Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, adscritos a la comisaría de Coslada y San Fernando de Henares, impidieron este pasado lunes con su rápida intervención la muerte de un ciudadano de origen asiático que trataba de generar un incendio en el interior de su vehículo en una calle de Rivas.

Los agentes, que se encontraban fuera de servicio, forman parte del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la citada comisaría y se toparon de forma fortuita con el suceso hacia las 13:00 horas de este lunes en la calle Juan Antonio Bardem de la localidad ripense, muy próxima a su domicilio.

Tal y como ha podido saber Diario de Rivas, los funcionarios se percataron de la actitud sospechosa de un hombre que se tambaleaba y que trataba de introducir en el maletero de su vehículo dos recipientes con brasas ardiendo.

A continuación, el hombre se subió a su coche e inició la marcha, golpeando a otro vehículo que permanecía estacionado y tratando de volver a iniciar su camino a gran velocidad. En ese momento, los dos agentes decidieron intervenir para detener el vehículo e impedir que llegase a la avenida Ramón y Cajal, con el consiguiente riesgo para la seguridad vial.

La colaboración de una vecina que situó su propio vehículo en mitad de la calle para impedir que el hombre pudiera seguir avanzado fue también clave para que la intervención se saldara con éxito.

Uno de los policías se acercó entonces a la ventanilla del conductor y, tras identificarse, le pidió que saliese del coche, a lo que el hombre se negó e intentó nuevamente iniciar la marcha pese a las indicaciones del agente.

Mientras tanto, el humo ya llenaba por completo el habitáculo y el conductor daba claras muestras de somnolencia, por lo que los dos agentes, después de avisar al 092 y al 112, lograron finalmente acceder al interior del coche por la puerta del copiloto y sacarle a la fuerza. Una vez en el exterior, dijo que “no quería vivir”. Poco después de desplomó en el suelo y comenzó a vomitar sangre.

Los dos funcionarios del CNP, poniendo en riesgo su propia integridad, extrajeron las brasas del maletero del coche, que ya se encontraba parcialmente en llamas, y evitaron de este modo que se pudiera provocar una explosión o un incendio de mayores dimensiones.

La principal hipótesis que se maneja es que el hombre trataba de desplazarse a algún otro lugar de la localidad para tener una ‘muerte dulce’ como consecuencia de la combustión y la generación de humo en el interior del habitáculo, si bien la rápida intervención de estos dos agentes francos de servicio no solo le salvó la vida, sino que también impidió una tragedia que podría haber sido mucho mayor.