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OPINIÓN

Vanessa Millán

Vanessa Millán

Portavoz de Podemos y concejala de Transición Ecológica en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Hace unas semanas iniciábamos una consulta compartiendo con nuestra ciudadanía nuestros retos y preocupaciones ante el crecimiento intensivo de la ciudad. Un planteamiento que tiene como principal objetivo nuestro bien más preciado: la garantía de los servicios públicos.

Como siempre, nuestra ciudadanía ha respondido, consciente de que en cuestiones significativas para la vida y el bienestar colectivo es mejor cooperar que competir, y que la suma de las partes es siempre mayor que el conjunto de individualidades.

La mayoría de las personas que han tomado parte en la consulta han votado “sí” a parar un crecimiento urbano descontrolado, “sí” a pensar el modelo de ciudad que queremos para el futuro, y “sí” a hacerlo juntos y juntas desde el ámbito participativo.

Desde Podemos, como parte del Gobierno municipal, creemos que, si algo nos ha enseñado la pandemia del coronavirus y los estragos del cambio climático, ha sido que solo gracias a unos servicios públicos de primer nivel y al trabajo colectivo es posible enfrentarnos a nuevos riesgos globales.

Ya existen varios informes de Naciones Unidas que ponen de manifiesto las amenazas a las que nuestras ciudades se enfrentan ante el crecimiento que están sufriendo las áreas urbanas, desde la contaminación del aire a los grandes volúmenes de residuos, pasando por el riesgo de desastres medioambientales. Todo esto sumado al notable impacto que supone para la salud humana.

Solo tenemos que ver los últimos datos, que en Rivas nos marcan un modelo que pone en riesgo nuestra sostenibilidad: en los últimos diez años el volumen de residuos se ha incrementado en más de un 60% —hemos pasado de gestionar 23.510 toneladas a 38.329 durante 2020—, y nuestro Parque Regional, que ocupa tres cuartas partes de nuestra ciudad, se ve amenazado por la presión urbanística, que supone un problema para su viabilidad y su conservación como segundo pulmón verde de Madrid.

Todas las administraciones debemos ser conscientes de la necesidad de trabajar de forma coordinada, algo que no sucede cada vez que reclamamos al Gobierno de la Comunidad de Madrid las infraestructuras que necesitamos acordes al tamaño de Rivas.

Pero hay soluciones. Tenemos una oportunidad para pensar qué ciudad queremos que disfruten nuestros niños y niñas, buscar alternativas a la contaminación, la sobrepoblación, la pobreza, la escasez de viviendas dignas y la necesidad de espacios saludables y de ocio como principales retos. Unos retos cuyas soluciones pasan por priorizar la transformación, el reciclaje y un cambio hacia una vida urbana saludable y sostenible: una ciudad ecológica e inteligente.

Nosotras ya hemos puesto en marcha algunas propuestas, como las zonas de bajas emisiones; un Plan de economía circular que aborda de lleno no solo la gestión de residuos, sino también el consumo responsable del agua; la sostenibilidad de los espacios urbanos o la movilidad, o la apuesta por las energías renovables a través de las Comunidades energéticas locales.

Como plantea Richard Sennet en su último libro ‘Building and Dwelling. Ethics for the City’, “existe la tensión entre la ciudad física o construida (la ville) y la ciudad vivida (la cité)”. Nosotras estamos convencidas de que ahora es el momento de eliminar esa tensión y construir una ciudad digna para vivir, orgullosas de lo que ya somos. Y en esa tarea, contamos contigo.

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