¿Te parece interesante? ¡Compártelo!

OPINIÓN

José María Sainz

José María Sainz

El siglo XXI es el siglo de las ciudades: según datos del Banco Mundial, generan el 80% de la riqueza global y en 2050 acogerán a casi el 70% de la población mundial. Su fuerza es una certeza imparable, que se une a otros fenómenos como la digitalización y la lucha contra el cambio climático. Como consecuencia, todos los que nos dedicamos, desde diferentes ámbitos, al urbanismo y la promoción inmobiliaria tenemos que hacernos una serie de preguntas: 

¿Qué podemos aportar a estas tendencias desde el diseño urbano? ¿Cómo podemos combinar el crecimiento económico con la sostenibilidad? ¿Qué cambios en nuestras ideas preconcebidas imponen los nuevos usos y demandas sociales, como el teletrabajo o la digitalización económica?

Estos grandes debates también atañen, por supuesto, a una localidad mediana como Rivas, en una reflexión en la que hay que añadir las propias peculiaridades de nuestra ciudad, como, por poner solo un par de ejemplos, la cercanía a un enorme motor económico como Madrid, con sus pros y sus contras, y los problemas en la movilidad por la insuficiencia de las infraestructuras viarias y de la oferta de transporte público.

Sobre todo ello tuvimos la suerte de debatir en las recientes jornadas ‘Rivas en la encrucijada: ideas para una ciudad sostenible’, organizadas por este diario. Era una cita para hablar de sostenibilidad y, sobre todo, de urbanismo, en un contexto muy particular: la paralización de licencias decidida por el Ayuntamiento.

Una ciudad es un organismo vivo, que requiere constantes reflexiones y una adaptación a los nuevos usos y tendencias. Además, somos conscientes de que, efectivamente, Rivas ha crecido muy rápido, y eso ha generado desajustes. Podemos hacer mejor las cosas, cada uno desde su responsabilidad.

Sin perjuicio de que discrepemos sobre la necesidad de esa medida del Ayuntamiento, creemos que, después de nueve meses de frenazo, es el momento de levantar la paralización en al menos en las parcelas ya consolidadas, para continuar con una programación sostenible del desarrollo de la ciudad. Evitaríamos así más perjuicios a empresas y ciudadanos, sin afectar ni condicionar el futuro desarrollo urbanístico.

Luis Domercq

Luis Domercq

Pero este artículo no trata de decisiones políticas. Lo que pretendemos es desarrollar las ideas para la ciudad que expusimos en las jornadas, con espíritu constructivo, y el convencimiento de que las empresas privadas tienen la responsabilidad de colaborar con el desarrollo urbano, de la misma forma que los poderes públicos tienen el deber de escucharlas.

En el caso del Cristo de Rivas –de cuya Junta de Compensación es titular en un 99,3% nuestra empresa, Jarama –, durante las jornadas presentamos tres ideas muy concretas: potenciar la Avenida de la Democracia, la principal del barrio, como un eje de convivencia comercial y productivo, generando empleo de proximidad; crear un anillo verde perimetral colindante con el Parque Regional del Sureste en su linde con Rivas, con pequeños retoques en la trama urbana que integren mejor la ciudad con esos espacios, y, por último, desarrollar una nueva zona de equipamientos al norte de la Avenida de la Democracia, conectada con ese anillo perimetral y que responda a las necesidades de educación, ocio y deporte de la población.

Para el conjunto de la ciudad, proponemos varias líneas en las que trabajar, en ámbitos muy diferentes. Por ejemplo, debemos diseñar edificios, privados y públicos, que tengan en cuenta fenómenos al alza como el teletrabajo. Tenemos que construir con materiales más eficientes y optimizar mejor la energía con tecnologías punteras como la aerotermia. Y estamos obligados a diseñar ciudades conectadas, en las que la digitalización sirva para generar oportunidades económicas y para hacer a todos, también a los mayores, la vida más fácil.

También habrá que tomar medidas para mejorar la movilidad, tanto desde el urbanismo, con una apuesta decidida por los carriles bici, como desde las administraciones: Rivas necesita una mejor oferta de transporte público. En el ámbito de las infraestructuras, la tan esperada conexión con la M50 puede suponer un salto cualitativo en el potencial empresarial de Rivas, que quedará mucho mejor conectada con el Aeropuerto de Barajas y el Corredor del Henares.

Todos estos cambios deberían acompañarse de unos procesos administrativos más flexibles y dinámicos, pues el urbanismo ha de adaptarse con más rapidez a unos procesos de cambio social que en los últimos años se han acelerado.

Nuestra empresa, Jarama, conoce a fondo Rivas, pues durante las dos últimas décadas ha sido uno de los protagonistas de su crecimiento. No solo con su actividad empresarial, sino también con múltiples aportaciones muy concretas, como la cesión de 102 hectáreas para el Parque Regional del Sureste o de más de 270.000 metros cuadrados para dotaciones. El presidente de nuestro Consejo de Administración, Armando Rodríguez Vallina, fue el artífice, hace más de cuarenta años, de Covibar, y muchos de los que le acompañaron en esa aventura están -estamos- hoy en Jarama.

No olvidamos, en definitiva, de dónde venimos, y cómo lo que parecía imposible es hoy una realidad. Creemos que en Rivas se ha hecho, en general, un muy buen trabajo: en las propias jornadas alguien independiente y de tanto prestigio como José María Ezquiaga, Premio Nacional de Urbanismo, señalaba la calidad y el criterio con el que mayoritariamente se ha construido en la ciudad. Mirando al futuro, somos optimistas y positivos, y por eso proponemos y seguiremos aportando. Rivas es un lugar muy atractivo para vivir y trabajar, y lo mejor puede estar por venir si todos remamos en la buena dirección.

 José María Sainz, presidente de la Junta de Compensación del sector Cristo de Rivas, y Luis Domercq, consejero de Jarama Desarrollos Inmobiliarios

Más artículos de opinión en Diario de Rivas

MÁS  Arranca el Presupuesto Participativo 2024-2025 de Rivas: más inversión y nuevas posibilidades
¿Te parece interesante? ¡Compártelo!