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Álvaro Martín sostiene dos de los reconocimientos de sus Récord Guiness

Álvaro Martín sostiene dos de los reconocimientos de sus Récord Guiness (cedida por A.M.)

Álvaro Martín Mendieta es un joven ripense de veintiséis años. Vive en Rivas Vaciamadrid, en la zona de la avenida de Pablo Iglesias, desde hace unos dieciocho, “cuando todo esto era campo”, como él mismo describe, y desde hace apenas cuatro años está enganchado al universo del Récord Guinness. Desde aquel año prepandemia, este vecino del municipio acumula diez récords, tiene uno pendiente de homologación y avisa que en los próximos meses intentará batir tres más.

En la primavera del 2019, Álvaro Martín acumulaba “cuatro o cinco años sin estudiar después de haber entrado en una depresión fuerte” de la que, poco a poco, comenzaba a recuperarse.

Entonces, un estado de WhatsApp lo cambió todo. “Una prima publicó un meme de un padre que ata cordones a su hijo y el niño hace lo propio con su padre cuando este es abuelo”, empieza contando el joven ripense. “Yo contesté al meme diciendo que esa forma de atar los cordones era muy lenta, y me grabé con el móvil en la barbilla, casi sin luz, para demostrarle a mi tío que mi forma de atar los cordones era mucho más rápida”, continúa relatando. La respuesta de su prima llevó a Álvaro a investigar sobre los Guinness: “Me respondió, ‘Eres muy rápido, eso es un récord’, y hasta hoy”, apostilla.

Aquella forma especial de atar los cordones digna de “récord” la había aprendido Álvaro en un video de Youtube también por casualidad. “Yo con 15 años llevaba un cordón de cada color y como me gustaba dar más color a las zapatillas, buscando vídeos, encontré el de la forma más rápida de atar los cordones”, dice. Así empezó a depurar su técnica, la que le ha llevado a acumular varios Récord Guinness con los cordones y las zapatillas como protagonistas.

“Una vez que aprendes en Youtube la técnica es cuestión de ir mejorándola hasta el punto de que ya se trata de intentar ganar décimas al reloj para ser más rápido”, explica Álvaro. El resto, además de la técnica, lo pone la cabeza, que puede jugar malas pasadas a la hora de grabar los intentos de récord. “Los Guinness se pueden superar contratando a un juez, que vale 12.000 dólares, o grabándote con al menos cuatro cámaras y otras tantas personas que dejen constancia de ello firmando un documento tras grabar el intento de récord”, explica.

Álvaro, que no obtiene beneficios económicos de este hobbie, opta por la segunda opción. Él reconoce estar muy acostumbrado a ello. “Mi psicóloga, por ejemplo, dice que jamás podría grabarse delante de nadie intentando batir un récord, pero a mí ya me da absolutamente igual”, señala este vecino de Rivas, donde graba casi todos sus intentos de Record Guinness.

Casi todos mis récords están grabados en el pabellón del colegio Las Cigüeñas, y alguno en el parking exterior de la biblioteca Gloria Fuertes. Solo uno de ellos está grabado en un pueblo fuera de Rivas”, comenta.

Álvaro Martín, con las zapatillas y la mesa de pimpón

Álvaro Martín, con las zapatillas y la mesa de pimpón (cedida por A.M.).

Diez Record Guinness, más uno

En total, Álvaro cuenta con diez reconocimientos de Récord Guinness, si bien alguno de ellos pertenece al mismo reto, que ha vuelto a batir, bien porque se lo habían arrebatado o bien porque decidió superar su propia marca.

De ellos, la mayoría están centrados en atar zapatillas de deporte, pero el joven ripense tiene una segunda especialidad: los Record Guinness basados en el deporte que practicó durante ocho años, el tenis de mesa.

Quería tener un Record Guinness de los absurdos, y buscando encontré el que tenía mi nombre escrito, el de dar diez botes con una pelota de pimpón en el canto de un móvil en el menor tiempo posible”, expone Álvaro, que sonríe al contarlo. Dice que usó para batir el récord un tipo de móvil con el canto plano porque es más sencillo, y reta a cualquier persona a que lo intente en su casa para comprobar la dificultad del reto. “Puede ser absurdo, pero no es nada fácil. La mayoría de la gente no da ni cuatro botes”, asegura.

Antes, Álvaro ya había batido otro Récord Guinness relacionado con el tenis de mesa: el del saque más largo. “Me hizo ilusión cuando me lo quitaron. Es como que conectas con alguien que se interesa por lo que has hecho. Pensaba que me molestaría y ocurrió al contrario”, reconoce. Poco después, Álvaro recuperó este récord batiéndolo por segunda vez.

Álvaro Martín, con sus diez Récord Guiness

Álvaro Martín, con sus diez Récord Guinness (cedida por A.M.).

Estos son los Record Guinness que ha batido Álvaro:

  • Atar tres pares de zapatillas en el menor tiempo posible: 11.32 segundos. Lo superó de nuevo, bajando de los diez segundos, 9.99 segundos. “Tengo intención de bajarlo de nuevo porque sé que ya lo hago cuando practico”, avisa.
  • Atar el máximo número de zapatillas a ciegas en un minuto: 19. Posteriormente, superó esta cifra batiendo de nuevo el récord, dejándolo en 25 zapatillas.
  • Entrelazar un zapato: 15.51 segundos.
  • Entrelazar un par de zapatos: 31.96 segundos
  • El saque más largo de tenis de mesa. 14,86 metros. La segunda vez que lo batió llegó a los 16.28 metros.
  • Dar 10 botes con una pelota de pimpón en el canto de un móvil en el menor tiempo posible. 2,91 segundos. Posteriormente, batió su marca, parando el reloj en 2.45 segundos.

Además, tiene pendiente de homologación el que sería su undécimo Récord Guinness: entrelazar un zapato con una mano, lo cual le llevó 25.49 segundos. “Es muy difícil porque el agujero mide 3.5 mm y solo tienes una mano, la otra no puede ayudarte”, dice.

Próximos Récord Guinness

La ambición de Álvaro con los Récord Guinness no se detiene aquí. Ya está pensando en conseguir tres más, todos de atar zapatillas. “Hay cinco récords de atar zapatillas y lo que quiero es tenerlos todos”, comenta Álvaro.

El vecino ripense explica que uno de ellos es atar el máximo número de zapatillas en 30 segundos. “No lo tiene nadie, y el objetivo es hacer 16; me siento muy rápido y creo que es el momento de hacerlo”, apunta.

El otro récord consiste en atar el máximo número de zapatillas por detrás de la espalda en un minuto, con un objetivo mínimo exigido por Guinness de 15. “Mi objetivo es llegar a 20”, afirma Álvaro.

Además, tiene un tercer reto en mente, pero necesita que se ejecute un cambio de reglamento. Consiste en atar el máximo número de zapatillas de la forma convencional, no por la espalda, en un minuto. Lo tiene en su poder una persona de Emiratos Árabes Unidos desde el año 2009 pero Álvaro afirma que no se puede hacer porque el reglamento dice que la tabla debe estar en el suelo. “He pedido el cambio de reglamento y si lo autorizan, afrontaré el reto también en los próximos meses”, concluye, no sin reconocer antes que este, por aquello de la longevidad del récord, es el que más le motiva en la actualidad.

El salón de su casa, donde entrena y tiene colgados sus récord.

El salón de su casa, donde entrena y tiene colgados sus récord (cedida por A.M.).

Álvaro aprovechará que acaba de terminar sus prácticas de ayudante de veterinaria para centrarse en intentar batir esta nueva tanda de Récord Guinness.

Para ello, ha pasado de entrenar “cinco minutos al día porque me enfadaba mucho” al comienzo, allá por 2019, a hacerlo incluso durante una hora por cada una de las pruebas. “A veces estoy más de una hora con la misma prueba y no me doy ni cuenta”, expone.

De conseguirlos, reconoce que se llevará una gran alegría. A costa, eso sí, de que sus padres, con los que reside, estén “un poco cansados” de que su hijo tenga la mesa del salón de casa colonizada por zapatillas deportivas. “Si hay comida familiar en casa les mando a la cocina”, bromea.

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