¿Te parece interesante? ¡Compártelo!

OPINIÓN

Antonio de la Peña

Antonio de la Peña

Doctor en Ciencias Biológicas, licenciado en Ciencias Geológicas y diplomado en Medio Ambiente

He leído en Diario de Rivas el artículo, de fecha 26 de febrero de 2023, ‘El Ayuntamiento de Rivas presenta su estrategia de residuos y sostenibilidad alimentaria’. Se trata, a priori, de una presentación de un nuevo plan estratégico -otro más- que comprende el intervalo 2023 a 2030.

Rivas tiene una amplia oferta de planes estratégicos relacionados con el medio ambiente y la sostenibilidad: PGOU para urbanismo, PMUS para movilidad, Plan Estratégico de Economía Circular para esa área de conocimiento, Plan estratégico de residuos para las basuras, Plan estratégico de sostenibilidad alimentaria para la nutrición. Algunos de ellos amparados en el “REPÁRATE a PENSAR”. Excepto en los desarrollos urbanísticos, no se adjunta una memoria económica que lo soporte. 

Pero más allá del aval económico, imprescindible para no ser “ocurrencia”, necesitamos el aval social, científico y técnico. El ideológico, el del partido, no es suficiente. Los planes estratégicos deben ser consensuados por todos los implicados para su éxito.

El pasado 23 de febrero asistí a las Jornada presentación del plan estratégico mencionado. Éramos, exactamente, 34 personas. Las conté una a una. Describo los asistentes. Es tedioso pero fundamental en la argumentación del artículo.

Comenzaré por la foto. Tres fotógrafos con cámaras réflex. La foto que no falte. Los 2 técnicos de Rivamadrid Empresa Municipal de Servicios que intervienen en la exposición técnica de la presentación. Asistió su jefe, el gerente de la empresa, D. Jorge Rochet. También estaba la alcaldesa y presidente de Rivamadrid, Doña Aida Castillejo. Me senté al lado del concejal de IU, D. José Alfaro. Estaba presente en el acto Doña Carla de Nicolás, asesora de Doña Vanessa Millán. Sentado a unos metros de mí, el concejal socialista D. Juan Manuel Calleja. Moderaba la mesa la concejala de Transición ecológica de Podemos, la Señora Millán. No faltaban los funcionarios de participación ciudadana. Otros tres profesionales en la sala de control técnico.

Mencionaré a continuación a los ponentes, también incluidos en el contaje. D Juan Cruz Carrasco Villaverde, el actual director Insular de Residuos de Consell de Mallorca. D. Jesús Santos, primer teniente alcalde de Alcorcón, y coordinador general de Podemos de la Comunidad de Madrid. Doña María Sánchez Esteban, perteneciente al grupo municipal Valladolid Toma la Palabra (V.T.L.P.). Se trata de un grupo político que aglutina personas, a título personal de IU-Equo. D. Gabriel Castañar Hernández es el director de Políticas Palanca para el cumplimiento de la Agenda 2030. Vinculado a Podemos a nivel base (Armero, 2020). Joan Piquer Huerga, director general de Calidad y Educación de la Consellería de Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana. Por último, Jorge Molero Cortés perteneciente a la Red española de municipios agroecológicos y una vida intensa de activismo en ese sector.

Ahora los ausentes, siempre significativos en actos de este estilo. Lilith Verstringe, la historiadora y política española, actual secretaria de Estado para la Agenda 2030 y secretaria de organización de Podemos. Se disculpó su asistencia, a pesar de ser el reclamo de la fiesta. No estaba, ni se la esperaba, la señora Carazo. La vicealcaldesa es nuestro representante en la Comisión de la Agenda 2030 de la Federación de Municipios, donde es presidente. No fue disculpada, ni tan siquiera mencionada. Tampoco asistieron portavoces de ninguno de los otros grupos municipales en Pleno. Por último, la alcaldesa y el señor Alfaro abandonaron la sala a mitad de la Jornada.

En resumen, más jefes que tropa. Más de 24 personas entre organizadores y/o implicados para unos 10 asistentes, quizá 15. Mi primer argumento es evidente: el consenso político no fue prioritario en la elaboración, tramitación, elaboración y puesta en marcha del Plan y de su presentación a la sociedad. Aspecto fundamental para una acción plurianual. El medio ambiente es de todos, no es de una parte.

A mi entender, también es desafortunada su presentación en “tempo”. Los responsables políticos de una gestión de gobierno deben rendir cuenta al final de su legislatura. No se deben presentar proyectos al final del camino. Además, parece razonable no hipotecar procesos y acciones de gobierno a otros grupos políticos. No es ético, no es justo si no han participado en su diseño. Ningún partido político puede garantizar que gobernara en la legislatura 2023-2027 y en la legislatura 2027 hasta el 2030. Por mucho que se gobierne en la actual, no son pitonisas. Seguramente, dado el argumento 1, los actuales partidos de la oposición lo rechazarán. Estarán en su derecho de priorizar otros modos de actuar, de aplicar otros planes estratégicos. Lo más previsible es sentir desapego ante una idea, y proceso, planteados sin su participación.

El tercer argumento es la falta de apoyo de la ciudadanía en la presentación. La asistencia de 14 ripenses es paupérrima. El hórror vacui era patente en la sala. Si fue una acción de gobierno no se logró dar la trascendencia e importancia del Plan. También, cabe la posibilidad que, al hombre medio normal, este asunto le importe un comino. Por último, ambas situaciones: mal vendido y falta de interés. Como siempre, libertad para elegir.

Por último, un cuarto argumento, y dato incuestionable es la cercanía a un proceso electoral municipal. El próximo mes de mayo estamos citados en las urnas. Si este Plan no está en sus programas… olvídense. Pero esto es normal.

Estos son mis cuatro argumentos: falta de apoyo político, ciudadano, error en el “tempo” de gestión, y cercanía electoral. Consecuentemente, es licito plantear otro como motivo elegido. En política nada es casual. Sinceramente, sin rodeos, aquello tenía más de ambiente y acto preelectoral que de gestión de recursos municipales. Todos eran políticos de un signo concreto, tanto los municipales como los de fuera. Nadie de los otros. Aproximadamente 100 días a las elecciones. Gran cantidad de cámaras, y gran cantidad de consignas ideológicas de fondo, en ciertos discursos.

Hablé con la señora Millán. Comenté la falta de consenso en el acto, las ausencias. Ella refirió su amable invitación a todos. Eso es cierto, pero para la escucha, no para la palabra. Tampoco, por lo explicado, parecía que hubieran participado de la elaboración de la estrategia. Cuando dialogué con los funcionarios, y mencioné mi parecer, evitaron comentar el asunto. Máxime, cuando hice ver la falta en un acto, en el ambiente Agenda 2030, de nuestra vicealcaldesa 2030. Si no quieres participar en un acto de partido no asistes. Si el acto es institucional, y de calado, debes asistir en ostentación de tu cargo. Aquello era un torpedo a la línea de flotación de la puesta en escena.

Como ejemplo del contenido ideológico paso a describir el contexto. La charla se desarrolló justo antes de un ágape vegano. Piensen ustedes si el asunto tenía, o no, tinte ideológico. Aquello me hizo gracia. Pensar en la excelencia agroecológica de la dieta mediterránea defendida, minutos antes, por D. Jorge Molero. Era la muerte del vino español de toda la vida. ¡Nuestro cerdito y nuestro vino!

La ecología entendida como economía de la naturaleza (Haeckel, 1864) no es patrimonio de nadie. Todos debemos exponer nuestras ideas y modelos para resolver los problemas ambientales de carácter sistémico. Se puede ser ecologista y comer jamón.

El ecologismo entendido como activismo político no tiene por qué ser compartido. Es más, puede ser rechazado. Nadie me puede obligar a comulgar con modelos de solución, programas o planes. No tengo el deber de comer solo verduras. Además, la lechuga muere al ser cortada. Seguro.

En resumen, no me pueden hacer elegir entre ecologismo o libertad, prefiero ecología y libertad.

Más artículos de opinión en Diario de Rivas

MÁS  La Casa+Grande de Rivas acogerá el 13 y 14 de abril las III Jornadas Republicanas
¿Te parece interesante? ¡Compártelo!