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OPINIÓN

Antonio de la Peña

Antonio de la Peña

Doctor en Ciencias Biológicas, licenciado en Ciencias Geológicas y diplomado en Medio Ambiente

He leído en Diario de Rivas abundantes artículos sobre el problema urbano del transporte en Rivas. Se trata sobre informaciones referentes a las nuevas paradas y horarios de autobuses. También, sobre las líneas nocturnas. Adicionalmente, sobre el carril BUS de la A3. En definitiva, destacar que el transporte es una de las reiteradas, y grandes, preocupaciones del ciudadano. Todas las encuestas municipales que se editan cada período electoral lo atestiguan.

El problema del transporte es de una de las variables más importantes al considerar la huella ecológica de un territorio. En economía circular, y los modelos del “nuevo negocio verde”, optimizar los medios de transporte es una de las grandes preocupaciones.

Consecuentemente, tanto desde el punto de vista local (Rivas), como global (planeta), una adecuada gestión del transporte es obligada. Generar un negocio verde del transporte, eficaz y eficiente, en el siglo XXI pasa, según J. Rifkin (2019) por:

1. Cambio del modelo energías fósiles. Alternativa de vehículos eléctricos. Todos los indicadores económicos apuntan a un cambio radical de energías del transporte en una década. La obsolescencia del modelo carbón-petróleo-combustión tiene fecha.

2. Cambio del modelo de uso-propiedad. Los ciudadanos preferirán el uso a la propiedad. Compañías y empresas de transporte ofertarán vehículos que estarán a disposición de habitantes en las ciudades. Estamos ya en el germen de esa filosofía.

3. Los vehículos no necesitarán conductor. Para ello habrá de incrementarse la “internet de las cosas”. Vehículos y viales con miles de sensores y receptores que intercambien información. Velocidad, curvas, humedad, temperatura de asfalto…

En esa evolución sostenible de la sociedad, los municipios tendrán que adecuar sus viales y sus vehículos a ese mundo no ya tan futurista. Los tres cambios anteriores están próximos. Recordar que la gestión del transporte público urbano es competencia exclusivamente municipal. Es nuestra responsabilidad. Así lo establece la Ley de Régimen local.

Me gustó mucho el argumento del alcalde respecto del ecoparque: “tenemos que independizarnos”. Debemos ser responsables de aquello que es nuestro. Sean basuras o el transporte urbano. El criterio es muy válido, y recomendable en ambos casos. No tendremos que negociar con nadie el número, recorrido o tamaño de los autobuses. Si nosotros gestionamos todo el proceso, nosotros acertamos o fallamos. No vale el regate corto.

En Rivas los autobuses interurbanos (Rivas-Madrid-Rivas) realizan las funciones propias del transporte urbano. Se trata de los autobuses verdes del Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid. Los vemos transitar por nuestras pequeñas calles. Estos autobuses son grandes, de 15 metros. Son eficientes en carretera e ineficientes en medio urbano. Hasta donde conozco basan su energía en el modelo fósil. Tienen evidentes dificultades para maniobrar en calles pequeñas y/o girar en algunas rotondas. La mayor parte del trayecto/hora van sin apenas ocupación. Los recorridos son eternos. Tardan una barbaridad en llegar a Madrid.

Los problemas anteriormente mencionados son puestos sobre la mesa en todas las comisiones de transporte del municipio que se han realizado desde 2007. Si mi memoria no falla han sido, al menos, tres. Cada nuevo concejal de Medio Ambiente que se percataba del tema. En todas esas comisiones flotaba en el ambiente que el problema era del otro. En este caso del Consorcio de Transportes. La solución siempre el cambio de itinerarios y de horarios-frecuencia. ¿Podría ser cuestión del modelo de autobús?

Delegar competencia a otro organismo no exime de la responsabilidad propia. El consorcio ejecuta nuestra responsabilidad dentro de Rivas. Cada vez que criticamos el transporte urbano de Rivas. Se quiera o no estamos criticando nuestra gestión.

En este caso les propongo un proyecto.

La ciudad de Madrid tiene 3.334.730 habitantes (INE 2020). Su empresa municipal de autobuses, en su página EMT en datos, informa de una flota con 2003 vehículos. Lo que representa la adquisición de un autobús cada 1.665 habitantes. Podríamos definir el concepto de densidad habitante/autobús. En este sentido Rivas Vaciamadrid, para igualar esa cifra, debería tener una flota de 60 autobuses. Lo cierto es que tenemos cero.

El Ayuntamiento de Madrid licitó un expediente de compra de 15 autobuses + 18 minibuses, todos ellos eléctricos. Se repartieron en dos lotes. Se adjudicó el Lote Nº 2 a la entidad Microbuses de Lujo, S.L., para el suministro de 18 minibuses eléctricos, marca Rampini, modelo Wolta, por un importe máximo de 4.662.000 euros, IVA excluido, a un precio unitario de 259.000 euros/minibús. Los autobuses tienen una longitud de 7 metros y una capacidad de aproximadamente 30-33 usuarios. Es razonable aplicar el criterio de escala del problema. Un total de 20 autobuses ecológicos, CO2 y NO3 cero emisiones, saldrían por un coste aproximado de 5.180.000 euros. Estaríamos en un valor de densidad de 5.000 hab./autobús. Es decir, un tercio de lo proyectado en Madrid. Esta operación se podría hacer en el ámbito de Rivamadrid Empresa Municipal de Servicios. Modificaciones al objeto social de esta empresa pública se han realizado varias. Por ejemplo, para justificar la gestión de la EMV.

El salario medio de un conductor de la EMT es de 35.876 euros brutos anuales. El número de conductores es 5.785. Todos estos datos están tomados de la Plantilla y Salarios EMT 2019, disponible en la red. Eso representa 2,88 conductores por autobús.

Contratar a 57 conductores supondría para las arcas municipales un total de 2.066.457 euros aproximadamente. Es evidente que este coste podría ajustarse si se diera la opción de “reinventarse” a empleados de Rivamadrid, Empresa Municipal de Servicios, hasta alcanzar esos 57 trabajadores. Incentivar con una mejora de sueldo, por ejemplo. El coste salarial sería muy inferior a esos dos millones de euros. Además, todo público. Todo Rivamadrid, Empresa Municipal de Servicios, S.L.

La red de minibuses urbana conectaría con plataformas “lanzadera de los autobuses interurbanos”. Podrían ser tres. Una en el pueblo, otra en la zona centro, y la última en Covibar. Todas ellas ubicadas junto a las paradas de metro. El fin sería una red cohesionada de transporte urbano y transporte interurbano.

La operación minibús eléctrico saldría por unos 7.246.457 euros. Es evidente que el mantenimiento de la flota, y los salarios de los trabajadores tendría un coste anual. Supondrían destinar presupuestariamente, a partir de ese momento, unos 2.500.000/año, más el incremento del coste de la vida. Un 2-3% del presupuesto municipal actual. A mi juicio no es tanto. Comparemos con otros proyectos estelares del Ayuntamiento.

Sabemos que el Ayuntamiento de Rivas buscará fondos europeos para prolongar el parque sobre las vías del Metro hasta Rivas Futura. El coste estimado es de 100.000.000 euros. El 100% de un presupuesto municipal 2021. Unos 14-15 proyectos minibús eléctrico. Los minibuses eléctricos podrían ser también objeto de fondos europeos de sostenibilidad.

Rivas prevé abrir su propio ecoparque para gestionar sus residuos urbanos dentro de cuatro años. La inversión del complejo de valorización y eliminación de residuos de Algimia de Alfara (2021) fue de unos 30.000.000 euros. Con el necesario vertedero de Vall d´Uxó se alcanzan los 35.000.000 euros. En nuestro caso, a esta cantidad habría de sumarse la retira de residuos que no son posibles tratar en el ecoparque, el prorrateo de los millones que por contrato tenemos que pagar a la mancomunidad del Este por el centro de Loeches, y los terrenos. En todo caso se trata de una cifra no inferior a 5 proyectos minibús. El controvertido proyecto Ecohispánica costó un montante de 10.000.000 euros. Representa 1,4 proyecto minibús. El fallido Rivas Ecópolis, otros 8.000.000 euros. Se trata de 1,1 proyecto minibús.

El remanente del año pasado del municipio fue del entorno de los 10.000.000 euros, y un superávit de 3.700.000 euros. Juzguen. Es viable. Crearíamos empleo. Ayudaríamos al objetivo de cero emisiones. Mejoraría el transporte. No dependeríamos de la CAM. Ser responsables de lo nuestro. Una ciudad más comprometida con la sostenibilidad.

Por último, el análisis de recorridos y horarios muestra que con 20 minibuses eléctricos posibilita stock en servicio y stock en central. 57 conductores podrían ajustar turnos de trabajo y descanso. Obviamente se trata de una aproximación. Un estudio pormenorizado podría corregir los recursos, tanto en aumento como en minoración de efectivos.

Resumiendo, disponer de nuestros propios autobuses es económicamente viable. Ser responsables de su gestión es algo sugerente. Nos hace independientes. El futuro, los modelos de “nuevo negocio verde” y de economía circular avalan este tipo de proyectos. Es sólo cuestión de voluntad política. La economía circular podría viajar en minibuses eléctricos en Rivas.

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