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Suelta de cerceta pardilla en El Porcal (foto: Fernando Galán)

La dirección general de Biodiversidad y Recursos Naturales, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, ha introducido con éxito en las lagunas de El Porcal, ubicadas en Rivas Vaciamadrid, una veintena de ejemplares de cerceta pardilla, una especie protegida y que únicamente se encuentra en el arco Mediterráneo.

Este pasado martes 27 de septiembre, los responsables de este proyecto, junto a representantes de Cementos Portland Valderrivas (propietarios del terreno en el que se localizan las lagunas), del Ministerio para la Transición Ecológica y del Gobierno de la Comunidad Valenciana -entidad con la que se ha colaborado estrechamente en este proyecto a través del programa Life- han asistido al acto de suelta de estos 20 ejemplares de cerceta pardilla, en lo que supone un paso más en el proceso de recuperación a nivel nacional de esta especie singular y especialmente protegida que se encuentra en peligro de extinción.

Se trata de 20 ejemplares de esta ave que, durante dos meses y medio, han vivido un proceso de adaptación al nuevo entorno de El Porcal, un área enmarcada en el Parque Regional del Sureste y cerrada al público que reúne, a priori, las características básicas para que esta colonia pueda arraigarse y reproducirse en esta zona de la región.

Luis del Olmo, director general de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Comunidad de Madrid, explicaba los objetivo de este proyecto medioambiental subrayando que este tipo de iniciativas “tienen su complicación” ya que “no es fácil asegurar su viabilidad”. “Lo importante es sacar conclusiones y ver si la cerceta puede adaptarse. Aquí tenemos cosas en positivo como por ejemplo una zona tranquila, muy recogida, donde hay poco uso público y con la cual la cerceta encuentra tranquilidad, y además el vaso de agua es más bajo y eso le viene bien, porque es un ave a la que le gustan las zonas poco profundas; pero luego hay otros factores como depredadores, especies exóticas o mapaches, que trabajamos en eliminar”, señalaba.

Luis del Olmo Flórez (foto: Fernando Galán)

Para analizar el comportamiento de esta colonia, ocho de los ejemplares que han sido soltados en las lagunas de El Porcal portan un dispositivo de seguimiento por GPS, con el que los expertos podrán analizar sus movimientos y posibles migraciones, si bien confían en que acaben por establecerse en esta zona de 266 hectáreas donde se dan una serie de condiciones óptimas para su desarrollo.

“Este entorno tiene mucha agua, y eso es muy querencioso para este tipo de aves. De las 266 hectáreas, la mitad es acuática en El Porcal. Además es una zona que está cerrada, la custodia del territorio es muy importante, y este hecho conlleva que las especies críen mejor. Luego se dan una seria de componentes curiosos provocados por el hombre, como la estructura de residuos de Valdemingómez, que ofrece alimentación a aves como gaviotas, cigüeña blanca, milanos… aves que comen despojos y luego vienen aquí a dormir o a reproducirse. Se dan una serie de circunstancias antrópicas y naturales, y este ecosistema, junto a otros como El Campillo o Las Madres, acaba albergando determinadas colonias porque se encuentran muy a gusto”, apunta Del Olmo.

Precisamente el hecho de que este entorno natural, en el que se han catalogado cerca de 300 especies de vertebrados entre aves y mamíferos, permanezca cerrado al público es garantía para que muchas especies puedan asentarse y reproducirse con éxito, algo que los responsables de este proyecto esperan conseguir con estas cercetas pardillas. “El silencio que se respira en estas lagunas es gracias a su carácter de terreno cerrado, controlado y gestionado, y eso es importante en entornos tan cercanos a ciudades como Arganda o Rivas», indica el director general de Biodiversidad, quien espera que estos ejemplares de cerceta “se aquerencien en la zona”, si bien “es posible que emigren, o que se trasladen a otras zonas húmedas que les gusten más, pero eso también nos dará información para poder impulsar acciones en esos otros humedales”.

“Lo ideal sería que se instalasen en cualquier punto del sureste de Madrid, no tiene por qué ser aquí, pero si cambian de ubicación entenderemos que ese lugar reúne mejores condiciones y les gusta más. No solo es relevante el hecho de que se reproduzcan, hay mucha información que nos van a poder ir dando, pero es difícil, es un proyecto complicado”, confiesa.

La cerceta pardilla es una especie protegida que, para los impulsores de este proyecto, “es igual que el lince, es un ave emblemática”. Estos ejemplares han sido marcados con dos anillas, además de los ocho que portan el dispositivo GPS.

A su vez, han sido colocados en este entorno cuatro nidales específicos para cerceta pardilla con el objetivo de que puedan anidar y asentarse el Parque Regional del Sureste.

Si este proyecto de translocación tiene éxito, sus responsables llevarán a cabo el próximo año una segunda fase para introducir a la cerceta pardilla en la ya de por sí extensa variedad de aves que conviven en la región y, más concretamente, en esta zona sureste de Madrid.

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