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Sede central de la Policía Local de Rivas Vaciamadrid (Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid).

Sede central de la Policía Local de Rivas Vaciamadrid (Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid).

Rivas Vaciamadrid ha sufrido recientemente una oleada de robos de tapas de alcantarillas y de imbornales, es decir, rejillas en las aberturas que sirven para recoger el agua de lluvia. En colaboración con Guardia Civil, la Policía Local puso en marcha un operativo para localizar a los ladrones. Así, encontraron algún vehículo sospechoso, «y lo sorprendente fue que, cuando se detuvo a los tres implicados en el robo de baterías de coches, en el marco de otro operativo que también se estaba desarrollando, cesaron los robos de las alcantarillas«, informa el concejal de Seguridad, Rubén Tadeo. 

«Hubo unos días en los que la situación fue alarmarte«, indica Tadeo en declaraciones a Diario de Rivas. Todo comenzó cuando «agentes locales se dieron cuenta cuando estaban patrullando de que faltaban tapas de alcantarillas, y también algunos vecinos lo comunicaron al ayuntamiento cuando vieron que se habían robado en su barrio», explica el edil. Poco después, varias personas fueron detenidas cuando robaban baterías de coches, y a partir de ese momento dejaron de desaparecer las tapas.

Según relata Tadeo, «no pensábamos que ambos hechos tuvieran vinculación, pero que haya cesado inmediatamente el robo de las tapas y de las rejillas cuando se detuvo a los autores de los robos de baterías hace sospechar que podría tratarse de las mismas personas», aunque no existen pruebas permitan implicar a los detenidos en el robo de las tapas metálicas. «O bien detectaron el operativo que teníamos en marcha y decidieron marcharse del municipio, o bien eran justo estas personas las que también las robaban», añade. 

«Durante el operativo se encontraron varias tapas apiladas en algunas zonas de la localidad; quizás las dejaron allí tras robarlas, por miedo a que fueran encontradas», prosigue. En el caso de las baterías, el objetivo de los robos era la venta posterior ilegal en el entorno de la Cañada Real por unos 16 euros cada unidad. Las rejillas de los imbornales y las tapas de las alcantarillas «también tienen su salida en un mercado ilegal, puesto que tiene que fundirse el hierro, ya que las chatarrerías legales no compran esas tapas marcadas por el ayuntamiento o por el Canal», explica Tadeo, que apunta que «también podría ser en Cañada Real donde compraban ese material para revenderlo o fundirlo».

Sea como fuere, en todo este tiempo, lo que se ha hecho desde el consistorio «es reponer las tapas que eran municipales y notificar al Canal de Isabel II el robo de aquellas que le pertenecen, y están siendo ágiles al reponerlas«. Mientras permanecieron los huecos, para evitar accidentes y caídas de viandantes el personal municipal colocó conos para señalizarlos.

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