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Carla de Nicolás, concejala de Rivas Puede

Carla de Nicolás, concejala de Rivas Puede (©Planeta Rivas)

Carla de Nicolás (Madrid, 1984) lleva desde junio de 2015 como concejala de Rivas Puede en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. Experta en procesos y gestión del cambio organizacional, cree que hay margen de mejora en las políticas presupuestarias de Rivas, y aboga por plasmar más criterios medioambientales y sociales en los ‘números’ municipales. En esta entrevista desgrana las propuestas de su grupo sobre temas como el IBI, la deuda o las inversiones.

¿Cómo valora Rivas Puede la situación de las arcas municipales?
Actualmente, nosotros tenemos datos someros porque, en el fondo, aunque se acaba de presentar el borrador de presupuesto y el expediente de liquidación presupuestaria, en el momento de celebrar esta entrevista a los grupos municipales todavía no nos han dado el documento correspondiente. En este sentido, no nos basta con las buenas palabras; obras son amores y nos hemos sentido ninguneados al haber convocado el Gobierno municipal a la prensa para presentar las líneas del presupuesto antes de trasladárnoslo a los grupos municipales. Por lo tanto, la valoración que podemos hacer es sobre la estimación del año pasado y por lo que hemos leído en la nota de prensa de presupuestos, en la que el gobierno dice que es un año positivo porque se han incrementado los ingresos imprevistos. Así, nos basamos en los datos del año pasado, que son los únicos que tenemos. Creemos que no basta con calcular los presupuestos en función de los gastos, sino a partir de los ingresos. Creemos que el Gobierno municipal ha puesto esta premisa en valor y van a adecuar más los presupuestos a la vía de ingresos y no a la de gastos. Pero, además, creemos que debemos llevar a cabo políticas fundamentales como el rigor en la estimación; es decir, no basta con estimar, sino también alcanzar un nivel de ejecución presupuestaria.

¿Qué medidas pondrían ustedes en marcha?

Hay que potenciar la recaudación. Tenemos un elevado nivel de derechos reconocidos de dudoso cobro que arrastramos de pasados ejercicios, y que no somos capaces de cobrar con la celeridad que deberíamos. Hay que atraer la inversión y configurar un IBI más progresivo y justo con una serie de medidas; como aplicar un IBI diferente a las viviendas vacías. El IBI es un impuesto que tiene mucho margen de mejora, por ejemplo, con deducciones no solo para familias numerosas, sino por el nivel de renta o con otros criterios sociales. Además, creemos que el Ayuntamiento, para este ejercicio, debería restringir la venta de patrimonio municipal. Las políticas las hacemos para mejorar la vida de la gente y de cara a las futuras generaciones y, para ello, es necesario que haya patrimonio para no hipotecar su futuro. Es importante saber cuál es el patrimonio real que tiene Rivas y ponerlo en relación con el crecimiento exponencial que está experimentando la ciudad. Y también aplicaríamos criterios medioambientales a la hora de definir las tasas.

¿Cómo introducirían esos criterios?
Es necesario reestructurar las tasas que regulen el uso privativo del espacio público: terrazas, pasos de vehículos, estacionamiento regulado, espacio radioeléctrico, con baremos progresivos, en función del tipo de intensidad de uso, y vigilar las licencias concedidas. Proponemos que se cree una nueva tasa que grave a las entidades financieras por los cajeros que tienen instalados para servicio de los clientes en la vía pública; esta experiencia se ha puesto en marcha en otros municipios y ha funcionado. Igual que una terraza paga una tasa por el uso en meses estivales, el uso del espacio público por parte de un banco tiene que estar gravado.

El Gobierno municipal asegura que redujo la deuda en 12 millones de euros en 2016 y este año calcula que va a reducirla en más de 13. ¿Seguiría con esta política de reducción de deuda?
Sabemos que la priorización del pago de la deuda encorseta el gasto público en perjuicio de las necesidades ciudadanas más acuciantes. Se deben implementar medidas de actuación concretas, como la renegociación de los tipos de interés, períodos de carencia y plazos de amortización, con el fin de ejecutar un plan de ahorro real e ir adecuando el pago de la deuda de manera sensata y real. Nos parece bien que se destine dinero al pago de la deuda, siempre que no se deje de atender las necesidades del municipio. Es cierto que minorar la deuda va a ayudar al Ayuntamiento en el futuro a  tener otro pulmón económico, pero proponemos que se priorice en la deuda siempre que no se desatiendan las necesidades y demandas ciudadanas, así como las inversiones necesarias. Según nuestros datos, las inversiones reales iban a rondar en 2016 los 4,4 millones y, finalmente, han sido menos de 800.000 euros. Si la necesidad de la ciudad pasa por invertir en infraestructuras y en un transporte interno que conecte barrios o por invertir en políticas sociales y de justicia, habrá que atender antes esas demandas que la satisfacción de la deuda.

Carla de Nicolás

Carla de Nicolás, concejala de Rivas Puede (©Planeta Rivas)

¿Qué otras inversiones necesita la ciudad?
Hay que invertir en los viales y pavimentos, que presentan un déficit importante. El mantenimiento de la ciudad es una cuestión pendiente que hay que atacar de manera directa. También la creación de un polígono norte que atraiga la inversión para potenciar el crecimiento de la ciudad. Otras inversiones que deberían haberse acometido ya, pero están pendientes, son el centro integral de protección animal, que está pendiente desde el año pasado. También servicios e infraestructuras en el barrio de la Luna y analizar el transporte interno para conectar los barrios. Hay que pensar a largo plazo, con una planificación de inversiones que sobrepase la legislatura.

¿Qué otras líneas estratégicas incluiría en la política presupuestaria?
Es preciso apostar por el control de los impuestos y tasas, de manera que se bonifiquen las actividades respetuosas con el medio ambiente. En este caso, vemos necesario impulsar una política intensa de concienciación sobre la reducción de residuos. Por eso, la tasa de basuras debe relacionarse con el volumen de residuos que genera la ciudad. En el aspecto impositivo, creemos que se deben instaurar criterios progresivos, estableciendo una mayor carga en el IBI de las viviendas vacías y una política fiscal que evite la especulación, que se complementaría con el fomento del alquiler de viviendas. En cuanto a la bajada de impuestos, hay un tema muy perverso en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, y es que si realizas una medida de estas características de rebaja fiscal, de inmediato debes trasladar ese decremento al gasto del mismo importe. Esa regla de gasto es perversa. Creemos que hay que redistribuir la carga impositiva: no es un problema de esfuerzo fiscal, sino de cómo está repartido. Se puede trabajar en una fiscalidad progresiva y justa que tenga en cuenta valores más sociales, no solo el número de hijos, sino también, por ejemplo, las familias monoparentales o las que tienen todos sus miembros en paro. Debe haber impuestos progresivos, justos y equitativos.

En el capítulo de gastos, ¿qué haría Rivas Puede?
Rivas, el día 1 de enero, solo para pagar personal, suministros y mantenimiento, ya necesita más de 50 millones de euros. El margen de gasto, entonces, es limitado, porque el presupuesto del año pasado fueron 85 millones de euros en total. Si tuviéramos presupuestos como los que teníamos en 2008, que alcanzaban los 140 millones, podríamos ser más generosos con el gasto, pero, como actualmente tenemos las restricciones que tenemos, hay que ser muy riguroso con los gastos y cómo se distribuyen. Hay que tender a una ciudad sostenible a nivel medioambiental, social y económico. En este sentido, a nivel económico nos preocupa el empleo, más que el desempleo, porque entendemos que la administración local debe hacer especial hincapié en capacitar a los desempleados del municipio. En sostenibilidad social, tenemos que seguir escuchando las demandas de la ciudadanía, atendiendo sus necesidades y proponiendo áreas de mejora que modifiquen sus hábitos y mejoren su vida. Y a nivel medioambiental, abogamos por nuestro derecho a una ciudad sostenible, respirable y comprometida con el bienestar de las personas, los animales, el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Por eso, tenemos que seguir trabajando en la línea de partidas presupuestarias orientadas a los residuos cero y planes de actuación medioambientales. Los datos deben ser transparentes; para ello, nosotros planteamos la reducción de externalizaciones y privatizaciones para aumentar la municipalización de servicios. También hay que minorar los importes destinados al ‘autobombo’ del equipo de Gobierno o, por lo menos, que esa comunicación responda a todas las sensibilidades que existen en la Corporación municipal, siempre teniendo en cuenta que la mejor publicidad es una buena gestión.

Carla de Nicolás

Carla de Nicolás, concejala de Rivas Puede (©Planeta Rivas)

Ustedes señalan que aún hay partidas presupuestadas pendientes de ejecución. ¿Cuáles son?

Lo que se presupuesta está para cumplirse. Hicimos unas modificaciones presupuestarias el año pasado que no se han llevado a cabo, referidas a los huertos urbanos, con una partida dotada con 30.000 euros, que no se han ejecutado; a mejorar la accesibilidad, que tampoco se han ejecutado; a un plan de residuos cero, con 150.000 euros, que no se ha realizado; a una inversión en la policía local para la galería de tiro y la uniformidad, para que cuenten con una dotación con las mejores condiciones de trabajo, que no se ha hecho… En ninguno de los ejercicios, al final, se cumple la ejecución total del presupuesto, con lo que al final no reflejan esa realidad y esa sensibilidad con la que fueron conformados. El equipo de Gobierno tiene que tener una mirada crítica y explorar caminos de seguimiento y evaluación de las políticas presupuestarias llevadas a cabo; la política no empieza ni acaba en los presupuestos, pero las cifras importan, porque lo que no son cuentas, son cuentos. Nuestro objetivo es llevar a cabo políticas públicas, atender las necesidades de la ciudadanía, diseñar un modelo de ciudad sostenible e incorporar políticas encaminadas a la justicia social; esto es lo que va en nuestro ADN. Además, hay que evaluar la idoneidad de las políticas de gastos e ingresos municipales implementadas hasta el momento, así como su impacto en la vida de los ripenses.

¿Cree que la ciudadanía tiene suficientes cauces de participación en los presupuestos municipales?

Hay que avanzar e impulsar y favorecer la participación y el empoderamiento ciudadano en los presupuestos y crear canales que, realmente, sirvan a esos efectos, para trasladar esa soberanía popular y que la ciudadanía sea capaz de decidir en qué desea gastar dentro de su ciudad. El proceso de votación ciudadana sobre los presupuestos del año pasado se puede mejorar. Tomar decisiones de manera asamblearia y colectiva está en nuestro ADN, y consideramos que esta es un área de mejora, y que la participación, a pesar de existir muchos espacios para ella, no está atrayendo a la suficiente gente y no se están consiguiendo los resultados esperados y planificados. Creeemos que se podría mejorar con otras herramientas, como las asambleas de barrio, que existen pero que apenas se convocan. Al final, hay que lograr que las decisiones se tomen de manera colectiva porque, si se consigue, la ciudadanía se implica en la gestión de sus propios recursos.

Existe una comisión de auditoría de la deuda municipal, presidida por la edil de Rivas Puede Vanessa Millán. ¿Cuáles han sido sus conclusiones hasta ahora?
Se están realizando importantes esfuerzos con el objetivo de investigar, analizar, estudiar y evaluar las diferentes políticas públicas llevadas a cabo, y las diferentes inversiones que han provocado una deuda excesiva en el municipio. El principal objetivo es que la ciudadanía esté informada de la realidad de sus impuestos y del municipio, no para señalar culpables, sino para no repetir los errores en el futuro, y que sea un ejercicio de pensamiento crítico y de reflexión que nos sirva para ejercicios presupuestarios futuros. Queremos evitar ios llamados ‘elefantes blancos’, que son determinadas inversiones innecesarias que se presupuestaron por un importe que luego resultó excesivo, como por ejemplo el monolito de la entrada al municipio, que costó cerca de un millón de euros. Lo que pretendemos con esta comisión es que esas prácticas no se repitan en un futuro y que se atiendan las necesidades reales de la ciudadanía. Además, en la comisión de auditoría de la deuda se imprime un carácter ciudadano implícito, pues se trata de hacer pedagogía y de trasladárselo a la ciudadanía para que luego sea ella misma la que se interese por la deuda de su municipio. Todavía no hay conclusiones firmes porque se está investigando y evaluando, para que sirva de herramienta para que la ciudadanía sepa cómo se ha llegado a determinadas situaciones e identifique las políticas que no debemos reproducir o repetir. Para ello, nos hemos comprometido a abrir los datos y la información. Adicionalmente, Rivas Puede es el único partido del municipio que participa en la red de municipios contra la renta ilegítima y los recortes, que vio la luz el 6 de marzo para reclamar nuestra autonomía contra los recortes que nos ahogan y contra la deuda ilegítima, y contra la ‘ley Montoro’, que ha sido un duro golpe contra el municipalismo porque centraliza e interviene en la toma de decisiones de los ayuntamientos y les da un trato desigual respecto a las administraciones autonómicas y estatal, a las que sí permite tener déficit.

 

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