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El arborétum de la Casa de Asociaciones, después del robo (©Planeta Rivas)

En la noche del sábado al domingo desaparecieron 17 de los 22 árboles del arborétum de la Casa de Asociaciones. Se trataba de ejemplares aportados por las distintas entidades sociales que desarrollan allí proyectos sociales de interés público para la ciudadanía.

«Apenas han durado dos semanas». Así se lamentaba este martes Juan José Huesca, de Agrivas, el colectivo encargado de cuidar los árboles del arborétum de la Casa de Asociaciones de Rivas, que fueron plantados el pasado 28 de enero durante una gran fiesta abierta  a la ciudadanía por miembros de las dos decenas de entidades que venían preparando el proyecto desde hacía un año. «Un año de trabajo e ilusión por parte de mucha gente, que se sumaron a esta idea de ‘echar raíces’ aportando cada uno un árbol frutal». Los manzanos de Fundar y el colectivo de bailes de salón, los perales de Rivas Sahel y Grupo de Baile Somesu, el kaki de XXI Solidario, el granado de la Asociación Laica… y así hasta 17 árboles costeados por distintas asociaciones y entidades del municipio, que aportaron 25 euros cada una «y, sobre todo, la ilusión de formar parte de este gran proyecto colectivo. A algunos de estos árboles ya les habían empezado a brotar los primeros frutos», recuerda Huesca.

«Hasta ahora habíamos sufrido un par de actos de vandalismo en el huerto, pero nunca algo como esto», asegura Huesca. El robo ha sido denunciado este martes ante las autoridades. Los ladrones pudieron entrar de noche por una valla junto a las vías del TFM que da acceso a la parte trasera de la Casa de Asociaciones, según informan Agrivas y trabajadores de la Casa de Asociaciones. No había rastros de tierra, por lo que se sospecha que los cacos introdujeron los árboles en sacos para evitar dejar pistas. Los 17 árboles frutales sustraídos del arborétum (dos manzanos, dos cerezos, dos ciruelos, dos melocotoneros, dos perales, dos albaricoqueros, un kaki, un azufaifo, un limonero, una higuera y un membrillo) cuestan entre 15 y 25 euros cada uno en un vivero.

Ahora, en el terreno dedicado a este nuevo espacio verde solo quedan un níspero, un olivo («Creemos que no se lo han llevado por su peso», dice Huesca) y algún otro árbol de menor valor, rodeados de agujeros vacíos con carteles donde se recoge el nombre de cada árbol que se plantó, junto al del colectivo que lo aportó. Aunque, según esperan desde Agrivas, esta estampa permanecerá «por poco tiempo». «Los volveremos a plantar, sea como sea», dice Huesca. «Aunque algunas ya se han ofrecido, no queremos que las asociaciones vuelvan a aportar dinero; sabemos que no les sobra», asegura, «así que estamos dispuestos a costearlo nosotros. Además, hemos pedido al Ayuntamiento que nos ayude, aunque sea con algunos ejemplares».

Fuentes de Consistorio aseguran que intentarán «ayudar en todo lo posible» a la iniciativa y que el edil de Participación Ciudadana y Medio Ambiente, Rubén Tadeo, está estudiando fórmulas de colaboración con Agrivas para que la Casa de Asociaciones vuelva a tener su arborétum. «Lamentamos que haya gente sin escrúpulos y sin empatía capaz de hacer algo así», aseguran las mismas fuentes.

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