¿Te parece interesante? ¡Compártelo!
Eliana Palacios

Eliana Palacios Albornoz

Portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Queridos ripenses,

Quiero hablarles en esta ocasión sobre la limpieza de nuestras calles y algunas mejoras que desde Vox hemos solicitado sin éxito. Paso a enumerar, como siempre, algunos datos que pueden ser de interés para poner este artículo en contexto.

1.- Hace unos meses el gobierno de Coslada (PSOE/Mas Madrid/Podemos) ampliaba el número de contenedores de basura soterrados afirmando que “Entre los objetivos del soterramiento se encuentran la eliminación de malos olores, la reducción de la ocupación del espacio público y la mejora del aspecto de las vías urbanas, así como la optimización de las campañas de recogida y reciclaje”.

2.- Hace un año Tres Cantos (PP) culminaba el soterramiento de todos los contenedores, afirmando su alcalde que “Con esta medida, seguimos construyendo localidades sostenibles, respetuosas con el medio ambiente, al tiempo que contribuimos a embellecer el municipio, introduciendo elementos urbanos modernos y menos invasivos sobre las aceras”

3.- Hace un año el PP de Arganda recogía firmas contra la eliminación de los contenedores soterrados. En la campaña, los populares argandeños explicaban que “hace más de 20 años que Arganda del Rey soterró los contenedores de toda la ciudad y ahora el Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, ha decidido volver atrás”.

4.- Hace 19 años, el entonces gobierno local de Rivas (IU), hacía una prueba piloto con dos islas, una junto al centro comercial Santa Mónica y otra en Covibar, que dos años más tarde desmontaron.

Hasta aquí algunos datos refiriéndome sólo a algunos municipios de la comunidad de Madrid. Permítanme ahora hacer mi valoración.

Este ayuntamiento tiene talento y recursos técnicos suficientes para evaluar si el soterramiento de los contenedores, con claro impacto positivo visual y de limpieza en nuestras calles, es aconsejable o no. Y eso es exactamente lo que Vox solicitó en el pleno de enero: a) estudiar el actual mapa de contenedores de residuos urbanos por parte de los técnicos del Ayuntamiento de Rivas para analizar la viabilidad de su soterramiento, y b) instalar los nuevos contenedores soterrados donde se haya identificado la viabilidad técnica.

Ningún grupo apoyó la propuesta.

Pero aquí y ahora, ni voy a hablar sobre las bondades, ventajas o inconvenientes, ni voy a pedir al resto de grupos políticos que se pregunten qué se ha hecho mal para que en otros municipios tenga éxito y aquí no, o si saben lo que las técnicas de soterramiento y los tipos de contenedores han mejorado en veinte años. Más bien me centraré en algo más profundo que afloró en ese debate y que es el auténtico lastre de la política local: lo que mueve a cada grupo político. De otra manera, los intereses que se mueven entre bambalinas.

El gobierno local y sus socios dicen que ya se probó y no fue lo apropiado porque generó más olores y suciedad y que, de proceder con el soterramiento, el modelo de Rivamadrid tendría que profesionalizarse, perder componente político y supondría una gran inversión. Con otras palabras, y quitando los fuegos de artificio, rechazan la posibilidad de instalarlo porque afectaría a su modelo de gestión del personal en las empresas públicas. ¿Lógico? En su esquema mental donde lo más importante son los dogmas frente al bien común, pues sí, es lógico. ¿Razonable? Decidan ustedes.

Por parte del PP, su argumentario para no apoyar fue algo sórdido: básicamente no lo aprueban porque, según ellos, es un modelo de gestión que no funciona, está obsoleto y, para más castigo, lo propongo yo. ¿Sorprendente? No tanto.

Nuestra propuesta no tenía componente política ni ideológica y otros municipios, con Madrid a la cabeza, están implantando este modelo con éxito y con independencia de quien gobierne, pero sirvió para saber dónde estamos cada uno.

Para el gobierno local, Vox representa el incordio del que no se calla, que les obliga a debatir otra vez sobre aspectos que su disidencia controlada en la oposición ya había comprado, sin oposición. Pero Vox somos diferentes. Y quiero dejar claro que el gobierno local tiene derecho a defender su postura, tienen el apoyo de los ripenses, tanto derecho como Vox tiene también a abrir debates.

En cuanto al grupo popular, esto es harina de otro costal. Se le atribuye a Napoleón aquello de que no hay que interrumpir al enemigo cuando se equivoca, pero como no considero al grupo popular un enemigo, me permitiré recomendarle corregir su actitud. Para ellos, Vox representamos ese pepito grillo que les dice constantemente que ese no es el camino, que si bien el compadreo con el gobierno local les ha reportado beneficios y recursos por encima de los que les correspondería, éstos sólo sirven para aumentar su ego y comprar su complacencia, que la tutela ejercida por la prensa afín del régimen solo sirve para que sean considerados disidencia controlada, que cuando se coordinan con la izquierda se mimetizan con ellos dejándonos como única oposición, que cuando se dedican a hacer oposición a Vox les están haciendo el trabajo sucio al propio gobierno local y que, si continúan subidos al carro del oportunismo, Rivas-Vaciamadrid seguirá perdiendo la oportunidad de mejorar de verdad.

Espero que podamos volver a debatir sobre lo positivo del soterramiento de los contenedores.
Rivas-Vaciamadrid es una gran ciudad ¿se lo imaginan si estuviera bien gestionada?

Un abrazo a todos.

¿Te parece interesante? ¡Compártelo!