
David Esteban, en el Puesto Principal de la Guardia Civil en Rivas (foto: Diario de Rivas).
David Esteban es un Guardia Civil en prácticas de 27 años que trabaja en el Puesto Principal de Rivas Vaciamadrid. Este joven madrileño del barrio de Villaverde llevaba apenas una semana trabajando cuando su nombre saltó a la fama por ayudar estando fuera de servicio a una mujer —Sara, 33 años— que había sido atacada, presuntamente por su pareja, con un taladro.
Llevaba apenas unos días ejerciendo como Guardia Civil en prácticas cuando ocurrió el suceso. El estreno no pudo ser más intenso…
Es cierto. Empecé a trabajar aquí (en el Puesto Principal de la Guardia Civil en Rivas Vaciamadrid) un lunes y esto sucedió el domingo de esa misma semana. De hecho, había trabajado solo cinco días, de lunes a viernes. Tenía libre sábado y domingo y ese día por la noche ocurrió.
Ha pasado un mes y medio. ¿Cómo recuerda lo que pasó?
Lo sigo recordando todo muy nítido. Eran sobre las 12 de la noche, estábamos tomando algo después de cenar y empezaron unos gritos. Nos levantamos para ver de dónde venían mientras la persona pedía socorro y auxilio. Los gritos venían de un bajo que justo daba a la plaza donde estábamos en Villaverde. La ventana del dormitorio estaba entreabierta, aparté la cortina y la ventana y vi a una mujer desnuda llena de sangre, y más restos de sangre en la cama y en la habitación.
Pero no tuve tiempo de hacer nada porque justo en ese momento, apenas 2, 3 segundos después de abrir la ventana, escuché golpes de portazos que venían del portal, que está a dos metros de la ventana del bajo. Vi a un hombre poniéndose una mochila que iba despotricando, gritando contra la mujer, y vi también que llevaba más o menos la mitad del brazo manchado de sangre.
Estaba en el lugar exacto en el momento apropiado.
Su reacción en ese momento fue dar el alto al presunto agresor. ¿Qué ocurrió a continuación?
Lo que hice nada más tenerle delante en la puerta fue mirar que no tuviera encima nada peligroso, ni armas ni nada, porque obviamente, con lo que acababa de cometer ahí dentro, yo no sabía qué podía llevar esa persona. Le di el alto, pero quería irse, así que le empujé varias veces contra la pared para que se quedara quieto y fue cuando me volví a identificar cuando se quedó callado.
Una vez se quedó quieto y le retuve, comprobé de nuevo que no tuviera nada y pedí que llamaran al 112. Es la central la que pide una ambulancia, un equipo de Policía Nacional… y estos fueron quienes se llevaron al hombre detenido.

David Esteban, agente en prácticas de la Guardia Civil en Rivas (foto: Diario de Rivas).
¿Ha podido hablar con la víctima o con su entorno cercano en este tiempo?
Sí, con la víctima. La mujer estuvo ingresada —recibió el alta el 12 de julio y la agresión tuvo lugar esa madrugada del domingo al lunes— y mi familia me empezó a pasar vídeos de la televisión en los que salía la mujer diciendo que, si ese Guardia Civil que le había ayudado lo estaba viendo, se acercara, porque quería darle las gracias. Entonces, justo en el momento en el que me enseñaron ese video, también estábamos en un bar de la zona con mi familia y la familia de mi novia, y me acerqué hasta la casa.
¿Y cómo fue ese instante?
Nada más abrir la puerta, la mujer se echó a llorar y se quedó abrazada a mí como 30 o 40 segundos. Lloraba desconsoladamente. Me invitó a entrar a su casa y fue donde nos contó lo que le habían dicho en el hospital, nos enseñó las lesiones que tenía y me amplió la información de cómo había pasado todo.
Una cosa es lo que yo me encontré, cuando estaba en estado de shock, y otra cosa es lo que ella me dijo que pasó durante esta visita: cómo había sido, qué relación tenía con esta persona, los antecedentes… Me dio mucha más información.
Y también estuve ayudando a la mujer porque llevaba muy poquito en España y no sabía cómo hacer algunas gestiones.
Cuando decidió trabajar como guardia civil, ¿imaginaba vivir alguna experiencia como esta?
Sí, sin duda, pero como ya dije en su día, no tanto por ser guardia civil. Porque por ser guardia civil tienes el poder de hacerlo, pero el deseo de ayudar podemos tenerlo todos, y a mí me da mucha pena que a veces la gente no actúe cuando hay una agresión. Es normal que tengan miedo, pero cualquier persona puede y debe actuar. A lo mejor no puedes retenerle como hice yo, pero sí puedes actuar ayudando a la víctima o dando una descripción.
Al fin y al cabo, esto es un intento de homicidio, estás viendo a una mujer tirada con la cabeza llena de sangre y no sabes si va a ser un homicidio porque igual en tres minutos, si sigue perdiendo sangre o no sabes el alcance de las lesiones, puede terminar muriendo, y tú estás viendo a la persona que lo ha cometido. Estás obligado a intervenir, por lo menos con una llamada de auxilio.

David Esteban, en la puerta del Puesto Principal de Rivas (foto: Diario de Rivas).
Usted llevaba solo unos días trabajando en Rivas Vaciamadrid, y su historia fue muy mediática. ¿Cómo fue la reacción de sus compañeros en el Puesto Principal?
En este trabajo, cuando llegas a tu lugar de empleo, no están todos compañeros. Aquí, el que no está de mañana está por la tarde, el que no está por la noche, así que yo solo conocía a los que habían estado en mi turno. Más de la mitad del puesto ni me conocía, entre vacaciones, permisos y que llevaba pocos días trabajando.
El día que vinieron los medios todavía había compañeros a los que no había podido ni presentarme. Todos me felicitaron, y después también vino un poco de ‘vacile’.
Entonces, ¿su adaptación a Rivas Vaciamadrid ha sido buena en estas primeras semanas?
Sí. De hecho, si tengo la oportunidad cuando pase el año y pueda elegir destino definitivo, mi intención es la de quedarme aquí, en Rivas.
¿Y cómo llegó a este puesto?
Yo soy de Madrid. Estudié en la universidad, pero lo dejé a medias porque mi sueño siempre fue ser militar. Entré en Infantería y estuve 7 años en el ejército, cubriendo misiones internacionales y demás. Y después de llevar 5 años o más en el Ejército se te abre una vía de acceso a la Guardia Civil. Las pruebas son las mismas pero la nota de corte es menor, porque hay plazas reservadas y optan menos personas que por la vía libre.
Fue una salida laboral, porque en el Ejército las condiciones son peores. A mí me encantaba mi trabajo y pese a haber cumplido ese sueño que tenía, vi que quizá ahí no estaba mi futuro. Me faltó, después de unos años y tanta preparación, sentirme algo más realizado. Y aquí en la Guardia Civil, con cualquier actuación que hagas, no solo lo que pasó conmigo estando fuera de servicio, estás ayudando a alguien o coges a la persona que ha cometido un delito y le pones ante la justicia… Tú dices: «Mi trabajo ha sido real y lo he hecho yo”.
Entonces, no tengo vocación de Guardia Civil desde pequeño, pero la he ido descubriendo y ahora estoy encantado aquí en Rivas.
Y llegué a esta ciudad por elección, ya que en función de tu nota y de las plazas que salgan disponibles, vas eligiendo y yo pude escoger esta plaza en Rivas Vaciamadrid. Tuve suerte.
¿Cómo es su día a día en este puesto de la Guardia Civil?
Soy uno más. La formación para ser Guardia Civil son dos años, uno teórico (en la academia de Baeza) y otro práctico. Así que estaré aquí un año completo y soy uno más desde el primer día.
Quizá los compañeros de alguna especialidad no puedan hacer lo mismo que los compañeros que ya no están en prácticas, pero yo aquí, en seguridad ciudadana, hago prácticamente lo mismo. Salgo de patrulla con los compañeros, todos los avisos que entran los atienden, estás en la puerta para recibir a cualquier persona… La única diferencia es que durante el año en prácticas estás siendo evaluado.
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