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OPINIÓN

Yasmin Manji

Yasmin Manji

Concejala de Feminismos y Diversidad del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Este 8 de marzo salimos a las calles con la fortaleza de todas las mujeres que tenemos claro que no vamos a parar de luchar hasta conseguir derechos para todas. Con la fuerza de tantas que nos precedieron y que abrieron el camino para que hoy el mundo, la sociedad, sea cada vez más feminista.

Pero sabemos que todavía tenemos mucho camino que recorrer. La pandemia nos ha mostrado la importancia de los cuidados. En el plano más personal, nuestra interdependencia. Pero también en un plano más colectivo, la importancia de contar con unos servicios públicos fuertes. Y todas estas cuestiones se llevan tiempo trabajando desde el ecofeminismo, generando propuestas para construir modelos de sociedad y de ciudad nuevos y transformadores.

Por eso, en este Marzo Mujeres 2022 hemos querido hablar de Ecofeminismo y Ciudad. Un tema que siempre ha tenido mucho que aportar, pero más ahora que nos encontramos inmersas en el proceso de ‘Rivas, Párate a Pensar’ y la construcción colectiva del municipio que queremos.

A través de esta campaña, elaborada junto al Consejo de Mujeres y otras concejalías del Ayuntamiento, pretendemos reflexionar sobre las desigualdades existentes en el ámbito de la ciudad y posibles propuestas que ayuden a avanzar hacia unas urbes que sean mejores, más habitables y más accesibles para todas las personas. Y lo vamos a hacer con actividades diversas que nos hagan reflexionar, proponer, cuestionar, compartir saberes y experiencias, con un objetivo común: caminar hacia una ciudad más feminista. Y lo vamos a hacer de la mano de personas expertas en los ecofeminismos y con las experiencias locales de entidades y colectivos de Rivas. Os animo a que participéis de las actividades de la campaña, así como de los encuentros de creación ciudadana del ‘Rivas, párate a pensar’, porque cuantas más miradas y voces estemos, más plurales y enriquecedoras serán las propuestas.

Nuestras vidas, la sociedad y la ciudad están atravesadas por la desigualdad y por la división sexual del trabajo. Esto quiere decir que en muchos ámbitos de nuestra vida la separación entre lo productivo y lo reproductivo, entre la vida pública y la vida privada y familiar, nos afecta tremendamente.

Sabemos que las ciudades se han diseñado y construido desde una mirada únicamente masculina. Ello ha dejado mucho fuera. Y las mujeres, desde un enfoque feminista, tenemos mucho que aportar. Y tenemos el derecho de hacerlo. En la esfera de lo público y en el diseño de nuestros municipios. Así como el feminismo ha revolucionado cómo entendemos las relaciones sociales, también ha modificado lo que, como sociedad, esperamos de una ciudad y de cómo la construimos.

Si queremos construir un modelo que sea más justo y equitativo es necesaria la mirada ecofeminista y caminar hacia una ciudad cuidadora, en la que la vida esté en el centro de las decisiones que se tomen. Las feministas somos muy conscientes de que sin los cuidados y sin las tareas necesarias para el mantenimiento de la vida no podríamos subsistir. Y no podemos olvidar que se trata de una cuestión colectiva y de responsabilidad social por lo que tiene que tener un papel central en nuestra sociedad y en nuestros barrios. Como dice Blanca Valdivia es necesario “pensar ciudades que nos cuiden, que cuiden nuestro entorno, nos dejen cuidarnos y nos permitan cuidar a otras personas.”

Así que caminemos hacia esa ciudad para todas y para todos, de proximidad, con múltiples espacios que nos permitan elegir cómo queremos vivirla. Construyamos un municipio libre de violencias machistas, que tenga en cuenta la interseccionalidad y la pluralidad de necesidades, y que favorezca las relaciones interpersonales en los espacios públicos.

Este 8M y todos los días, desde nuestra potencia transformadora, sigamos caminando hacia una ciudad feminista.

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