Dos glorietas desde la M-823 conectarán Rivas Vaciamadrid con la M-50 y la R-3 para hacer realidad el enlace del municipio ripense con la circunvalación. Los trabajos de la primera fase del proyecto comenzarán en el primer semestre de este año 2022 con un presupuesto total cercano a los 8 millones de euros. Diario de Rivas ha tenido acceso a la documentación del proyecto de esta primera fase del enlace con la M-50, licitada ya por el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid.

El enganche, aprobado el 11 de diciembre de 2020 por el Ministerio de Transportes, plantea la construcción del enlace de la carretera autonómica M-823 con la M-50 en los términos municipales de Rivas Vaciamadrid y Madrid a través de dos vías de conexión (ligadas también a la R-3, que perdería sus salidas directas a la autovía; y, en el caso de la vía sentido este, también con la M-203), desde o hacia la autovía, que confluyen en sendas glorietas de dos carriles y sesenta metros de diámetro cada una, a los lados del paso elevado de la vía regional. El principal obstáculo técnico en el cálculo de las calzadas ha sido la falta de espacio, motivada por la existencia de un túnel oculto y de la cercanía de las infraestructuras de la R-3, pero, según los redactores del proyecto, se ha conseguido presentar un diseño que cumple por poco con los criterios mínimos imprescindibles para su viabilidad.

Los trabajos de construcción del enlace, que se realizarán sobre un terreno de 115 hectáreas, se dividirán en dos fases. En la primera, cuyas obras durarán doce meses desde el inicio de la actividad, se ejecutará la parte más urgente del conjunto, las glorietas y el acceso a la M-50, exceptuando los ramales con la R-3. Tras el término de la primera fase, se podrá poner en uso la vía, independientemente de cuándo se ejecuten las obras de la segunda fase de obras.

Karsts y un oleoducto

El presupuesto de licitación calculado para el enlace de Rivas con la M-50 asciende a 7.739.968 euros, de los que la mayor parte irán destinados a la pavimentación (1,44 millones), el movimiento de tierras (1,18 millones, incluida la consolidación de taludes), señalización, balizamiento y defensas (695.608 euros) y drenaje (604.562 euros, habida cuenta de las características kársticas del terreno).

La obra supondrá la expropiación de seis fincas, tres del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid (solo se detallan dos en el informe, una de 153.013 metros cuadrados, y otra de 182.073 metros cuadrados) y tres de la promotora Jarama Desarrollos Inmobiliarios (incluidas en el sector urbanizable ‘Industrial Norte’ reunidas en una sola finca de 241.840 metros cuadrados), que, en ambos casos, han sido puestas a disposición del proyecto con carácter temporal o definitivo.

Además de las glorietas y las calzadas, la intervención requerirá retranquear los taludes y aumentar la plataforma de la M-50, en la zona del puente bajo la carretera de la M-823. También se tendrán que reemplazar varias infraestructuras de servicios: se prolongarán canalizaciones de vías de telefonía, gas y saneamiento, se protegerán con estructuras de hormigón las tuberías de abastecimiento de agua y gas y el oleducto que discurre por la zona, se crearán nuevas galerías eléctricas y se instalarán nuevos postes a tal efecto.

Según las proyecciones del estudio de tráfico (basado en datos del Consorcio Regional de Transportes de Madrid de 2004, en el que se señala que el 53 por ciento de los viajes de una población, entonces, de 37.518 habitantes, son por motivos obligatorios –trabajo o estudios- y dos tercios de ellos se hacen mediante vehículo privado) recogido en la memoria del proyecto, consultada por este periódico, la capacidad de la nueva infraestructura debería soportar la carga de vehículos durante veinte años en el caso de los accesos y salidas, y de 30 años para las glorietas, y, en todo caso, no afectará al comportamiento del tráfico con respecto a la situación actual. No obstante, un oficio del 20 de noviembre de 2018 del Ministerio de Fomento respecto a la viabilidad del proyecto señala que la glorieta que quedaría en el lado ripense se saturaría en 2050, por lo que se propone la posibilidad de construir un carril adicional de incorporación de 60 metros a cada lado de la rotonda.

En el caso de la M-50, el tramo de incorporación soporta actualmente una cantidad de vehículos que asciende a algo más de 26.500 en ambas direcciones, por lo que la vía podría albergar, según los cálculos, el aporte adicional que vendría de dicha incorporación. Sin embargo, se ha de reseñar que, según las estimaciones municipales recogidas en el informe, están planificados usos de suelo para la margen ripense que supondrán un aporte adicional no cuantificado en profundidad. Los citados usos ascienden a 436.000 metros cuadrados de residencial, 33.088 de equipamiento y 5.822 comercial; eso sin contar los 213.900 metros cuadrados de superficie planificados para el polígono industrial del norte de la ciudad.

La zona de obra se encuentra a 50 metros del Parque Regional del Sureste y de una Zona de Especial Conservación ‘Vegas, Cuestas y Páramos del Sureste de Madrid’, y la ZEPA ‘Cortados y cantiles de los ríos Jarama y Manzanares’. Asimismo, la vía pecuaria de la Cañada Real apenas pasa en algunos puntos a 35 metros de las infraestructuras. Los técnicos consideran en el informe que no se producen afecciones de ningún tipo para estos espacios, no obstante, se contempla la posibilidad de intervenciones en caso de afecciones de cualquier naturaleza.

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