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OPINIÓN

Antonio de la Peña

Antonio de la Peña

Doctor en Ciencias Biológicas, licenciado en Ciencias Geológicas y diplomado en Medio Ambiente

He leído en Diario de Rivas que el municipio basará en la participación, educación y sensibilización ciudadana su estrategia medio ambiental. Este parece ser el resumen de los 7 meses de reflexión de la ‘R’ de Rivas. Hemos participado 400 personas. Aproximadamente un 0.4% de la población. Tras este periodo, y esta participación, centramos nuestra acción en dos grandes aspectos: la optimización de la gestión de residuos y de los alimentos.  Es extraordinario.

La gestión de residuos centra sus ejes en la reducción de envases, la recogida selectiva, el tratamiento y autogestión de aquellos residuos generados. Esto incluye el reciclaje, así como el intercambio de productos para fomentar la reutilización y reparación. Además, continuamos ampliando los contenedores de distintos colores en nuestros barrios: ya serán cinco.

La optimización de los alimentos se encamina hacia la sostenibilidad alimentaria. Consecuencia de ello, Rivas se propone no desperdiciar comida, comer menos carne y se plantea crear más huertos urbanos: “La demanda nos ha desbordado”.

Por último, estos dos paquetes de acciones serán acompañados por, la tan políticamente correcta, comunicación, sensibilización, participación, transparencia y ejemplaridad. Afortunadamente profundizaremos en la normativa de transición hacia la Economía Circular (EC). Creo no haberme dejado nada importante. No obstante, existe otro resumen del El Plan de Economía Circular de un miembro de gobierno municipal, pero no existe documento ni presupuesto de referencia.

¿Qué tendrá esto de la EC que gusta a todos? Da igual que seas un antisistema comunista marxista de ultraizquierda o izquierda radical, que un neoliberal de orden y cuidado (Alenza, 2021). Los primeros, la gente de izquierda, ven en la EC el modo de acabar con el capitalismo. Los segundos, los neoliberales, una nueva fuente de negocio. La estrategia del Océano esquilmado (Zhexembayena, 2019). En nuestro querido Rivas están representados los primeros, por la señora Millán (Podemos), hasta los últimos, en cuyo extremo se encuentra la señora Guardiola (Vox). No debemos olvidar el entusiasmo del funcionario público, al más común de los ciudadanos de Rivas: parece evidente por el frenesí participativo (0.4%). La EC es una poción mágica al modo de la marmita en la aldea gala irreductible. Desafortunadamente, aquí no están Astérix, Obélix y Panorámix. Disculpen, sí, que tenemos calles en su honor.

El Plan de Acción para la EC de la UE 2015 advierte que la Economía Circular no es un fin en sí mismo. Se trata de un “fin instrumental” para lograr una economía sostenible (Alenza, 2021). Luego el concepto realmente importante es la sostenibilidad, no la circularidad. Consecuentemente, se trata de una herramienta, un procedimiento, una metodología: llámenlo como quieran. El objetivo final es crecer económicamente, con un consenso social, respetando el medio ambiente, causando el mínimo daño posible a la ‘Madre Tierra’ y a nuestras generaciones futuras. “Aquí le hemos dao”. Otra vez el dinero.

La cuestión es: ¿Cuánto destina Rivas a ese procedimiento, a esa metodología, a ese concepto instrumental de la EC? ¿Qué ha variado del presupuesto pre-EC 2021 al presupuesto post-EC 2022? La respuesta es nada.

Los presupuestos municipales son la expresión económica cifrada, protocolizada y procedimentada de una acción política. Ya analicé este aspecto en Economía Circular y presupuestos municipales para el año 2021. El año 2022 continúa exactamente igual. En el capítulo de nóminas al personal de la concejalía de Transición Ecológica seguimos con los, ridículos, 18 euros. Estructura sin personal. El total orgánico “0215 Transición Ecológica” de 2022 es de 10.4 millones de euros. Las inversiones representan 0.78 millones de euros. Muchos de esos 0.78 a parques y arbolados. Eso me gusta. Sin embargo, continuamos como en el año pasado, en el entorno de los 10 millones de euros, y similares conceptos. Nada ha hecho cambiar, en lo fundamental, el proceso participativo. Al menos, en el capítulo presupuestario.

La estructura de los 18 euros permite contratar asesores, sin conocimiento en EC ni experiencia en medio ambiente. También, por medio de urgencia y sin oposición libre, técnicos ad hoc. Todo legal. Nada estético, ni ético. A mí se me empañan las gafas.

Me gusta aportar datos. Definamos una unidad económica de 55.000 euros como una unidad monetaria de práctica de la peor cultura política que hace progresar y beneficia a sus familiares y amigos. Denominemos a esta unidad monetaria el ‘nepote’. El nepote, como unidad monetaria, permite dar una idea de la falta de ejemplaridad. También podríamos definir el índice ‘nepote porcentual’ como el nepote en proporción al presupuesto municipal que maneja ese político en cuestión. El nepote porcentual, a mi juicio, es un concepto mucho más descriptivo. Ese índice es capaz de medir la ejemplaridad de un gasto.

En estas mismas páginas de opinión se criticó a la presidenta de la Comunidad de Madrid por supuestamente haber usado entre 1 y 5.2 nepotes -(si consideramos los 287.000 euros)- en favorecer una contratación de su hermano. Hermano que lleva toda la vida trabajando en el área de la salud y material sanitario. La Comunidad de Madrid tiene un presupuesto de 23.033 millones de euros. El nepote porcentual oscila entre 0.00023-0.00124. La ejemplaridad de nuestra EC ripense dice que debe ser 0. Es verdad, 0.00023 no es cero. No me gusta. Está mal, es feo.

Estudiemos ahora el caso en la concejalía de Transición Ecológica y sus contrataciones. Se ha contratado un Asesor de Transición Ecológica que jamás ha trabajado en ese asunto, ni en la EC. Es suficiente con mirar su perfil de LinkedIn y analizar sus estudios. ‘Todo público, nada privado’. Fijemos el sueldo de un funcionario ‘A’ y de un asesor en el entorno de los 30.000 – 35.000 euros. Estaríamos hablado de 0.54-0.63 nepotes. Como son dos los sueldos, estamos entre 1.08-1.26 nepotes/ año. Como estarán al menos 2.5 años, el asunto sube hasta 3.15 nepotes. Ahora, analizamos ‘el nepote porcentual’. El presupuesto municipal es, aproximadamente, de 100 millones de euros. El índice ‘nepote porcentual’ municipal asciende en ambos casos a 0.035. Entre las dos 0.07 nepote/año. Como estarán al menos 2.5 años, el nepote porcentual resultante total es 0.21. Lo cierto es que 0.21 está mucho más alejado de cero que 0.00023. La cifra es tres órdenes de magnitud mayor en el caso de Rivas. Es mil veces mayor el índice ‘nepótico ripense’ que el ‘nepótico CAM’.

Si bajamos al presupuesto ‘0215 concejalía de Transición Ecológica’, el asunto abruma. Recuerden: 10 millones de euros. El resultado es sorprendente. La concejalía de Transición Ecológica ha empleado 31.5 ‘nepotes’ o un índice 2.1 de ‘nepotes porcentuales’ en dos contrataciones. Es decir, 10.000 veces mayor. 4 órdenes de magnitud. Estarán conmigo que 2.1 no es cero. Está muy lejos. No me gusta el nepote CAM, no me gusta el nepote ripense, pero comienza a disgustarme el nepote concejalía Transición Ecológica. Justificar la EC en base a acciones como esta, darán al traste con el proyecto ‘R’ EC. Es legal, sin duda. No me gusta. Demuestran que nuestra EC ripense no es transparente, y mucho menos ejemplar. No se puede argumentar que los familiares y amigos de uno se lo merecen, y que los familiares de los contrarios no.

Si establecemos los profesionales expertos llamados para el análisis de los proyectos de EC de Rivas, la situación no mejora. El sesgo ideológico de los expertos es contundente. Santiago Anes fue la mano derecha de Pedro del Cura (IU) en el Ayuntamiento de Rivas en la legislatura 2015-2019. Vanessa Millán concejala de Transición Ecológica fue elegida por Podemos. La consellera de Agricultura y Desarrollo Rural en la Generalitat Valenciana, Mireia Mollá, es miembro de Coalició Compromis. Enrique Santiago, secretario de Estado de la Agenda 2030, es miembro del PCE. Las vinculaciones de Amigos de la Tierra y Podemos están más que tratadas en las investigaciones periodísticas y en libros (Mulet, 2020). José María Mulet es catedrático del Departamento de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia. Es uno de los más prestigiosos científicos a nivel mundial en el ámbito de la biotecnología. Si no me creen a mí, léanlo a él. Por último, desconozco la ideología de los miembros de la Sociedad Cooperativa de trabajo Cyclos. Miren su página web. Así no se puede, ni debe, definir un plan de consenso de todos. También, los que no son tan de izquierda tienen derecho. La Tierra es de todos. Rivas es de todos.

Se está construyendo un modelo de EC en Rivas que incide en la hipotética idea de destrucción del modelo capitalista.  Asunto muy diferente. Se olvidan de la segunda parte: Los nichos de negocio. No es ecología.  Es política. Es ideología.

¿Dónde están las medidas de “servilization”? El II Plan de Acción de EC (2020) afirma que se deben explorar iniciativas legislativas que incentiven los productos como servicios. También, en la administración pública. ¿Qué significa esto? Que un Ayuntamiento, por ejemplo, Rivas, en vez de poseer coches, ordenadores o sillas, contrate entidades privadas especializadas y más eficientes, que suministren el servicio, lo mantengan, reparen y cambien los productos cuando ya no sean los adecuados para el Ayuntamiento. Esos coches, ordenadores o sillas pueden servir para otra empresa y otro lugar. Negocio privado. Gestión pública. Denominémoslo colaboración público-privada… no como privatización. Reciclar, reutilizar, repartir, reparar. Pongamos tantas ‘r’ como nos traiga la imaginación.

¿Dónde están las auditorias que certifiquen los sellos de los distintos tipos de obsolescencia? También, nuevos nichos económicos del ámbito privado. El zorro no puede cuidar las gallinas. La administración no podrá sellarse a sí misma su obsolescencia. Debemos emprender ese camino de búsqueda de la ‘reparabilidad’ y durabilidad de productos y servicios.

¿Dónde están las medidas del ámbito tributario tan necesario para la eficiente gestión medio ambiental? No sólo de las basuras. Todos los expertos coinciden que los actuales funcionarios del ámbito local necesitarán un auténtico esfuerzo formador para poder conseguir esos retos. ¿Quién dará su formación? ¿Se ha comenzado a formarlos? ¿Qué presupuesto hemos designado a este respecto? Es una tarea a muy largo plazo que debemos iniciar hoy. Empoderemos a los funcionarios en esa labor.

¿Como vamos a redactar las licitaciones y nuevos contratos del Ayuntamiento? ¿Tenemos expertos que sepan analizar las garantías, sus plazos, sus secretos? Debemos gestionar, garantizando la durabilidad, mantenimiento y ‘reparabilidad’ de nuevos productos que contratemos. De nuevo la ‘servilization’ será necesaria. Un ayuntamiento no tendrá capacidad en ofertar plazas para funcionarios que sean capaces de analizar todos los productos y sus requisitos. Es imposible en un mundo diversificado y especializado.

¿Cómo abordaremos la Internet de las cosas? La EC se basa, entre otros preceptos en una continua actualización y recogida de datos. Se deben analizar, priorizar e ir dando soluciones en cada momento.

¿Como abordará el Ayuntamiento su NIMBY «Not In My Back Yard» (no en mi patio trasero)? ¿Seguiremos ‘extrayendo’ las tierras raras en los bosques del Congo y no en la dehesa salmantina? La EC se convierte en el escudo hipócrita de aliviar nuestra conciencia ecológica. Todo ecología… en mi casa. Traslademos el lugar de emisiones y de huellas lejos, muy lejos, con los patinetes “made in china”.

El ecodiseño, ¿cómo lo valoraremos en nuestros proyectos? ¿En nuestros contratos? ¿En nuestras infraestructuras? La acción preventiva es siempre más eficaz y eficiente que la acción reparativa.

La gestión de la recogida de basuras y la vida vegana no conforman, exclusivamente, la EC. Es más, es la parte visible de la EC. Tampoco lo es, aunque está muy relacionado, el calentamiento global antropogénico, la huella hídrica o la huella de CO2. La EC es otra cosa mucho más compleja que lo resumido y tratado en el cierre de las jornadas ripenses. El concepto Economía Circular es instrumental. Lo que importa es la sostenibilidad del planeta. Ello implica bienestar social, libertad y democracia, entre otras cuestiones. Desgraciadamente un equilibrio difícil de lograr. Desgraciadamente más, estos días que redacto mi opinión y miro a Ucrania.

No, la Economía Circular (EC) no es una poción mágica dentro de en una marmita en una aldea irreductible. Tampoco debe pagarse en nepotes, o con grandes índices de nepotes porcentuales. Yo no tengo la receta mágica EC. Sólo conozco algunos de sus ingredientes, y en Rivas no están todos, sólo los ideológicos.

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