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OPINIÓN

Juanma del Castillo

Juanma del Castillo

Periodista

En 2011 se genera un movimiento completamente espontáneo de protesta y denuncia de todo el estado social y político de nuestro país. Primero se manifiesta en Madrid, ocupando durante más de un mes la Puerta del Sol, y enseguida se contagia a otras muchas ciudades de toda España y de todo el mundo. Eran las clases más desfavorecidas que reivindicaban atención, respeto y nuevos derechos. Sobre todo, los más jóvenes, a los que les afectaba el paro hasta en un 53% de la población.

Del Movimiento 15M nace Podemos, el 17 de enero de 2014. Ya en las elecciones europeas de 2015 sacó cinco eurodiputados al Parlamento Europeo. Podemos se convirtió de repente en la cuarta fuerza política en nuestro país.

En octubre de 2014 ya eran 200.000 los afiliados de Podemos. Llegó a aparecer como el primer partido del país en intención directa de voto, según las encuestas.

En las elecciones generales celebradas el 20 de diciembre de 2015, las listas presentadas por Podemos para el Congreso de los Diputados, en solitario o en coalición con otras formaciones políticas, obtuvieron el 20,68 % de los votos y 69 diputados en el conjunto del Estado.

¿Qué ha pasado desde entonces?

Podemos dio al traste con todas las estructuras sociales y políticas al uso hasta ese momento. Podemos acabó con el bipartidismo: el PP y el PSOE se tambalearon, los poderes fácticos corrieron a crear un partido como Ciudadanos, que tendría que haber sido la alternativa al PP carcomido por la corrupción…, y más a la derecha aún, empezaron a aupar a Vox.

En las primeras etapas, Podemos era una novedad, las personas que daban visibilidad al partido eran jóvenes, atrevidos, muy formados y con ideas frescas para cambiar las cosas, incluso atraían audiencia en las televisiones y radios, y nuevos lectores en los periódicos. Hasta que los estudiosos de los distintos medios, urgidos por la alarma que cundía entre los poderosos, decidieron cortarlo. Y no solo eso, pusieron a trabajar a sus huestes de investigadores, policías, agentes de las cloacas… para intentar encontrar pequeños o grandes ‘deslices’ en la vida personal, profesional o política de todas esas cabezas visibles de Podemos. Y en caso de que no los hubiera, había que construirlos (bulos, mentiras, tramas, etc.). A esa tarea se pusieron los Villarejo, Cosidó, Aparicio, Pérez de los Cobos… y todo el Ministerio del Interior con el ministro J. Fernández Díaz a la cabeza. Las directrices de todo el aparato mediático se empeñaron en ‘desprestigiar que algo queda’ aunque sea con mentiras (más de veinte denuncias contra miembros de Podemos, hoy desestimadas todas).

Pero tampoco Podemos lo hizo todo bien, los personalismos y egos de unos y otros, empezaron a aflorar, enfrentamientos, dimisiones, ceses y divisiones. Los Círculos (organizaciones de los barrios) se abandonaron, y los líderes naturales iban siendo absorbidos por la estructura del partido.

En el Vistalegre II, Iñigo Errejón protagonizó la ruptura (al no ganar su propuesta decidió marcharse). Probablemente alentado por el PSOE prometiéndole ‘el cuerno de oro’.

Pero el acoso no cesó y el desprecio tampoco. Podemos estaba bien visto cuando solo era un movimiento de jóvenes que protestaban y hacían discursos bonitos; Cuando algunos vieron, que podía llegar al poder y cambiar las cosas, los poderosos empezaron a tramar su destrucción. Hasta Pedro Sánchez decía que ‘no podía dormir por las noches’, su apuesta era Ciudadanos, y llegó a repetir las elecciones para evitar el gobierno de coalición. Al final, si quería ser Presidente, solo lo conseguiría pactando con Podemos.

La estrategia de ahora es la misma que con Errejón, en esta ocasión con una mujer, Yolanda Díaz, ‘hay que cortarles las alas a Podemos’. Pero muy probablemente, tampoco lo conseguirán.

¿Y los barrios, que ha estado pasando?

Lo que más conozco es Rivas y de eso es de lo que escribo. En las primeras elecciones municipales, Podemos se presenta con un partido instrumental creado para tal fin, que era Rivas Puede (RP). Podemos prefirió que los Círculos no se presentaran con la marca original. Rivas Puede obtuvo seis concejales/as y a muy pocos votos de sacar el séptimo.

A mitad de legislatura se produce la ruptura de RP, otro partido integrado en esta nueva formación, intentó controlar Podemos, y al final se generó la crisis. Desde entonces los intentos por parte de otras fuerzas políticas de hacerse con el control de Podemos no han cesado.

Ya en esas elecciones de 2015, alguien (evidentemente alguien a quien podía favorecer), repartió en todos los buzones del municipio, días antes de la votación, un ‘libelo’ diciendo ‘Rivas Puede no es Podemos’. Algo similar a lo que está ocurriendo ahora en la campaña a las municipales de 2023 (rotura de carteles, desaparición de las pancartas, pegatinas encima de los carteles de la candidata, etc.), comunicados y entrevistas de ‘los renegados’ en medios de derechas. Parece evidente que lo está haciendo alguien a quien le puede favorecer, porque solo ocurre con la publicidad de campaña de Podemos.

Seguro que Podemos ha hecho cosas mal, pero ha hecho muchas cosas bien que de no haber estado en los gobiernos, nunca se habrían hecho: casi 200 normas, de las cuales más de cien son leyes. Algunas de mayor popularidad y relevancia por su carácter social o por su impacto en la economía nacional: derogación del despido objetivo; derogación del delito de sedición; la reforma laboral; las diferentes subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI); la subida de las pensiones acorde al IPC; el tope al gas; los impuestos a las entidades financieras y a las empresas energéticas; la Ley de Memoria Democrática; el tope a los alquileres; la Ley Trans; la ley del ‘Solo sí es sí’ o el Pacto de Estado contra la violencia de género, entre muchas otras medidas. A su vez, tres Presupuestos Generales del Estado en tres años, etc.

En Rivas, toda la política de transición Ecológica (que no existía) es labor de la concejala Vanessa Millán de Podemos; el enlace a la M50; las 80 viviendas que se están construyendo para alquilar; el logro de la unificación tarifaria; más de 2.500 árboles plantados después de la tormenta filomena; el plan de composteras comunitarias; la implantación del cuarto contenedor (marrón) para orgánicos; etc., y otros muchos logros desde el gobierno de izquierdas.

Son los gobiernos de derechas, como el de la Comunidad de Madrid, quienes nos están desmantelando la sanidad pública y la escuela pública, quienes están propiciando la destrucción del medio ambiente…, quienes nos castigan a los vecinos de Rivas sin centros de salud, sin hospital, sin colegios, etc.

Nuestro voto, el de cada uno de nosotros/as sí que vale, nos asegura que no nos robarán más cosas y que juntas lucharemos por una ciudad mejor.

Trabajadoras/es españoles, inmigrantes, clases medias, mujeres…, solo si Podemos forma parte de los gobiernos locales, autonómicos y nacionales, tendremos a alguien que defienda nuestros derechos.

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