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Dos jóvenes duermen en colchones junto a la azotea

Dos jóvenes duermen en colchones junto a la azotea (foto: Diario de Rivas).

Los vecinos y vecinas de la urbanización situada en la calle José del Hierro 34 de Rivas Vaciamadrid, cuyas viviendas de alquiler pertenecen a la Comunidad de Madrid, denuncian que un grupo de jóvenes sin hogar vive en las zonas comunes de uno de sus portales. Cuatro varones de «unos 20 años de edad» ocupan el trastero comunitario del portal 6 de la finca, dos más duermen en colchones que extienden en la parte alta del edificio, junto a la puerta que da acceso a la azotea del mismo, y un cuarto hombre habita en un cuarto de los contadores del gas de otro de los portales. “»Esto lleva ocurriendo mucho tiempo, pero desde comienzos de diciembre ha ido a más; se está produciendo un efecto llamada«, explica un vecino del inmueble.

En el portal donde habitan tres de los jóvenes sin hogar, la Fundación GE Social (Grupo Escuela), que trabaja con menores tutelados, tiene un piso alquilado a la Agencia de la Vivienda Social. En este piso, en el que trabajadores de la entidad social acompañan a personas menores de edad hasta que cumplen los 18 años, residió un quinto hombre que no habita de forma permanente en las zonas comunes de la finca, pero que sí acude a dormir de vez en cuando y está en contacto con los jóvenes que duermen allí de manera habitual.

«A los jóvenes que viven en las zonas comunes, que son mayores de edad porque tendrán alrededor de 20 años, no los conocemos, nunca han vivido en nuestro piso de Rivas, pero creemos que vienen por el otro chico que sí estuvo en su día con nosotros», explica el coordinador de la vivienda de la Fundación GE Social en la avenida José Hierro 34.  «Nosotros no estamos indiferentes ante la situación, aunque no sea nuestra responsabilidad directa. Estamos preocupados y queremos encontrar una solución conjunta con los vecinos a lo que ocurre en el portal”, asegura.

El coordinador de la Fundación GE Social conoce bien la situación personal de al menos tres de los chicos. «El joven que vive en el cuarto de contadores del gas desde hace un año ya es un chico de la calle, su situación es difícilmente reversible», explica a Diario de Rivas. «Incluso vino a hablar con él una agente de la Guardia Civil que tenía muchas herramientas comunicativas para ello, pero tampoco así aceptó la ayuda”, se lamenta. El Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid confirma que los Servicios Sociales municipales también han intervenido en este caso concreto; no así con los otros jóvenes, que llevan menos tiempo viviendo en los espacios comunitarios de la urbanización.

Puerta del cuarto de contadores del gas donde vive uno de los chicosn

Puerta del cuarto de contadores del gas donde vive uno de los chicos desde hace un año (foto: Diario de Rivas).

El caso de los otros tres jóvenes, los que habitan en las zonas comunes del portal 6, es diferente.

Tal y como cuenta el coordinador de la Fundación GE Social, testimonio que corroboran los vecinos del portal, los tres malviven en este lugar  desde hace dos meses aproximadamente. Dos de ellos, los que duermen junto a la azotea, según confirma el trabajador de la fundación, son solicitantes de asilo en España y está convencido de que su situación es temporal.

«Hace unos días han ido a una cita con Cruz Roja y al parecer les van a facilitar ayuda para que accedan a una habitación. Además,  su Hoja Blanca —el documento con validez de seis meses que reciben las personas a quienes se les ha aceptado la solicitud de protección internacional en España en la Oficina de Asilo y Refugio— caduca en marzo», apunta. «No hablan español así que el quinto joven, que aparece de vez en cuando, nos traduce cuando viene por aquí», dice. Diario de Rivas ha intentado en varias ocaiones, sin éxito, recoger el testimonio directo de estos jóvenes.

Los vecinos y vecinas, por su parte, reconocen que los jóvenes no causan problemas. Existen daños materiales apreciables en las zonas comunes del portal, aunque el coordinador de la Fundación GE Social tiene «serias dudas» de que los hayan causado estos chicos y no otras personas que hayan pasado antes por la finca en situación similar. Sin embargo, las personas residentes de la finca de que el efecto llamada pueda ir a más, porque «a nadie le gusta vivir en un portal con sus zonas comunes ocupadas por gente desconocida».

Falta de entendimiento con el problema comunitario

El deseo de encontrar una solución a la ocupación de las zonas comunes de la finca es compartido por la Fundación GE Social con los vecinos, pero de momento no se está produciendo el entendimiento necesario entre ambas partes. “Nosotros hemos pedido colaboración al coordinador del piso para poner una reja, tener la puerta siempre cerrada o arreglar ahora la puerta del trastero y los desperfectos que han hecho en las zonas comunes, pero no hay manera”, se lamenta un vecino del inmueble, expresidente del portal ocupado.

“Tenemos que ponernos de acuerdo para cuestiones sobre cómo arreglar, por ejemplo, la rotura de la puerta del trastero. Tenemos que decidirlo entre todos, es un bien de interés común”, apunta el coordinador del piso de la Fundación GE Social.

Detalle de uno de los daños materiales causados en las zonas comunes del portal

Daños materiales en la puerta del trastero comunitario del portal 6 (foto: Diario de Rivas).

Mas allá de los arreglos que necesita el portal, el estado de las zonas comunes de toda la urbanización no es bueno.

La puerta de la entrada y la valla de alambre que rodea el perímetro de la finca están rotas. De hecho, uno de espacios abiertos en la valla, el que linda con el Ahorramás de la calle José Saramago, 1, es utilizado por vecinos de la finca de forma habitual, como se puede apreciar en la ausencia de vegetación en el terreno por las pisadas continuas. «Son viviendas de alquiler y es difícil que los vecinos se pongan de acuerdo para arreglar este tipo de cosas», argumenta el coordinador del piso de la Fundación GE Social. Algo parecido apunta el vecino del portal 6, que afiema que «no es plato de gusto» invertir en arreglos en zonas comunes, «y menos cuando no los hemos causado nosotros», afirma.

La Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid asegura, a consultas de Diario de Rivas, que “no tiene capacidad para controlar las zonas comunes si se produce un mal uso en ellas”. Solo abre un procedimiento cuando se realiza la ocupación indebida de una vivienda, pero en el caso de las zonas comunes no lo hace. “Como los responsables de la Fundación GE Social son los actuales adjudicatarios/arrendatarios de las viviendas, ellos tienen responsabilidad de uso en las zonas comunes”, señala sobre el caso concreto de este bloque.

Espacio abierto en la valla exterior de la urbanización de la avenida José Hierro 34

Espacio abierto en la valla exterior de la urbanización de la avenida José Hierro 34 (foto: Diario de Rivas).

Difícil solución a la situación humanitaria de los jóvenes

La situación humanitaria de los cuatro jóvenes que viven en el portal 6 y en uno de los cuartos de los contadores de gas de la finca propiedad de la Comunidad de Madrid tiene «difícil solución», según los trabajadores de la entidad.

La Fundación GE Social, aunque recalca que no se muestra indiferente a la situación de exclusión social de estos jóvenes, incide en que no tiene responsabilidad sobre ellos. “Nosotros hemos hablado con ellos para decirles que no pueden vivir en las zonas comunes, pero esto es una cuestión humanitaria; incluso si la Policía o la Guardia Civil echara a los dos chicos que duermen en los colchones arriba, estoy seguro de que mañana ese hueco lo ocuparía otra persona«, señala.

También confirma el trabajador de la fundación que no tiene intención de iniciar un proceso judicial, algo que tampoco planean hacer los vecinos, porque tendrían que costear de su propio bolsillo los gastos de dicho proceso. “Además, la Policía Local y la Guardia Civil ya nos han dicho que no pueden echarles”, dice un vecino del inmueble. La Policía Local confirma que, efectivamente, está al corriente de la situación porque ha estado en contacto con alguno de los vecinos del edificio, que han dado parte de lo que sucede.

Al fondo a la derecha, el acceso al trastero ocupado

Al fondo a la derecha, frente al ascensor fuera de servicio, el acceso al trastero ocupado (foto: Diario de Rivas).

El coordinador de la Fundación GE Social pone de relieve «la solidaridad de algunos vecinos, que les dan comida de vez en cuando, y también es cierto que en ocasiones nuestros chicos (los menores tutelados que viven en el piso de la fundación) les han ayudado”.

Por ejemplo, estos jóvenes que malviven en las zonas comunes tienen un edredón de la fundación, una ayuda que no ha sido prestada por la entidad sin ánimo de lucro. “Está prohibido que lo hagan nuestros menores tutelados, y lo saben, pero algunos de ellos han vivido en la calle y saben en la situación que están estos chicos. Y yo personalmente no puedo salir a las 12 de la noche a quitarle a una persona que está durmiendo en el cuarto del agua un edredón en pleno invierno. Es una cuestión humanitaria”, argumenta.

En el caso poco probable de que la fundación decidiera iniciar actuaciones de denuncia, la Comunidad de Madrid ofrece “ayuda y asesoría, como siempre hace y ha hecho en este caso», confirman desde la Agencia Vivienda Social de la Comunidad de Madrid. «Pero el inicio de actuaciones de denuncia si fueran necesarias, las tiene que iniciar la Fundación por los deberes y derechos que ahora ostenta”, concluyen desde dicha entidad.

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