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Elena López, en la puerta del restaurante donostiarra del Basque Culinary Center

Elena López, junto al cartel del restaurante donostiarra del Basque Culinary Center (foto: cedida por E.L.)

Elena López Bueno tiene 20 años, los mismos que lleva viviendo en Rivas, “en la zona de Covibar 2”, explica ella misma al otro lado del teléfono. Elena, estudiante de Cocina en la CEM Hipatia, acaba de instalarse en las inmediaciones de San Sebastián para empezar sus prácticas no laborales en el Basque Culinary Center, que le ha asignado una plaza en el restaurante que tiene en lo más alto del emblemático edificio Tabakalera de la ciudad donostiarra.

La joven ripense ha atendido a Diario de Rivas apenas un día antes de empezar sus prácticas en el restaurante del centro de formación gastronómica, que es una referencia en todo el mundo desde que abrió sus puertas en el año 2011. Elena se formará durante el verano en las cocinas de su restaurante (el centro tiene otro local abierto al público dentro de las instalaciones de la escuela) en el corazón de San Sebastián. “Hasta el 5 de julio seguro, pero nos han dicho que posiblemente nos ofrezcan quedarnos un mes más, así que si tengo la oportunidad, me quedaré”, dice la estudiante.

A sus 20 años, la vida ha llevado a Elena hasta Andoáin, donde ha podido alquilar una habitación a una amiga de su familia para poder aprovechar la oportunidad que se le ha presentado gracias a desempeño, a sus profesores del grado medio de Formación Profesional en Cocina y Gastronomía de la CEM Hipatia de Rivas y al programa Gastronomix.

Elena López, en el restaurante del Basque Culinary Center donde hace sus prácticas gracias a una beca

Elena López, en el restaurante del Basque Culinary Center donde hace sus prácticas gracias a una beca (foto: cedida por E.L.).

Elena estudia el primero de los dos cursos del citado grado de FP en Hipatia. Aunque reconoce que siempre le gustó cocinar, desde pequeña, cuando quería apuntarse a MasterChef, tardó en darse cuenta de que deseaba enfocar su vida profesional al oficio de cocinar. “Completé la ESO en el IES Las Lagunas, también 1º de Bachillerato, pero me agobié en el último curso entre el confinamiento y que no me gustaban las asignaturas de ciencias a excepción del dibujo técnico”, explica. “Decidí apuntarme al Bachillerato de Artes en Hipatia al año siguiente, pero no había plazas, y empecé un grado medio en Vallecas para trabajar en sala (en restauración), pero tampoco me gustó”, continúa.

Fue entonces cuando reflexionó y se propuso estudiar aquello que llevaba años haciendo como hobby en casa: cocinar. “Me apunté en Hipatia y me encanta. Desde que voy, estoy disfrutando muchísimo y sacando muy buenas notas. Prefiero estar en clase que en casa”, asegura Elena.

Sus profesores en el colegio ripense dan fe de este compromiso de Elena con sus estudios de cocina. “Elena es una apasionada de la cocina y con sus muchas ganas de aprender ha logrado obtener muy buenas calificaciones y ha adquirido las competencias teórico-prácticas de este primer curso”, afirma María Barrado, su tutora en Hipatia.

La profesora de Elena destaca de su alumna “su relación con compañeros y profesorado es muy positiva, y también la implicación que muestra continuamente. Es de esas alumnas que agradece tener todo profesor en el aula”.

Elena López, en primer término, con gafas, con sus compañeros de estudios de cocina en Hipatia

Elena López, en primer término, con gafas, con sus compañeros de estudios de cocina en Hipatia (foto: CEM Hipatia).

«La joya de la corona son las prácticas en el Basque Culinary Center»

Fueron sus profesores en Hipatia quienes propusieron a Elena para el programa Gastronomix, que es el “vehículo” que ha llevado a la estudiante a poder disfrutar de una beca en el restaurante del Basque Culinary Center. “Me explicaron mis profesores que querían proponerme, que sería muy práctico, poca teoría y mucha cocina, y dije que sí”, reconoce Elena, que tuvo que pasar varias entrevistas para obtener plaza en el programa de cocina.

Gastronomix, explica Laura L.Ruiz, coordinadora del programa, es “un proyecto social de la fundación La Casa y El Mundo que se hace desde hace ocho años en Madrid y dos en Sevilla”. El objetivo de la iniciativa es ayudar a jóvenes en riesgo de exclusión social (el 80% de su alumnado no ha terminado sus estudios obligatorios), pero hay un cupo, aproximadamente un 20% de los estudiantes elegidos para participar en el programa, que atienden a otras particularidades. “Desde personas con necesidades especiales hasta estudiantes del grado medio de cocina, como es el caso de Elena”, cuenta Laura.

El programa, que está financiado en un 90% por Ebro Foods, una vez elige a sus participantes, ofrece a sus estudiantes clases de cocina todos los sábados del curso escolar. En Madrid, estas clases tienen lugar en la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid, cuya sede está en la Casa de Campo. Y al final del curso, garantiza unas prácticas a su alumnado. “Las prácticas son variadas. Desde residencias y hospitales, donde se aprende a trabajar en cadena, a restaurantes Estrella Michelín como La Tasquería. Y la joya de la corona son las prácticas en el Basque Culinary Center, que colabora con nosotros desde el primer año”, expone Laura L. Ruiz.

Para estas prácticas no opta todo el alumnado de Gastronomix. Pero tampoco son necesariamente los más talentosos o los mejores cocineros quienes tienen garantizada su estancia en San Sebastián. “El nivel no es el criterio preferente de elección, sino que son la asistencia a clase, que no falten los sábados, y el que mejor actitud y evolución haya tenido durante el curso. Y en todos estos factores, Elena estaba entre las mejores de Madrid”, apostilla la portavoz del proyecto.

De Elena, el equipo de Gastronomix destaca su motivación, su madurez, su bondad y sus cualidades en la cocina. “No ha faltado nunca a clase, las ha aprovechado para aprender, es muy bondadosa, tiene una gran capacidad para trabajar en equipo, lo cual es muy bueno para trabajar en la cocina, siempre está pendiente de los demás, y es muy madura para su edad”, destaca de la estudiante ripense Laura L. Ruiz. “Sabemos que va a responder muy bien, que va a aprovechar esta oportunidad única y que, con independencia de cómo se desarrolle su carrera profesional, esta experiencia le va a dar una perspectiva profesional que le va a venir muy bien”, añade.

Elena López, con gafas, con dos compañeros del programa Gastronomix

Elena López, con gafas, con dos compañeros del programa Gastronomix (foto: Gastronomix).

200 horas de prácticas no laborales

Elena estará dos meses, con opción a un tercero, aprendiendo en el restaurante LABe del Basque Culinary Center gracias a estas prácticas no laborales que incluyen un mínimo garantizado de 200 horas. Al ser no laborales, Elena siempre estará acompañada por un tutor o tutora durante su estancia en el restaurante.

La joven ripense llegó a Andoáin el día 2 de junio y el miércoles 7, ya sin su madre y su hermana, que le han acompañado durante sus primeros días en Guipúzcoa, comenzó sus prácticas. Antes, se tuvo que buscar la vida para conseguir alojamiento. Gastronomix ofrece soporte a sus alumnos, les pone en contacto con estudiantes de años anteriores, pero no gestiona el alojamiento de los estudiantes en el País Vasco. “Consideramos que es parte de su aprendizaje y de su desarrollo y autonomía”, asegura su coordinadora, Laura L.Ruiz. “He tenido suerte que me ha alquilado una amiga de la familia una habitación en Andoáin, con la Renfe al lado, para poder venir, porque la ciudad es muy cara”, dice Elena al respecto.

La estudiante de la CEM Hipatia asegura estar muy ilusionada con esta oportunidad, y se congratula de que le haya tocado en el restaurante céntrico y no en el de la sede del Basque Culinary Center, donde harán sus prácticas otros compañeros. “Estoy muy contenta porque el ambiente en el restaurante es más de cocina y creo que se hacen cosas más chulas que en el restaurante de la escuela”, apunta.

Elena tiene claro qué hará una vez concluya sus prácticas con el restaurante del Basque Culinary Center. “Terminaré mi módulo de grado medio en Hipatia, donde estoy encantada, haré las prácticas del módulo el año que viene y después estudiaré el grado superior”, señala.

En la actualidad, el centro educativo ripense no ofrece el grado superior de cocina, por lo que Elena tiene pensado estudiar en las cocinas donde se ha ganado la oportunidad de viajar a San Sebastián, las de la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid. Y si no puede, lo hará en otro centro, porque está convencida de seguir vinculada a la cocina. “Me gusta mucho y me veo trabajando en ello. Soy una persona que necesita movimiento y, además, me encanta la tensión, y de eso hay mucho en la cocina. Prefiero tener que hacer cuarenta cosas a la vez que una”, concluye.

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