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OPINIÓN

Antonio de la Peña

Antonio de la Peña

Doctor en Ciencias Biológicas, licenciado en Ciencias Geológicas y diplomado en Medio Ambiente

He leído, en Diario de Rivas, el enorme esfuerzo que el Gobierno Municipal está realizando por abaratar el coste de la factura eléctrica en Rivas Vaciamadrid. Esta iniciativa es buena para todos nosotros. El plan se basa en gastar menos y que el precio del kW/h sea más barato. La energía es clave en la gestión municipal.

Se trata de un nuevo elemento en el análisis económico de la gestión medio ambiental. Un sistema, cualquier sistema, es un balance de materia y energía. Los ciclos bio-geoquímicos son circulares.

Un átomo de carbono, hidrógeno, oxígeno, azufre o fósforo están dando vueltas y vueltas por la tierra formado distintos materiales en la atmósfera, en la hidrosfera, en la litosfera y en la biosfera. Este es el principio metafórico en el que se basa la economía circular. Todo puede, y debe, ser reutilizado tantas veces como se pueda en distintos lugares. En cambio, el comportamiento de la energía es diferente. Es lineal. Es un flujo, no es un ciclo.

El metabolismo tecnológico utiliza energía eléctrica mayoritariamente. Cualquier central de producción de energía (solar, hidráulica, nuclear, mareomotriz, eólica) transforma el entrante inicial en energía eléctrica. Su tránsito es siempre un flujo lineal. Utilizamos toda la energía que nos es posible. El resto se disipa (pierde) en calor. Recuerden la Ley de la conservación de la energía: “La energía ni se crea ni se destruye, tan solo se transforma”.

Materia y energía son las dos variables fundamentales de un ecosistema. Consecuentemente han de ser tenidos en cuenta en los principios de la economía circular. Nuestros sistemas políticos y económicos funcionan si existen aportes suficientes de materia y energía. Para que Rivas funcione necesita necesariamente gestionar bien la materia y energía.

Los países desarrollados lo son, entre otras circunstancias, por el uso de la energía. Rivas es un municipio con una alta renta per cápita por que utilizamos mucha energía. La energía es tan importante en el desarrollo de la humanidad que sus grandes avances están vinculados a la posibilidad de conseguir mayores y más eficientes modos de emplear la energía. El fuego y la revolución industrial son testimonios de mis afirmaciones. Rivas prosperará si utiliza eficiente y eficazmente la energía que consuma. Rivas se desarrolla gracias a la entrada de energía.

En el modelo de economía circular ripense el análisis de la producción, consumo y gestión de los residuos energéticos será de una enorme importancia. Comprar más barato es efecto de la oferta y la demanda. Según nuestro gobierno municipal, la energía es más barata porque hemos huido de los grandes monopolios comercializadores. Según este principio, el negocio de la distribución y venta de energía en manos de un único suministrador es malo. Nos hemos asociado con otros para comprar más cantidad y así poder disminuir el precio. Además, estamos haciendo un enorme esfuerzo en utilizar máquinas más eficientes (bombillas) que consumen menos y alumbran más. Hemos Incorporado sistemas inteligentes de control que regulan nuestras infraestructuras municipales.

La economía circular hace hincapié en el ecodiseño y la producción. Este es un aspecto prioritario. No es suficiente un precio más bajo y un consumo más eficiente. Hemos de evitar contaminar más en origen. Debemos no incorporar de CO2, NO3 y gases azufrados a la atmosfera. Es más, Rivas tiene un compromiso de cero emisiones de estos gases. Luego debe hacerlo aquí, en Rivas, y allí donde ha pedido prestada huella ecológica (hectáreas) para diseñar y producir su energía. No debemos caer en la hipocresía del NIMBY.

NIMBY es el acrónimo de “Not In My Back Yard”. Algo así como: “No en el jardín de mi casa”, “No en el jardín de Rivas”. Rivas continuará contaminando si allí donde se genera la energía que usa se contamina. En este sentido, es fundamental el tipo de centrales de producción energética. NIMBY es el escudo sicológico utilizado por los países (municipios) ricos para protegernos de aquello que nos incomoda. Que lo hagan los países (municipios) en vías de desarrollo.

Rivas no dispone de hectáreas suficientes para construir una infraestructura que permita abastecer al municipio de la energía que gastamos. Solo disponemos de los tejados de nuestras viviendas para paneles solares. Eso es, básicamente, aprovechable solo para el usuario. Aquí la densidad de potencia energética es un concepto fundamental. Una granja solar produce unos 50 vatios/m2. Los paneles solares y las turbinas eólicas alcanzarán en el mejor de los casos una eficiencia del 60%. Esto significa que necesitan mucho espacio para poca potencia. En cambio, las centrales nucleares y de gas natural oscilan entre 2.000 y 6.000 vatios/m2. En resumen, y en número grosero, para producir la energía que se produce en una hectárea de “central nuclear” necesitamos 450-500 hectáreas de solar y/o eólica.

Otro enorme problema de los paneles solares y turbinas eólicas es la fiabilidad de la energía. Solo dan energía cuando hay sol y viento. Es decir, no producen energía de noche en el caso de las solares, o el día de “calma chicha” en las eólicas. Cuando esto ocurre, tienen que salir al auxilio las centrales de combustibles fósiles (térmicas, ciclo combinado, cogeneración) y/o centrales nucleares. Además, las eólicas matan aves de alto valor ecológico (rapaces), murciélagos e insectos. Estudios recientes demuestran que el impacto de muerte de insectos constituye un serio problema ecológico, al menos, en Alemania. En España no he visto estudio más allá del puramente paisajístico.

No, no me olvido de los pantanos y saltos hidráulicos, pero estarán conmigo que el arroyo de ‘los Migueletes’ y los cortados de Rivas no dan para tanto. En el reparto tampoco nos tocaron ni costas ni mares. Nos olvidaremos de la energía mareo-motriz. Entenderán que por brevedad no analice estos modelos productivos de energía. Geográficamente es inviable.

Los paneles solares tienen una vida media de 35 años. Pasado ese tiempo sus componentes tendrán que ser reutilizados. Además, contienen materiales tóxicos, como metales pesados, en su estructura. Dentro de unos 30 años (2050) en Rivas tendremos que tener previsto un proceso “R” de tratamiento de estos residuos para paneles solares.

Es decir, que la producción de energía principal en Rivas, cero emisiones, es poco eficiente, poco fiable, la densidad de potencia energética es muy baja y tiene unas infraestructuras sólo válidas para sus usuarios durante la luz solar, y que durarán 35 años. Esto son los datos. Recuerden que la tarifa actual premia el consumo nocturno.

Este panorama deja a Rivas supeditada a consumir la energía de Red Eléctrica Española. En este sentido asumo que no tiene capacidad para negociar que sólo se le suministre energía de centrales… ¿Cuáles? Las generadoras de combustibles fósiles no, porque generan emisiones de CO2, NO3 y azufres. Es decir, debemos rechazar las térmicas, ciclo combinado y cogeneración. No utilizar diésel, gas o carbón. Sus residuos en forma de gases son abundantes y muy perjudiciales. Además, la utilización de petróleo, en mi opinión, debiera quedar restringido como materia prima estructural. Para hacer cosas. Miren alrededor de su habitación donde están ahora, y/o a su móvil. Están constituidos por derivados del petróleo. Los quemamos para producir energía, o los utilizamos para hacer infraestructuras. Reconozcan que es un dilema de profundo calado. Se trata en todo caso de un material (energía) no renovable en origen.

Tampoco es conveniente el uso de centrales eólicas. Aunque las emisiones son cero. Las rapaces, los murciélagos, los insectos y la polinización nos lo agradecerán. Paisajísticamente tienen un elevado impacto. Son poco fiables y eficientes, pero generan, hasta donde conocemos, pocos residuos.

Hemos llegado al dilema de las nucleares. Estas son, en términos de emisión, las más limpias. Cero emisores de CO2, NO3 y gases azufrados. Son también las más eficientes, las más fiables, la de densidad de potencia energética mayor y cuyo combustible es más barato. Una central nuclear invierte en el total de la gestión económica de toda su vida media del proyecto un 75% en la infraestructura y 25% en el combustible, incluido la gestión y control de los residuos radiactivos. Una central convencional invierte esas cifras; 25% en la infraestructura y 75% en el combustible y, además, emite CO2 y otros gases cuyos efectos perniciosos son por todos conocidos. Efectivamente, los residuos son un problema. Problema mucho menor del miedo que se ha generado durante décadas. En este asunto se ha gestionado, deliberadamente, un pánico a la energía nuclear. Probablemente dirigido por ciertos gobiernos e industrias petroleras (Shellenberger, 2019). Curioso: petroleras y “ecologistas apocalípticos” en el mismo bando. Desgraciadamente, la gestión del miedo puede tener un altísimo impacto en la gestión medioambiental.

Nadie rechaza entrar en un hospital, aunque diariamente se realizan rayos “x”, tenemos escáner o se suministran procesos de radioterapia a enfermos de cáncer. No solo asumimos el coste: lo vemos necesario. Tampoco nos importa que empresas empleen fuentes radiactivas para dictaminar si un hormigón de un edificio es adecuado, o no, para seguir utilizándolo. Vamos al dentista, y allí nos hacen una placa para nuestra ortodoncia. Es la parte práctica del célebre discurso de Eisenhower en la Asamblea General de la ONU en Nueva York el 8 de diciembre de 1953: Átomos para la Paz. Discurso aplaudido, durante más de 10 minutos, por los dos bloques en la época de la guerra fría.

Lovelock es un reconocido científico ecologista de sobrada autoridad. Ha escrito numerosos libros y aportado innumerables datos. La energía nuclear es la más adecuada para ser utilizada como fuente energética limpia y paliar el problema de exceso de huella ecológica y calentamiento global. Lovelock es tajante afirmando que las expresiones ‘desarrollo sostenible’ y ‘energías renovables’ han pasado a formar parte del lenguaje de la política, y los políticos las utilizan para demostrar su preocupación por el medio ambiente y demostrar lo verde que son. Ruega que se reconsidere la ingenua fe en el desarrollo sostenible en base de energías renovables. Pide explícitamente se abandone el rechazo a la energía nuclear. El argumento es duro, aun admitiendo el riesgo de su uso. Se trata de utilizarla en la mejora de salud de una anciana señora enferma, llamada ‘Tierra’, cuya penicilina es esa energía nuclear.

Resumiendo, en el plan con R de Rivas hemos decidido apostar por un consumo eficaz y eficiente de energía. En Rivas hemos anunciado que generaremos cero emisiones de C02 y otros gases. Falta por anunciar cual es el modelo productivo de energía que incorporamos a nuestro modelo de economía circular. Hemos de ser capaces de dar respuesta a nuestra demanda energética de municipio desarrollado, rico, con dinero, y alto requerimiento energético. Además, y seguro, deseamos rechazar modelos ‘NIMBY’ y debemos gestionar adecuadamente el miedo.

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