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OPINIÓN

José María Sainz

José María Sainz

Dicen que si el siglo XX fue el de los Estados, el siglo XXI será el de las ciudades. Y, en consecuencia, cada vez se reflexiona más de urbanismo, movilidad, sostenibilidad, usos del suelo…

En Rivas esos debates urbanos, comunes a todas las ciudades, coinciden con la decisión del gobierno municipal de paralizar, casi en su totalidad, la concesión de licencias de obra nueva, desde hace más de un año. Es una medida insólita, sin parangón en ningún otro municipio de España, y basada en justificaciones tales como la voluntad del ‘pueblo’, la falta de dotaciones por el supuesto maltrato a Rivas de la administración autonómica o la necesidad de reconfigurar el urbanismo tras la pandemia.

Que nadie piense que la paralización de licencias solo daña a empresas promotoras como Jarama. Esta paralización perjudica al conjunto de la actividad económica de la ciudad. Los efectos que produce son, entre otros, el encarecimiento de la vivienda de segunda mano, la falta de generación de ingresos por licencias al Ayuntamiento y dificultar que nuevas generaciones de ripenses puedan acceder una vivienda en el lugar donde han nacido.

Lo que Jarama desea es una ciudad más moderna, sostenible, compacta e integradora, que mantenga su atractivo, para vivir y también para trabajar. Y entendemos que nuestra voz debería ser tenida en cuenta para definir las líneas generales urbanísticas de ese futuro de nuestra ciudad. Nos avalan más de 20 años de trabajo continuado en el desarrollo de Rivas, años en los que siempre hemos colaborado con el Ayuntamiento efectuando cesiones muy superiores a los estándares legales y ayudando a buscar las soluciones más adecuadas para el interés general de la ciudad.

Pero miremos al futuro, no al pasado. El sector Cristo de Rivas (en la actualidad parcialmente desarrollado) puede y debe ser una zona estratégica y de grandes posibilidades residenciales y empresariales, por su ubicación, junto al enlace en construcción de la M-50 (para el que Jarama ha cedido terrenos), y por el gran espacio aún pendiente de desarrollar.

Luis Domercq

Luis Domercq

Para ello, Jarama ha propuesto una reforma importante del sector, cuyas líneas generales son las siguientes:

1- Apuesta por la vivienda colectiva para conseguir una ciudad más compacta y humana, liberando grandes espacios reservados por el planeamiento actual para vivienda unifamiliar.

2- Acercar y concentrar los espacios dotacionales, para servicios de Educación, Sanidad, etc.

3- Acercar y ampliar sustancialmente las zonas verdes.

4- Configurar la actual Avenida de la Democracia como un eje de relación vecinal, de comercio de barrio y de esparcimiento.

5- Completar los recorridos peatonales y ciclistas del sector, sin perturbar los flujos de tráfico de la zona.

Además, como consecuencia de la liberación de los espacios para vivienda unifamiliar ubicados al norte del sector y del traslado de superficies dotacionales del norte al sur de éste, dentro del Cristo de Rivas quedaría una reserva de suelo para otros desarrollos, en la línea apuntada por el Diagnóstico redactado, tras encargo del Ayuntamiento, por el estudio Ezquiaga Arquitectura Sociedad y Territorio.

Pero para llevar a cabo esta reforma no es necesario paralizar las licencias de obra nueva, sino tan sólo las de aquellas parcelas que se vean afectadas por la reforma, y con consenso.

Lograr que Rivas siga siendo una referencia de calidad de vida en la Comunidad de Madrid debe ser una tarea compartida. Todos —empresas, gestores públicos y hasta ciudadanos— tenemos, en diferentes niveles, una cuota de responsabilidad.

Nosotros, a pesar de las dificultades, seguimos trabajando, tratando de aportar para una ciudad mejor. Estamos convencidos de que merece la pena insistir: el mejor Rivas Vaciamadrid nos puede esperar a la vuelta de la esquina.

 

José María Sainz, presidente de la Junta de Compensación del sector Cristo de Rivas, y Luis Domercq Jiménez, consejero de Jarama Desarrollos Inmobiliarios

 

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