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Aída Castillejo, portavoz de IU-Equo-Más Madrid en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Aída Castillejo, portavoz de IU-Equo-Más Madrid en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid (©Diario de Rivas)

Aída Castillejo Parrilla es la portavoz del grupo municipal de IU-Equo-Más Madrid en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. Maestra de educación infantil, desde hace varios años forma parte del Gobierno de Rivas Vaciamadrid, donde ha sido responsable de diversas áreas como Deportes, Infancia y Juventud, Salud y Consumo o Igualdad y Mujer, entre otras. Actualmente es la segunda teniente de alcalde de Rivas, coordinadora del Área de Ciudadanía y concejala de Cultura y Fiestas. Diario de Rivas arranca con esta entrevista un ciclo de encuentros con los portavoces de las distintas formaciones políticas con representación en el Pleno municipal para repasar la actualidad de la ciudad.

IU-Equo-Más Madrid acaba de cerrar un pacto de gobierno con el PSOE de Rivas, que se suma al Ejecutivo de la ciudad, donde también está presente Podemos. ¿Qué aporta este nuevo acuerdo?

Sobre todo, fuerzas y manos. Rivas es una ciudad cuya ciudadanía exige mucho a sus representantes políticos, y la incorporación de los compañeros y compañeras del Partido Socialista hace que podamos repartir cargas de trabajo para profundizar en las distintas áreas. Eso es lo que más se va a notar de cara a la ciudadanía. Sobre todo, porque esto es un trabajo al que le puedes dedicar 24 horas al día, los 7 días de la semana, y siempre te faltarán horas. Y desde una visión más política, Rivas vuelve a ser ejemplo de que la unión de las izquierdas es posible. En un tiempo en el que parece que la izquierda está condenada a no entenderse nunca, Rivas vuelve a ser ejemplo de que es posible que dejemos a un lado nuestras diferencias (que las tenemos, porque para eso somos partidos políticos distintos) y nos centremos en lo que nos une.

El acuerdo de gobierno con Podemos fue más rápido. ¿Por qué se ha demorado tanto la incorporación del PSOE al Gobierno?

Con Podemos ya veníamos de gobernar, así que era mucho más sencillo. Sabíamos que era poco lo que nos diferenciaba y mucho lo que nos unía, y que estábamos en la misma sintonía en lo que a gobernar se refiere. El Partido Socialista, en cambio, hacía ya muchos años que no estaba en el Gobierno de Rivas y había que hilar un poco más fino. Es verdad que las asambleas las teníamos ya convocadas cuando se nos cruzó la pandemia, pero teníamos que ir más a la raíz de lo que queríamos para la ciudad, y saber cómo hacerlo. Una vez que tuvimos ese acuerdo, nuestra asamblea se ha reunido seis o siete veces para ver cada paso que íbamos negociando en esas mesas. Lo importante es que tenemos un gobierno fuerte de izquierdas, que abarca todo el abanico de la izquierda en nuestra ciudad, y al final representa lo que la ciudadanía quiere: que Rivas siga siendo de izquierdas.

El concejal Enrique Corrales, que pertenece a Equo y tenía delegadas las competencias de Transición Ecológica, Seguridad y Movilidad, además de consejero delegado de Rivamadrid, ha quedado fuera del último gobierno. ¿Por qué ha salido del ejecutivo?

Responsabilidades de gobierno seguimos teniendo todos y todas porque formamos parte de él. Siempre que hemos ido en candidaturas de unidad popular, hemos partido de la premisa de que no había cuotas: aquí no se ha quedado fuera el de Equo, ni se hubiera quedado fuera el de IU o el del PCE. Estamos trabajando todas juntas. Enrique ha hecho un gran trabajo cuando ha tenido competencias delegadas y lo va a seguir haciendo, ligado de una u otra manera al trabajo del gobierno, de la misma manera en que lo van a hacer algunas otras personas de otros partidos que también se quedan sin competencias delegadas, pero eso no significa que no vayan a seguir ligadas al gobierno de la ciudad.

¿Por qué en Rivas no ha sido posible un Unidas Podemos, como sí lo ha sido a nivel nacional y en otros espacios?

Estamos trabajando en ello. Creo que, si existe un Unidas Podemos nacional, el trabajo que se ha hecho en Rivas tiene mucha ‘culpa’. Que no llegáramos a una candidatura conjunta no es lo importante; lo importante es el camino que andamos juntas. Esa experiencia de gobierno también tiene que ver, y no es una cuestión de creernos el ombligo del mundo, sino de que somos uno de los municipios gobernados por la izquierda que más se reconocen a nivel nacional. Eso también impulsó que naciera Unidas Podemos: demostramos que se podía gobernar conjuntamente y que tanto IU como Podemos podíamos llegar a acuerdos y gobernar. El hecho de que luego no llegáramos a una candidatura conjunta que se llamara Unidas Podemos es casi una anécdota, porque el trabajo conjunto hizo que fuera más fácil esa entrada de Podemos en el Gobierno: aportamos ese bagaje al ámbito estatal para conseguir que la marca Unidas Podemos esté ahora en el Gobierno de la nación.

IU lleva tres décadas gobernando Rivas Vaciamadrid. En las últimas candidaturas electorales, su formación siempre ha repetido que quiere que “Rivas siga siendo Rivas”. ¿Qué quiere decir eso?

Tiene que ver mucho con el lema de nuestra última campaña, que es sentir orgullo de nuestra ciudad. Rivas es una ciudad relativamente nueva a la que vinieron gentes muy jóvenes que la construyeron casi como lo estamos haciendo ahora: a base de movilizaciones y de peleas con el resto de gobiernos. Ese ADN se nos ha quedado a quienes hemos nacido o hemos venido a vivir aquí a edades muy tempranas. Queremos que Rivas siga siendo un modelo en el que la ciudadanía construye su ciudad y el gobierno acompaña esa construcción por parte de sus vecinos y vecinas. En resumen, cuando decimos que queremos que Rivas siga siendo Rivas, nos referimos a que tenemos una ciudad de la que sentirnos orgullosas y queremos que continúe siendo así.

IU Rivas acaba de publicar un estudio comparativo que concluye que Rivas es la gran ciudad que más porcentaje de su presupuesto dedica a la gestión pública directa de sus servicios públicos. Desde el gobierno de la ciudad, ¿van a continuar dando recorrido a esta apuesta?

Todo el recorrido que se nos permita. En la legislatura anterior intentamos ir más allá a través de Rivamadrid y fue inviable, porque ni siquiera en la propia junta de Rivamadrid se votó la apertura del objeto social, pero lo tenemos en el horizonte. Otra cosa es que, cuando hablamos de privatizaciones, haya que mirar a otros sitios antes que a Rivas. De hecho ese estudio, que está realizado con los datos que los propios ayuntamientos vuelcan al ministerio de Hacienda, viene a corroborar lo que ya dijo un estudio de CCOO hace poco: que cuando hablamos de privatizaciones, el ayuntamiento al que no se puede señalar es el de Rivas Vaciamadrid, que tiene una trayectoria no solo de remunicipalizar, sino de optar por lo público en primera instancia. Luego en tiempos de crisis vinieron las ‘leyes Montoro’ a impedirnos contratar e imponer el techo de gasto, que está ahora tanto en boca de otros partidos, y los ayuntamientos tuvimos que optar por otro tipo de contrataciones para poder seguir prestando los servicios. Eso lo hemos explicado infinidad de veces. De hecho, fuimos el ayuntamiento que pidió que nos dejaran saltarnos ese techo de gasto para poder hacer contrataciones, porque esta ciudad que ha crecido mucho en población en los últimos años no ha visto crecer en igual medida a sus funcionarios. La gente que viene a vivir aquí merece tener los mismos servicios públicos y de la misma calidad que los que ya estábamos viviendo aquí. Ese estudio, en definitiva, refleja que Rivas sigue demostrando que otra forma de gobernar es posible.

Sin embargo, en los últimos años les han criticado otras fórmulas de gestión indirecta, como la del centro deportivo del Barrio de la Luna.

Esas iniciativas vienen de la mano, como decía, de la imposibilidad de los ayuntamientos de poder disponer de nuestros ahorros y el resto de limitaciones derivadas de la ‘Ley Montoro’.

Aída Castillejo, en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Aída Castillejo, en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid (©Diario de Rivas)

El alcalde de Rivas, Pedro del Cura, es, además, el representante de Unidas Podemos en la FEMP. Primero fue muy crítico con el planteamiento de Hacienda respecto al superávit de los ayuntamientos y después afeó que el Gobierno publicara en el decreto aspectos que no había negociado. Ahora, el Gobierno central ha cambiado de actitud. Desde IU Rivas, ¿qué creen que se debe mejorar ahora?

El espacio que representa Pedro en la FEMP, de ayuntamientos del cambio, cambió su voto en contra por la abstención porque hubo un cambio de actitud. Es verdad que luego criticamos duramente que el Ministerio hiciera trampas publicando en el BOE algo que no era lo que se había negociado en el marco de la FEMP, y una vez que llegó al Congreso y cayó, el Gobierno entendió también que había otra forma de hacerlo. Creo que nos habríamos ahorrado todo esto si desde el principio hubieran escuchado a los ayuntamientos y hubiéramos sido capaces de ver que había una necesidad real, no un ‘no’ al Gobierno, sino una invitación a sentarnos y a ver otra forma de hacer las cosas. De todas formas, aprovecho para dar la bienvenida a todos esos partidos que ahora se suben al barco. Que ahora venga el Partido Popular a defender esta causa cuando fueron los grandes impulsores del techo de gasto, y ahora sean los primeros que quieren que acabemos con el techo de gasto, me parece, cuando menos, sorprendente. En todo caso, bienvenidas y bienvenidos, aunque sea para iniciar una guerra en beneficio de los ayuntamientos que sirve para disparar balas contra un Gobierno que no es de su partido. Estoy segura de que el Gobierno de la nación terminará escuchando a los ayuntamientos: prueba de ello es que se ha podido llegar a un consenso en beneficio de nuestra ciudadanía.

¿Qué supone para Rivas este cambio de rumbo del Gobierno central sobre el superávit?

Va a ser un antes y un después para Rivas y para todos los ayuntamientos que hacemos los deberes y que a final de año tenemos un superávit y remanentes de tesorería. Cuando viene el Gobierno de la Nación a decirte que ese buen trabajo que has hecho no te lo vas a poder gastar en lo que quieras, y que no vas a poder contratar a personal, para nosotros es algo duro de explicar a la ciudadanía. De ahí nuestra defensa del municipalismo: siempre hemos dicho que somos la ventana más cercana que tiene la ciudadanía. Y, aunque su reivindicación no tenga que ver con las competencias de los ayuntamientos, somos la administración que tienen más cerca. En esta ciudad estamos muy acostumbrados a tener el teléfono del concejal o la concejala de turno, o el del alcalde, y llamarles cuando tenemos un problema, tenga o no tenga que ver con el Ayuntamiento. Todo eso que tiene que ver con poder destinar nuestros recursos a mantener la esencia de nuestros municipios, que, en el caso de Rivas, tiene que ver con la defensa de nuestros servicios públicos, y con poder contratar a personal para atender a una ciudadanía que ha crecido muchísimo en los últimos años; o con que la inversión en la ciudad garantice puestos de trabajo. Es una pescadilla que se muerde la cola: si los ayuntamientos podemos actuar sobre nuestras ciudades, generamos puestos de trabajo, hacemos que las empresas no cierren… Y eso tiene que ver con la capacidad de que, si tenemos ahorros, podamos destinarlos a lo que nuestros municipios necesitan.

Aunque la pandemia de la Covid-19 ha venido a cruzarse en el camino, el programa electoral de IU-Equo-Más Madrid incluía numerosos proyectos para la ciudad. Además de exigir el acceso a la M-50, para lo cual se está trabajando con el Ministerio, está el cubrimiento de las vías del Metro y la emergencia educativa

Y en estas llegó la pandemia, sí. El programa era maravilloso, porque teníamos en nuestra cabeza qué queríamos hacer con la ciudad, y además lo construimos con la ciudadanía. Ahora estamos en medio de una emergencia sanitaria, pero ninguno de estos planes se ha desechado. En cuanto a la M-50, seguimos trabajando con el Ministerio, esperando que la Comunidad nos diga si va a aportar un solo euro. Recordamos que, en caso de que se hiciera, seríamos el único municipio de la región en el que la Comunidad no aportaría ni un solo euro al enlace con la M-50. Si la Comunidad se desliga de este proyecto estará otra vez dejando muy claro cuál es su proyecto para el Sureste de la Comunidad. El proyecto sigue adelante, aunque entendemos que la pandemia ha llegado para todas las administraciones; también registramos una PNL en la Asamblea de Madrid y seguimos diciendo a todo el que nos quiere escuchar que Rivas sigue necesitando ese enlace con la M-50. En cuando al cubrimiento del Metro, continúa igual, con el concurso de ideas que se convocó. Y en cuanto a la emergencia educativa, ahora tiene más sentido que nunca. Es verdad que ahora parece que el problema es si mi peque va a estar en el gimnasio, en el edificio de enfrente o cómo van a salir al patio, pero nada de esto hubiera pasado si la Comunidad de Madrid hubiera respetado el decreto de mínimos. Si hubiéramos tenido nuestras bibliotecas, aulas de música o laboratorios en los colegios públicos, hoy esas aulas las hubieran usado los grupos burbuja y no tendríamos este problema que tenemos no solo en Rivas, sino en la educación pública de toda la región. Y lo tenemos porque quienes incumplen sistemáticamente el decreto de mínimos y a quienes les quitan espacios es a los colegios públicos; esto no pasa en el sector privado. Ellos tienen todos esos espacios y muchos más para destinar a aulas. Por eso, la emergencia educativa tiene ahora más sentido que nunca.

Uno de los temas en los que más insistió IU-Equo-Más Madrid en la campaña fue la necesidad de impulsar la economía de la ciudad y de llevar a cabo proyectos estratégicos que atrajeran empleo. En los últimos meses, debido a la pandemia, han cerrado numerosos negocios en Rivas y ha aumentado el paro. ¿Cómo van a afrontar esta situación?

Tratamos de reconducir la situación en la medida en que las empresas lo necesiten. Para eso hemos trabajado en los foros que lanzamos para el Pacto de Ciudad de Rivas, también porque entendíamos que la pandemia nos había cambiado los planes a todas, no solo a las empresas de todos los sectores, y queríamos escuchar de boca de quienes lo sufren en el día a día qué es lo que necesitan y lo que podíamos hacer. Y seguimos con el mismo proyecto de atraer empresas a la ciudad, como la instalación del futuro supermercado en el barrio de La Luna, fruto de la conversación de tú a tú con las empresas interesadas, a quienes facilitamos todo lo que esté en nuestra mano, porque es garantía de empleo.

Aída Castillejo, frente al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Aída Castillejo, frente al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid (©Diario de Rivas)

Esta legislatura estaba previsto cambiar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Rivas para revisar un modelo que, en palabras de la anterior concejala de Urbanismo y actual eurodiputada de Unidas Podemos Sira Rego, no es sostenible. ¿Cómo abordarán esta tarea?

Lo enfocamos sabiendo que nuestro PGOU lo aprobó la Comunidad de Madrid, al igual que los del resto de ayuntamientos. Hay veces que se nos ha echado en cara la desmesura en el crecimiento de Rivas, pero no ha habido desmesura: aquí sabemos perfectamente hasta dónde podemos llegar porque tenemos la suerte de contar con un Parque Regional, el del Sureste, que nos limita. Partiendo de la base de que tenemos un tope de habitantes, no se nos pueden echar todos los balones a nosotras cuando la Comunidad de Madrid ha avalado ese PGOU. Muchas familias jóvenes, que piensan en tener descendencia o ya la tienen, eligen Rivas para su proyecto de vida. Hay cierta tendencia en Rivas a decir: “Ahora que yo ya vivo aquí, el resto que no venga”. Es verdad que tenemos que contar con límites y no hay problema en revisar nuestro PGOU. También es verdad que en Rivas lo último que se está construyendo no tiene mucha altura y también intentamos que las unifamiliares sean las mínimas posibles. Las construcciones de nuestra EMV son edificios no muy altos, que todo hace indicar que son los más sostenibles. Aun así, estaremos encantadas de revisar nuestro PGOU y hacerlo todo lo sostenible que sea posible. Nuestro PGOU data de 2003 y desde entonces se ha evolucionado mucho en todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad urbanística: todo lo que sea hacer que la ciudad sea lo más sostenible posible, bienvenido sea.

Otra de las señas de identidad de Rivas es la actividad cultural. Recientemente se ha suspendido la programación cultural prevista en septiembre con motivo de las ‘fiestas’ que se habían aplazado desde mayo. ¿Por qué tardó tanto en llegar esta decisión cuando muchas personas se empeñaban en que no era el momento?

Yo creo que había mucha gente que se empeñaba en que el sector cultural no tuviera las mismas ayudas que ha tenido el resto de sectores. Y cuando digo ‘ayudas’, no me refiero a ayudas económicas. Cuando se habla de volver a nuestros bares a tomarnos una caña, entendiendo que detrás de ese bar hay una familia que necesita abrir su persiana, con el sector cultural pasa lo mismo: lo que pasa es que a veces se nos olvida que detrás del sector cultural también hay familias. Detrás del tejido cultural de Rivas no hay grandes empresas, sino familias que viven de su trabajo, no de ayudas, ni de pagas, ni de otras cuestiones. Es verdad que tardamos en tomar la decisión. La mayoría de los municipios que tenían sus fiestas en mayo lo que hicieron fue suspenderlas; a nosotros, los agentes culturales, con los que hablamos igual que con los de otros sectores, nos pidieron que no las suspendiéramos, sino que las aplazáramos. Lo hicimos así, estuvimos de mayo a septiembre controlando cómo iban los datos en Rivas y en el resto de la región, y a mediados de agosto empezamos a ver que teníamos unos datos preocupantes. Los agentes culturales nos decían que había otros espacios y otros municipios que sí estaban siguiendo adelante, pero al final en los últimos días de agosto o principios de septiembre vimos que iban a subir los datos de Covid-19 y que lo más prudente era no celebrarlo como lo teníamos establecido. De esas conversaciones han surgido otro montón de ideas, porque la gente de la cultura no quiere indemnizaciones ni que se les pague por un trabajo no realizado, sino que quiere vivir de su trabajo. Y en base a ello estamos ya trabajando en otras propuestas para que ese sector tan importante, como es el de la cultura, tenga su espacio en una ciudad que apuesta por la cultura, no porque a la concejala de turno le guste mucho, sino porque es un derecho y desde las administraciones tenemos la obligación de garantizar el acceso a la cultura. Y por eso hay que devolver a ese sector de la cultura todo lo que nos dio en ese tiempo de confinamiento. Cuando estuvimos en casa, estuvimos viendo series, películas, conciertos y directos vía Instagram, escuchando lecturas, poetas y poetisas que nos alegraron las tardes, y eso hay que devolvérselo: no puede ser que cuando lo estamos pasando mal, nos aprovechemos de la cultura, y ahora que la cultura lo está pasando mal digamos que es menos sector que el resto. En esa devolución al mundo de la cultura está seguir trabajando junto a ellos, de la forma más segura posible, pero que no se pare, porque detrás hay muchas familias de nuestro municipio y de fuera de él.

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