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OPINIÓN

Carlos Monedero

Carlos Monedero

Las redes sociales son la mejor herramienta de comunicación y debate entre personas que nunca hubo en la historia de la humanidad, pero  también se han convertido en una fuente de degradación de la sociedad por su mal uso.

En 2008 creé un grupo de Facebook de Rivas Vaciamadrid: hoy somos casi 20.000 perfiles y ha pasado de todo, malo y bueno. Pues me voy a quedar con lo bueno, ¿para qué sirve un grupo de Facebook vecinal?

Sirve para conocer gente maravillosa, para hacer amistades, para conseguir pareja que luego fue matrimonio; sirve para avisar de un vagabundo (Miguel) que pasaba hambre y sed en el pueblo y para que fuese gente a llevarle comida y bebida, para avisar al Samur Social y que se lo llevaran al centro; sirve para que una niña con un deseo de una flauta travesera que no podían costearle sus padres, se la regale un chico que no la usaba; sirve para devolver unas gafas perdidas, y un peluche, y una cartera; sirve para encontrar un perro perdido, un gato o un agaporni; sirve para llorar la pérdida de un vecino inolvidable (un abrazo, Germán); sirve para juntarnos cientos de personas para buscar a un desaparecido (Diego), sirve para quedar decenas de personas y limpiar la Laguna del Campillo de basura; sirve para que varios fuésemos a regar unos pinos que se secaban con la sequía; para unirnos más de dos mil personas en la plaza y pedir solución a los malos olores; sirve para reírnos con respeto, sirve para debatir de política con empatía, sirve para compartir fotos de árboles de navidad…

Las redes sociales son un magnífico instrumento para unir; no nos separemos.

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