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Este miércoles, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el alcalde de Rivas Vaciamadrid, Pedro del Cura, firmaron un protocolo que materializa el cambio de lindes entre ambos términos municipales, previsto en el Pacto de la Cañada Real y adelantado en su momento por Diario de Rivas. Este intercambio («casi una permuta de terrenos», en palabras del concejal de Urbanismo de la capital, José Manuel Calvo), facilitará la labor administrativa y de seguridad en la Cañada Real, y también obligará a Rivas a replantearse algunos aspectos de su Plan General de Ordenación Urbana. Diario de Rivas enumera las claves del acuerdo entre ambos municipios.

Mapa del cambio de lindes entre Rivas y Madrid

¿En qué consiste el cambio de lindes entre Rivas y Madrid?

El convenio, al que ha tenido acceso Diario de Rivas, hará coincidir el trazado de la M-50 con la linde entre ambos municipios, que ya es, «de facto», «la verdadera frontera geográfica» entre Rivas y Madrid. El actual límite entre ambas ciudades es la Cañada Real. Esta realidad administrativa acarrea numerosas dificultades a la hora de actuar en el asentamiento, tanto en lo que se refiere a disciplina urbanística como a seguridad ciudadana. Y es que, en el lado de Madrid, la competencia la ostentan la Policía Municipal de Madrid y la Policía Nacional, así como el Consistorio de la capital en materia de urbanismo; mientras que en el lado de Rivas actúan la Policía Local y la Guardia Civil. La cuestión de la seguridad fue paliada en su momento vía convenio policial entre ambas ciudades, que buscaba mejorar la eficacia de las intervenciones contra la delincuencia.

¿Qué terrenos se van a intercambiar?

Rivas cederá a Madrid los terrenos situados más al norte que se encuentran entre la M-50 y la Cañada Real, que coinciden con el Sector 3 y parte del Sector 4 del asentamiento y cuya superficie se cifra en 330.000 metros cuadrados. Por su parte, Madrid cede a Rivas 780.000 metros cuadrados que coinciden con el espacio entre la M-50 y la Cañada en el tramo inferior, hasta llegar a la A-3 [ver mapa].

¿Qué características urbanísticas tienen estos terrenos?

El territorio afectado por este movimiento de lindes cuenta con numerosas afecciones urbanísticas, a saber: la R-3, la M-203, la M-823, la M-50, la A-3, la línea del AVE Madrid-Barcelona, la línea 9b de Metro de Madrid, la red eléctrica (cuatro torres de alta tensión y más de 10 de media-alta tensión), infraestructuras de abastecimiento y saneamiento de agua (entre ellas un colector de aguas residuales), un nuevo colector que dará servicio a los nuevos desarrollos de Rivas (La Fortuna, Cristo de Rivas y Polígono Norte), un oleoducto y cinco gasoductos.

¿Cómo va a afectar este cambio a Rivas?

El cambio de lindes con Madrid obligará a Rivas a replantearse su Plan General de Ordenación Urbana. En la zona que ahora pasará a pertenecer a Madrid estaba prevista la construcción de un nuevo cementerio, una infraestructura que, en caso de materializarse en un futuro, deberá ubicarse en otro lugar. Además, según recoge el documento, «en la futura ordenación habrá que considerar: el enlace con la M-50, las afecciones por contaminación acústica, los suelos contaminados, los  convenios urbanísticos suscritos previamente, la modificación del aprovechamiento de todo el suelo urbanizable y el sistema de cesiones/dotaciones/edificabilidades finales».

¿Y a Madrid?

El convenio recoge que «el Ayuntamiento de Madrid recibiría suelo de Rivas Vaciamadrid que permitiría contar con espacios de protección entre las grandes infraestructuras de transporte: el AVE, la M-50 y la Radial 3».

Manuela Carmena y Pedro del Cura, junto a Ignacio Murgui y José Manuel Calvo, durante la firma del convenio de cara al cambio de lindes

Manuela Carmena y Pedro del Cura, junto a Ignacio Murgui y José Manuel Calvo, durante la firma del convenio de cara al cambio de lindes (©Diario de Rivas)

¿Cuándo se va a hacer efectivo el cambio?

El documento firmado este miércoles por Pedro del Cura y Manuela Carmena es «una declaración de intenciones» para trabajar de cara a materializar este cambio de lindes, un movimiento que acarrea un complejo proceso administrativo en el que interviene, además, la Comunidad de Madrid, y que debe ser ratificado por ambos Plenos, entre otros requisitos. La culminación de este proceso podría prolongarse, pues, varios años más.

Mientras tanto, ¿qué va a pasar?

El documento prevé «respetar las determinaciones del planeamiento urbanístico, vigente en cada uno de los ayuntamientos, en los terrenos objeto de permuta, a la fecha de la efectiva alteración de los términos municipales», es decir, que no podrá modificarse lo que estaba previsto en esos espacios antes de que culmine el movimiento de lindes. Además, ambos municipios coordinarán sus actuaciones en materia de disciplina urbanística y a mantener «una política común de actuación referente a demoliciones y regularización de construcciones irregulares existentes en los terrenos ubicados en los antiguos límites de la Cañada Real afectados por el cambio de lindes». Además, se hará un estudio de costes económicos y de actuación común en la política de realojos […] de cara a su presentación a la Comunidad de Madrid». Además, habrá un grupo de trabajo para asegurarse que ninguno de los dos municipios adoptará sin consenso previo decisiones que puedan afectar a estos terrenos; y se elaborará una cartografía detallada que recogerá «los espacios que no pueden ser habitados por mandato legal, es decir, afecciones de carreteras, infraestructuras ferroviarias, transporte energético, saneamiento y dominio público hidráulico». Además se identificará y censará la población afectada, así como las edificaciones sobre las que pesan expedientes judiciales abiertos.

 

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