece a la velocidad de Rivas, eso se ve claramente. Si no la recogemos todos los días, se crea casi un caos. La mayoría de los vecinos de Rivas están muy concienciados con la gestión de residuos, aunque siempre hay alguno que rompe el esquema. Nos dicen las empresas que procesan y separan el desperdicio que eso se nota en la separación. Esa concienciación es, a la vez, una exigencia para nosotros, que hacemos refuerzos, si es necesario, para evitar que los cubos se saturen. Estamos muy organizados y muy bien cualificados para que esta tarea se haga sin ningún tipo de perjuicio para los ciudadanos». El que habla es Christian Iglesias, uno de los conductores que sale cada día desde hace catorce años en el turno de tarde,  si bien los compañeros del turno de mañana comienzan a las cinco y media con la flota de la compañía «a la carga» para hacer esa tarea. Es uno de los embajadores del medio ambiente (como les denomina la guía que Rivamadrid ha buzoneado en los hogares del municipio) que explican a quien les quiera preguntar cómo hay que gestionar adecuadamente los residuos en los hogares o a qué hora y qué días pasan los camiones de la recogida de cada fracción. Esta recogida está distribuida en ocho rutas por toda la ciudad. Varios camiones de carga lateral automatizados monooperador (un solo conductor) y un vehículo de carga trasera con un conductor y dos peones, para el polígono industrial y las zonas del extrarradio de la ciudad, cuatro vehículos de caja abierta con conductor para la limpieza de recintos y retiradas de muebles y enseres, y varios camiones portacontenedores, cubren estos itinerarios en horario matutino y vespertino. A esta labor, hay que añadir el trabajo realizado en los puntos limpios, donde se atendió en 2016 a 44.779 usuarios.

No obstante, la ciudadanía es imprescindible para que la recogida funcione. Aunque los citados datos de buenas prácticas en la separación de residuos en los hogares ripenses son esperanzadores, todavía queda margen de mejora: personas que no reciclan, residuos que se meten por comodidad, por error o desconocimiento en el cubo equivocado; muebles que se depositan en plena calle… La normativa europea de depósito en vertedero es cada vez más estricta y, cuanto mejor recicla un municipio, más bonificado está a través de organizaciones como Ecoembes. Por la misma razón, si se recicla mal, el municipio resulta penalizado. «Los costes económicos de un mal reciclaje son cada vez mayores. El vecino tiene que concienciarse de que reciclar bien supone un menor gasto en este servicio. Lo que se saca de la correcta gestión de los residuos, no es un dinero que se queda el Ayuntamiento, sino que influye directamente en el servicio para el ciudadano y en la tasa que se paga», agrega De la Barrera.

Camiones geolocalizados

Si la transparencia de la información, la formación de la ciudadanía y el equipo humano son tres de las patas de la recogida de residuos, la cuarta en la que se sustenta el sistema es la racionalización y la modernización del servicio. Rivamadrid está en proceso de renovación de la flota de vehículos de recogida y del equipamiento. Además, dentro de la estrategia municipal de gestión de residuos, en la que participan los partidos políticos, los sindicatos y los técnicos, se están planteando nuevos proyectos para mejorar el servicio, como la implantación de la recogida selectiva de la materia orgánica (el llamado ‘quinto contenedor’), la digitalización del trabajo de los operarios a través de teléfonos móviles inteligentes y tabletas electrónicas, la geolocalización de los camiones de basuras -proyecto que ya está en marcha gracias a un convenio con Ecoembes y Anepma-, el pesaje electrónico de los contenedores y la introducción de lectores RFID en los mismos para hacer un control exhaustivo de las dinámicas de residuo y recogida en la zona, y hasta la información en el portal de transparencia de la compañía del estado de cada uno de los cubos de la ciudad.

Una filosofía de trabajo que ha convertido a Rivas en una auténtica ‘ciudad espejo’ de la que otras urbes toman ejemplo en las estrategias de recogida de residuos sólidos urbanos (RSU) por su apuesta por las buenas prácticas medioambientales y la formación que se presta a la ciudadanía.

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