Cierra la panadería Arte & Sano del barrio de Covibar (foto: Jaime Moya)

El obrador Arte&Sano de Covibar ha cerrado sus puertas tras 30 años de servicio, los once últimos a cargo de sus actuales propietarios. Se trata de uno de los locales más longevos y emblemáticos de Rivas Vaciamadrid, que hace unos días ha cerrado sus puertas de su local en la plaza de Madrid.

Eduardo Fuentes fue, hasta el pasado viernes, el dueño del obrador Arte&Sano de Rivas, el que, para muchos ripenses, era uno de los establecimientos panaderos de mayor calidad de la ciudad. Eduardo ha atendido al Diario de Rivas y ha compartido su tristeza por el cierre de un negocio al que ha dedicado mucho trabajo y cariño.

Once años después de que Eduardo cogiera las riendas de un negocio que, en total, suma más de tres décadas de vida, ha tomado la decisión de bajar la persiana. Una determinación que, asegura, no tiene motivos económicos: “Las ventas siempre han ido bien, no es un problema de solvencia”, explica.

El pasado viernes, un cartel junto a la entrada anunciaba el fin de la actividad el pasado viernes y agradecía a los clientes la confianza depositada en el negocio. Durante los últimos días de funcionamiento, cada comprador que entraba en el establecimiento repetía las mismas preguntas: “¿Qué ha pasado?”, “¿Dónde voy a comprar ahora con esta calidad?”, pero, sobre todo, ¿Cuándo y dónde volvéis a abrir?

Cierra la panadería Arte & Sano del barrio de Covibar (foto: Jaime Moya)

Eduardo asegura que este cierre tan solo es un alto en el camino. “Ya estamos trabajando para tratar de volver en los próximos meses“, afirma. Aún no puede comunicar el nuevo emplazamiento ni el momento de la reapertura, pero le gustaría “volver a Covibar.” “Se lo debemos todo a este barrio”, asegura.

“Casi lloro cuando me he enterado”, proclamaba una clienta con las manos llenas de pan y dulces de la panadería. “He venido a hacer una compra grande, porque no sé cuando volveré a poder comprar aquí”, relataba. “Cojo aquí el pan, cada día, desde hace más de 10 años. No hay otro igual en Rivas”, aseguraba otro comprador.

Un conflicto con la vecindad

A pesar del buen funcionamiento del negocio y de la fidelidad de sus clientes, Eduardo dice que se ha visto “obligado a cerrar”. Asegura que la responsabilidad principal la tiene un ascensor. Un elevador que quieren instalar los vecinos del número 10 de la Plaza de Madrid, con los que la panadería comparte edificio.

“El conflicto surge con la posible instalación del ascensor”, cuenta Eduardo. “La obra afectaría al negocio y nos obligaría a cerrar por completo durante un largo periodo de tiempo, además implica las correspondientes inspecciones, que no nos garantizan la reapertura”, asegura.

Interior del obrador Arte & Sano (foto: Jaime Moya)

Eduardo afirma “comprender” a los vecinos, pero lamenta que no se haya podido llegar a un acuerdo. “Tienen todo el derecho a instalar el ascensor en su bloque de viviendas, lo entendemos perfectamente”, agrega.

El dueño también refiere la existencia de denuncias por ruidos y humos por parte de los vecinos, “posteriores al conflicto con el ascensor”, y asegura que su subsanación requiere “una importante inversión por su parte”.

Este diario también ha hablado con los vecinos implicados, que insisten en que el ascensor y las denuncias por ruidos y humo son “dos asuntos completamente diferentes, sin ningún tipo de relación entre sí”.

El local echa el cierre después de 30 años de funcionamiento (foto: Jaime Moya)

Varios vecinos, han explicado que ellos no tenían “ninguna intención de hacer cerrar el local”, sino tan solo de “preservar la seguridad de los vecinos”. Cuentan que la madrugada del 5 de mayo de este mismo año “se produjo un corte de luz en el edificio, acompañado de humo”. “Es un tema de seguridad, porque además de los constantes ruidos, hemos tenido que soportar un conato de incendio”, afirman.

Asegura que ese es el motivo por el acudieron al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid. “Lo único que hicimos es solicitar una inspección por nuestra seguridad”, afirman. Los vecinos se muestran contundentes: “Nosotros no tenemos poder para cerrar un local, si se va es por algo, nosotros no le hemos echado“, aseguran.

Fuentes municipales confirman la existencia de dichas reclamaciones por parte de la comunidad de propietarios del edificio. Explican que, ante la denuncia, los servicios técnicos del Ayuntamiento realizaron una inspección y comunicaron al local la necesidad de acometer una serie de adaptaciones en su licencia de actividad. En estos casos, el Consistorio pone un plazo para realizar las modificaciones, pero “es el local el que decide si realizarlas, para poder continuar con su actividad, o no hacerlo”, concluyen.

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