Un grupo de 10 nadadores y nadadoras del equipo máster de la A.D. Rivas Natación afrontará en la primera quincena de septiembre el reto más popular y prestigioso de cuantos se pueden afrontar en España en lo que respecta a la natación en aguas abiertas: cruzar el estrecho de Gibraltar. 

Marina, Lola, Ángel, María José, Ignacio, Fernando, Sandro, Guillermo, Alfonso y Curro son diez vecinos de Rivas Vaciamadrid con una pasión en común: la natación en aguas abiertas. Todos ellos tienen entre 51 y 62 años —Lola es la más veterana— y forman parte del equipo máster de la A.D. Rivas Natación. Los diez, con numerosas pruebas de la Federación Madrileña y de la Federación Española de Natación a sus espaldas, están a punto de afrontar el reto de cruzar a nado el estrecho de Gibraltar.

El grupo de nadadores y nadadoras ripenses tiene todo preparado para llegar a Tarifa el 3 de septiembre. Desde la isla de esta localidad gaditana partirán en tres grupos diferentes —un grupo cruzará el estrecho por relevos, y dos lo harán en grupo, completando la distancia completa todos los miembros del grupo— cuando el tiempo lo permita, siempre antes del 14 de septiembre, plazo asignado para su travesía por la organización de este reto acuático, a cargo de la asociación Cruce del Estrecho.

Curro, en nombre del grupo, ha atendido a Diario de Rivas en los días previos a la salida del grupo hacia Tarifa. “Llevamos unos años participando en travesías y pruebas de aguas abiertas, como la Copa de España, tenemos un grupo con mucha afición y hace 5 años, antes de la pandemia, nos planteamos la idea de cruzar el Estrecho, que en el mundo de las aguas abiertas es una prueba muy simbólica, que da mucho caché por lo que supone, cubrir la distancia entre dos continentes a nado y con la dificultad añadida de las corrientes del Estrecho”, explica el nadador ripense de 61 años. 

Los diez vecinos de Rivas han tenido que esperar un lustro para afrontar el reto de cruzar el Estrecho por distintos factores: “la lista de espera está en dos años y medio para hacer la travesía por la gran demanda que tiene a nacional e internacional, y a eso se suma la pandemia y los problemas con Marruecos con permisos, pero por fin tenemos nuestro hueco”, cuenta Curro. 

El nadador de la A.D. Rivas reconoce que el grupo está nervioso pero muy ilusionado al mismo tiempo. “Por encima de todo sentimos mucha ilusión pero nervios siempre hay por las muchas dudas y la incertidumbre de lo que supone una travesía como esta”, dice. “Hay noches que me despierto pensando en algunos detalles”, reconoce Curro. 

Tres de los miembros del grupo de nadadores y nadadoras de Rivas —Marina, Lola y Ángel— cruzarán el estrecho por relevos: el formato consiste en hacer tiradas de al menos 30 minutos mientras los compañeros descansan en un bote que acompaña a la expedición, y siempre tiene que haber al menos una persona en el agua. “Los últimos metros dejan que todos los miembros del grupo los recorran juntos a nada”, puntualiza Curro, que formará parte del grupo que hará la travesía a un ritmo más alto de los dos han optado por completar todos los miembros del mismo la distancia completa de la travesía. “La organización exige que, por seguridad, los grupos sean reducidos, y además, te pide acreditar un ritmo de nado, por eso vamos separados”, explica el nadador ripense, cuyo objetivo es completar el reto en un tiempo sobre las 4 horas. “Bajar de 4 horas sería un éxito porque lo vamos a hacer sin neopreno, que siempre es más complicado”, reconoce. 

Hay que tener en cuenta que la distancia que separa la isla de Tarifa de la Punta Fires, el punto en Marruecos en el que suele terminar el cruce a nado del estrecho de Gibraltar —puede variar en función de las condiciones meteorológicas— es superior a los 15 kilómetros. “Poder afrontar este reto lleva consigo mucho trabajo y muchos entrenamientos detrás”, subraya Curro, que, como sus compañeros de expedición, entrena entre 5 y 6 días por semana en la piscina. “Damos prioridad al fondo, y hacemos tiradas que pueden ir desde los 4.000 metros a los 8.000 metros en función del entrenamiento”, comenta Curro.

Los diez nadadores de Rivas han preparado la temporada de la forma habitual, con la vista puesta en sus competiciones, pero Curro reconoce que han añadido preparación específica durante los tres meses previos al cruce del estrecho de Gibraltar. Por ejemplo, han aprovechado algunas competiciones veraniegas por España para ponerse a punto para su gran objetivo. “Hemos tenido unas vacaciones deportivas, aprovechando para disfrutar con la familia de los sitios donde hemos ido a nadar”, relata Curro. 

Para el nadador ripense, cruzar el estrecho de Gibraltar supone un aliciente por “la gran carga simbólica” que tiene este hito, y también “una oportunidad para probarnos a nosotros mismos”, añade. Pero, además, es también una ocasión para dar visibilidad al trabajo que hace Brazadas por Sonrisas, una ONG de Arganda del Rey centrada en impulsar la investigación del cáncer infantil con la que colabora este grupo de nadadores y nadadoras de Rivas. “Colaboramos de forma activa con Brazadas con Sonrisas y queremos dar visibilidad a su causa y su trabajo aprovechando este reto de cruzar el estrecho de Gibraltar”, afirma Curro.