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OPINIÓN

Mónica Carazo

Mónica Carazo

Portavoz del Grupo Municipal Socialista, vicealcaldesa y concejala de Deportes del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

El PP de Madrid, atado de pies y manos por la ultraderecha de Vox, ha decidido borrar de un plumazo cualquier iniciativa que pretenda reivindicar la memoria de aquellas personas que dieron cuanto tuvieron por su país y que fueron represaliadas por el franquismo.

Al infame episodio de la vuelta al callejero de la capital del general Millán Astray, en sustitución de la maestra Justa Freire, se suma en Rivas el destierro forzoso de la maestra Mercedes Vera, a la que el Gobierno de la Comunidad de Madrid niega el nombre de un nuevo colegio público en nuestra ciudad.

No se trata de una cicatería más del Gobierno de Ayuso, una de esas triquiñuelas que no tendrían más importancia de no ser porque, con su decisión, menosprecia a la comunidad educativa y a la ciudadanía ripense en su conjunto, que había decidido que el nuevo colegio de primaria y secundaria de Rivas llevase el nombre de la primera maestra de la historia del municipio.

Para ello se abrió un proceso participativo con el que se quiso visibilizar el papel de la mujer en el ámbito educativo, apostando finalmente por la figura de Mercedes Vera, que dedicó su vida a la enseñanza en la finca de El Porcal o en el Casco Antiguo de Rivas y que, como tantos y tantos docentes, sufrió la represión del régimen fascista, hasta el punto de que llegaron a apartarla de su tarea en la formación de los niños y niñas de aquel pequeño pueblo que se ha convertido hoy en una gran ciudad gracias al trabajo y al esfuerzo de personas como ella.

Pese a que, en un principio, la Consejería de Educación aceptó la propuesta de la ciudadanía ripense para dar nombre al nuevo colegio, el décimo sexto de nuestra ciudad, ahora han decidido ser ellos quienes determinen el nombre y han anunciado que, finalmente, el nuevo colegio llevará el nombre de “Hispanidad”. ¿Otro guiño a la ultraderecha?

A la vista de los últimos acontecimientos, cada día que pasa se hace más necesaria la entrada en vigor de la nueva Ley de Memoria Democrática aprobada recientemente por el Consejo de Ministras y Ministros. La decisión del Gobierno regional en torno al nuevo colegio de Rivas se aparta de los cauces democráticos porque se impone a la voluntad de la mayoría y pretende condenar al olvido a la maestra Mercedes Vera.

Con sus actos, la podrán borrar del callejero escolar, pero nunca de nuestra memoria. Ni a Mercedes Vera, ni a tantas y tantas personas a las que debemos tanto y por las que seguiremos trabajando para que sean reconocidas y recordadas y, por tanto, se respete la memoria democrática.

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