
Pasacalles de Grita Palestina y Pallasos en Rebeldía (foto: Grita Palestina)
Grita Palestina no es simplemente la tercera edición del campo de trabajo anual propuesto por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Rivas en Palestina. “Es mucho más”: así lo cuentan a Diario de Rivas cuatro de las integrantes de esta iniciativa que da la oportunidad anualmente a una quincena de vecinos de entre 18 y 35 años de emprender un viaje solidario.
Eva Álvarez, Sandra Escanciano, Laura Pérez y Alba Paños viajaron, del 19 al 28 de septiembre, junto a otros once compañeros en cuya representación hablan para Diario de Rivas. Para todas ellas, “ha sido una experiencia increíble». «Hemos tenido una oportunidad muy buena para conocer y no podemos desaprovecharla. Queremos que se escuche la voz de los palestinos”, asegura Alba. “Es algo que nos ha cambiado», añade Laura; “ahora todos pensamos que hay que volver. Queremos devolverles todo lo que nos han dado”.
Una valoración que hacen tras un viaje que ha requerido una preparación de varios meses. “En junio nos dijeron que estábamos dentro y a partir de ese momento empezamos a hacer reuniones”, cuenta Eva. “En esos encuentros semanales nos contaban de qué iba a tratar el campo de trabajo o cuáles eran nuestras funciones”. La organización pasaba por preparar los talleres que iban a realizar en escuelas y asociaciones infantiles en el terreno, por pensar y producir los contenidos que posteriormente van a ser parte de un documental y por coordinarse con Pallasos en Rebeldía. La asociación circense viajaba junto a ellos para celebrar el cuarto Festiclown Palestina bajo el lema Circo rebelde contra la ocupación. Del cual, su organizador principal, Iván Prado, dice «ha sido absolutamente exitoso. Festiclown es un festival totalmente consolidado. Cada año, tanto la población como los proyectos de circo están esperando a que lleguemos. El circo y el clown cada vez están más al servicio de la defensa de la libertad de Palestina».

De iquierda a derecha Laura Pérez, Sandra Escanciano, Eva Álvarez, y Alba Paños (foto: Diario de Rivas)
Los integrantes del proyecto no tenían un perfil determinado ni se conocían previamente. “El único requisito es que fuéramos jóvenes y de Rivas”, asegura Alba. “No nos conocíamos de nada”, continúa Eva. “Incluso en la última reunión estábamos muy cohibidos entre nosotros”. Alba refuerza lo que dice su compañera: “Es que no nos sabíamos ni bien nuestros nombres, pero convivir con la emoción que teníamos allí nos ha hecho unirnos de una forma muy especial. En diez días he hecho amigos. He creado otra familia”, afirma.
Una emoción derivada de ver y vivir lo que está ocurriendo en los territorios palestinos. Una situación de ocupación por parte de Israel que en este 2017 cumple su 50 aniversario.
El día a día de la ocupación
“Nuestra aportación, además de las actividades y vivir la rutina, sobre todo es que vieran que hay un respaldo internacional”, argumenta Eva. “Pero yo creo que sobre todo es lo que nos hemos llevado de allí. Ha sido una experiencia brutal a nivel de aprendizaje. Ves como los pequeños detalles son importantes, cómo afecta la ocupación a la vida de las familias. Nosotros, en España, por ejemplo, no nos preocupamos del agua, pero allí solo pueden acceder una vez cada quince días durante seis horas. Llegar y ver los bidones negros en las azoteas de los edificios choca; te das cuenta de cómo les están haciendo vivir para silenciarlos y para que, al final, la población palestina se extinga” asevera. A Laura, también compañera del proyecto, le impresionó la falta de libertad en los movimientos: “La población tiene que pasar check points diariamente. Son puestos de control en los que, depende de la matrícula del coche que tengas (israelí o palestina), puedes pasar o no. Si eres palestino, necesitas permiso para absolutamente todo”, puntualiza Alba.

Calles de Palestina. (foto: Diana Murillo)
“Es que es justo lo que dicen mis compañeras”, continúa Eva. “Ya no es solo que los israelís sigan ocupando zonas y que de vez en cuando salgan en las noticias… Es la falta de agua, el control en los cultivos y en las carreteras. Es estar en un campamento de refugiados y ver que la puerta del colegio está llena de disparos. Que te vayas a dormir y que no sepas si esa noche va a ver una redada en la que los soldados van a tirar gas y que, por tanto, tengas que tapar las ventanas”.
A pesar de todo ello, las cuatro valoran la conciencia y la lucha que han descubierto en toda la población. Destacan la sonrisas y la amabilidad de aquellos que les han acogido como si fueran sus familiares durante diez días. “Tienen bastante esperanza en poder llegar a un acuerdo con las entidades internacionales, bastante resistencia…”,cuenta Paños. “A todos nos impactó, como desde un sitio donde dimos talleres, en Kaubar, nos llamaron y nos dijeron que había sido el día más feliz desde hace cincuenta años”.
Para Prado, de Pallasos en Rebeldía, la aportación de estos jóvenes ripenses ha sido muy interesante. «A parte de una gran vivencia personal y un crecimiento humano y político, les ha aportado la visión de cómo el arte sirve para transformar el mundo. También han visto sobre el terreno cómo es la ocupación y cómo influye en la cotidianidad de la población. En definitiva, se han visto inmersos en un proyecto transformador y en todo lo que eso te genera como ser humano».
- Juegos y talleres en Palestina (foto: Grita Palestina)
- Juegos y talleres en Palestina (foto: Grita Palestina)
Fueron felices intercambiando experiencias y sensaciones en los talleres propuestos por el proyecto. El programa estaba enfocado a la infancia y la juventud. Juegos y actividades que no podían cerrarse completamente, puesto que no sabían que se iban a encontrar. “Normalmente teníamos una hora de taller que completábamos con cinco actividades, pero íbamos con todas las maletas llenas de disfraces y pinturas por lo que pudiera pasar pasar”, cuentan todas riendo. “Hicimos murales, pintacaras, talleres de pompas de jabón, juegos tradicionales, clown, cuentos….pero también hicimos talleres para adolescentes de la mano de Humans Suporters», relata Alba. «Hubo uno, por ejemplo, de expresión corporal. Ellos no se dieron cuenta, pero ahí nosotros sacamos mucho aprendizaje. Cada vez que había que tratar las emociones siempre iban a la ira, la rabia, el dolor. Si había que representar algo representaban soldados, bombas…”, asegura Eva.
En cuanto a la comunicación con ellos, el inglés fue la clave. Sandra Escanciano confiensa que “pensaba que iban a ser más distantes, pero me equivoqué. Tenían mucha energía y muchas ganas de estar con nosotros. Rápidamente te invitaban a su casa y te ofrecían lo que tuvieran aunque no tuvieran nada”.
En primera persona

Integrantes de Grita Palestina (foto: Grita Palestina)
Grita Palestina son quince jóvenes que querían «conocer de primera mano” lo que estaba sucediendo allí y que han cumplido su objetivo. Como asegura la concejala de Juventud de Rivas, Aída Castillejo, desde la organización se buscaba precisamente eso: «Que los jóvenes de nuestra ciudad tuvieran la oportunidad de vivir esa experiencia en la que conocieran en primera persona la realidad Palestina».
Para Prado, ese objetivo también se ha cumplido: «La gente que se une cada vez tiene más información. Aun así, creo que estos proyectos te cambian la ingenuidad política, la pasividad y hasta la esperanza. Descubres que algunas personas, a pesar del dolor y la barbarie, consiguen seguir apostando por la vida, por ser buenas, por ser creativas y cariñosas».
“Yo sabía lo básico, pero estaba muy perdida en el conflicto. Eso sí, una vez que llegas allí es un boom de realidad. No podíamos entender nada», afirma Alba. «Ahora, yo creo que nos ha servido para tener un pensamiento más crítico en nuestro día a día tanto de lo que hay allí como lo que tenemos a nuestro alrededor”. Laura añade que “con la situación de los medios actuales es muy difícil informarte. Tienes que buscar mucho por tu cuenta y nunca sabes si las fuentes son fiables. Ahora sabemos lo que ha pasado y podemos contárselo a todo el mundo«. Eso es justo lo que espera Castillejo: «La devolución de su vivencia, a través de un vídeo”, que, como asegura el grupo, «se podrá ver muy pronto».
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