Antonio de la Peña Zarzuelo
Dr. Ciencias Biológicas, licenciado en Ciencias Geológicas, diplomado especialista en Medio ambiente
He leído en Diario en diario de Rivas no pocos artículos dedicados a la ciudad donde se refieren a ella como “la irreductible Aldea Gala”. Se trata de un apelativo cariñoso al que apelan no pocos políticos de izquierda de la localidad para mencionar nuestro municipio. Además, todos aquellos (sociedad civil organizada, o no) que se identifican con el concepto que este término quiere trasladar.
La identidad de Rivas, como estandarte de la izquierda, parece incuestionable. No pocos eventos del Partido Comunista se han celebrado aquí. Este 2024 es un ejemplo.
Las fiestas populares de San Isidro, en el recinto ferial Miguel Ríos, parece en su gran mayoría un parque temático de asociaciones, partidos y sindicatos de izquierda.
Argumentos tan nobles como: estamos en contra del paro, las armas nucleares, la inflación, la pobreza, el desempleo son recurrentes. La sanidad y educación pública para todos es continuamente demandada. La vivienda, la movilidad, la igualdad entre sexos, la ecología son patrimonio identitario de los ripenses. La justicia social es un referente permanente en el municipio.
Con la cultura woke ocurre exactamente igual. Coincidimos con la editorial de Nueva Revista (181, 2022). Es prácticamente imposible encontrar un ripense que apoye la discriminación racial, sexual y/o cualquier tipo de injusticia histórica. Creo que soy un buen tipo. Adicionalmente, un hombre de derechas y católico. No puedo estar más en consonancia con estos todos estos buenos deseos. Consecuentemente, las discrepancias no están en el objetivo general a conseguir. Qué queremos hacer. Están en los objetivos particulares, en los procedimientos, cómo lo queremos hacer.
Woke es la forma pasado del verbo wake (wake, woke, woken). La segunda columna de las dichosas formas verbales irregulares de los anglosajones otra vez. Su traducción al castellano significa en castellano “estar alerta”, o wake up: “despertar”. Me recuerda el sentido de la parábola de las 10 vírgenes (Mt 25:1-10) estar vigilantes, preparados. También, la intención del lema de los Scouts: “siempre listos”. Se trata de ser capaces de no permitir que ocurra injusticia social alguna. ¡Qué ripense es esto! Y, sinceramente, me alegro si ello permite dejar un mundo en mejores condiciones de como lo encontramos (Baden Powell, 1941) .
Para esta bondadosa prioridad woke, justicia social, es absolutamente necesario la identificación. El sentido identitario, de pertenencia a un grupo. Es esencial agruparte para defender lo que socialmente es justo. Mientras más minoritario es el grupo, mayor necesidad de identificación con el mismo. Más amplia y agresiva debe ser su defensa. Rivas de nuevo al frente del apoyo de las minorías. Este aspecto es tremendamente importante. No hay pocos autores que hablan ya de las dictaduras de las minorías. Asociarse con minorías es básico. Afirman que esta tendencia es el fin de las democracias. Fíjense en el parlamento español. El asociacionismo es fundamental para potenciar la discriminación positiva. Si perteneces a una minoría potenciamos Leyes, Reales Decretos, Decretos, Instrucciones, Ordenanzas a tu favor. No, nunca en contra de los demás. Viva la equidad. Demuestra tu asociacionismo identitario de carácter minoritario, con posibilidad de ser atacado por la mayoría, y obtendrás beneficio. La cultura woke se convierte así en “una amalgama de planteamientos ideológicos modernos convertidos en asociacionismo político” (Blanco, 2020). Rivas de nuevo al frente del asociacionismo. Rivas de nuevo al frente de lo ideológico. Todo lo que se hace en Rivas en ideología (Castro, 2024 en el Pleno de Rivas).
La agenda 2030 y sus 17 ODS son absolutamente loables. Son fantásticos en cuanto a sus metas generales. son rechazables, para mí, en cuanto su componente ideológico e identitario. No pobreza, educación de calidad, respeto al medio ambiente marino, y al terrestre, y a la diversidad, libertad, igualdad entre sexos, etc. Perfecto. Pero un excelente ripense debe identificarse con la agenda 2030 y sus metas, incluidas las ideológicas: ecofeminismo e ideología de género. Lo contario es negacionismo. De nuevo la identidad y la ideología. Decir que el clima cambia con el tiempo, independientemente de la acción humana, es negacionismo. Decir que existen solo dos sexos es negacionismo. Decir que el capitalismo liberal es un sistema económico adecuado es negacionismo. Aunque afirmar negacionismo en situaciones anteriores estén frontalmente en contra de la razón y la ciencia. A mi juicio el problema de la cultura woke es su matiz identitario-ideológico en cuanto discriminatorio, y en ocasiones irracional (en el sentido de negar la razón más evidente). O estás conmigo, o estás contra mí. Reflexionen si todas estas cosas no ocurren en Rivas.
Así que la pasada de frenada, el buenismo de la cultura woke trae consigo peligros muy significativos. No soy muy amigo de la guillotina que trajo la Revolución francesa. Pero afirmo detectar una revolución científica en el ámbito de la sociológica. Un cambio de paradigma científico (Khuhn, 1987):
- La libertad ha muerto frente identidad.
- La igual ha muerto frente a la equidad.
- La fraternidad ha muerto frente a la justicia social.
De todo ello Rivas es muestra. Algunos columnistas en esta revista se han llegado a preguntar qué pasa en Rivas. Ya no somos todos de izquierda. Peligro: existe la diversidad ideológica. No se identifican con “nosotros”. No son resilientes ante la derecha. Creen en la igualdad ante que en la equidad. No participan de nuestra idea de Justicia Social. Quizá esa sea la respuesta. La humanidad suele tener movimientos pendulares. ¡Que viene la ultraderecha fascista! Y ¿no es tan peligroso que venga la ultraizquierda comunista?
Pero tranquilos, esto no ocurrirá. ¡No pasarán! Afortunadamente en Rivas somos culturalmente woke defendiendo nuestra ¡Aldea Gala!.
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