Sirva esta introducción para entender el por qué VOX de Rivas-Vaciamadrid acudimos a los tribunales de justicia para denunciar actos que consideramos ilícitos: porque si no estamos nosotros nadie lo denunciaría.

El gobierno local reinterpreta las normas en función de cómo les viene en gana quitando derechos a la oposición, limitando tus servicios públicos si no eres de su cuerda y premiando a sus corifeos con suculentos contratos. Y esto sólo por nombrar algunas cosas. Y es que entienden que tienen demasiado en juego y no pueden permitirse perder el poder. Por si acaso, harán lo posible por ir recolocando con sueldos seguros a sus partidarios -el tristemente célebre enchufismo de Rivas-Vaciamadrid- y, si fuera necesario, se asegurarían un plan alternativo si hubiera que convencer a voluntades débiles necesitadas de progreso. Y por eso seguiremos denunciando.

Porque esta ausencia de ética y estética es, a mi entender, el mayor problema que tenemos en nuestra ciudad. Un gobierno con este tipo de prácticas entorpece la inversión y genera barreras al progreso (encarecimiento de la vivienda, impedimentos para creación de empleo), necesita de tus impuestos porque la casta/caspa necesita más recursos para su grupo privilegiado (a golpe de subvención), retrae recursos de todos para el disfrute de unos pocos (bus-escolar selectivo) e impone formas de vida sólo porque a algunos les viene bien (carril-bici) o pueden progresar adecuadamente (contratos por afinidad política). Y tú, querido vecino ripense, estás pagando la fiesta a unos pocos. Langostinos y brilli-brilli que no les falten, pero a tu costa.

Como hago siempre, ofrezco algunos datos para llegar a algunas conclusiones:

• Hace algo más de un año las encuestas no pintaban bien para el bloque de ultraizquierda, aunque finalmente pudieron gobernar con una coalición radical frente al vencedor de las elecciones.

• La concejal número dos de Vox en el anterior mandato repitió puesto y mostró públicamente su malestar por no ser la elegida por el partido para liderar el proyecto.

• El gobierno local aprobó un reglamento orgánico que lamina la labor de la oposición, eliminando recursos torticeramente y limitando nuestras propuestas. Como ejemplo, sólo puede haber una única moción por pleno ordinario, independientemente del número de concejales. El resto, no se pueden debatir y mucho cuidado si repreguntas (porque no han respondido a lo que la oposición preguntaba), la censura te cierra el micrófono.

• La concejal número dos de Vox, el pasado mes de febrero, se constituía como concejal no-adscrita, lo que se conoce como “tránsfuga”. Con gran acierto, la portavoz del Grupo Popular afirmaba en ese pleno: “Tránsfuga y traidora … esperamos que no quiera cobrar un sueldo”.

• El pasado mes de julio, el gobierno local comunista premiaba a la concejal tránsfuga con la vicepresidencia de la Comisión Especial de Vigilancia de la Contratación con una asignación económica de más de dos mil euros mensuales compatibles con su actividad profesional actual.

Para sacar conclusiones voy a lanzar al aire algunas preguntas que los vecinos en este mes de agosto me han ido planteando:

• ¿Es posible que el actual gobierno local viera peligrar su posición antes de las pasadas elecciones locales y buscara fórmulas alternativas para mantenerse en el poder?

• ¿Es posible que la anterior concejal de Vox sea una víctima que, necesitada de recursos para prosperar, fuera fácil de encandilar para que a la izquierda no le hubiera faltado el voto necesario para seguir gobernando?

• ¿Es posible que el gobierno local tenga falta de valores y gestione los recursos en función de sus únicos intereses y los de sus adláteres, y no de los tuyos?

Querido ripense, si has obtenido tres respuestas afirmativas, sólo me queda preguntarte: ¿por qué premiaría el gobierno local a una tránsfuga saltándose el Pacto Antitransfuguismo y la legislación vigente? A esto, la respuesta es sólo una: pacta sunt servanda (los pactos deben cumplirse) mientras asumen que pueden hacer lo que quieran porque nadie lo va a denunciar y todo quedaría en una queja en un pleno.

Pero se han encontrado con una piedra en el camino: Vox no está libre de manzanas podridas, pero las sacamos del cesto y analizamos qué o quién la envenenó. Y no nos equivoquemos: la manzana podrida es la víctima, pero hay que buscar al autor. O autora.

El informe de la universidad terminaba afirmando que la forma de combatir la corrupción, física o ética, es crear nuevos escenarios o mercados en donde esta corrupción no tenga cabida porque el riesgo del reproche social y/o legal sea más alto que el beneficio. Por eso no nos quedaremos sólo en una pataleta en una única intervención en el pleno. Y podremos fallar en el reproche legal, pero con seguridad que no fallaremos en el social. Para eso nos han puesto ahí los vecinos de Rivas.

Mi última pregunta, retórica, es: ¿es este gobierno llevado por la pereza y la codicia el apropiado para crear ese escenario? Lo veremos en los próximos meses, pero no pinta bien.