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Sesión de adiestramiento de perros. Proyecto 'Perrutis'. Autor: Rafa Lis.

Sesión de adiestramiento de perros. Proyecto ‘Perrutis’. Autor: Rafa Lis.

Varios profesionales del trabajo con animales y jóvenes han puesto en marcha en Rivas Vaciamadrid, con el apoyo de la Asociación de Guías Caninos Policías Locales de España, el Grupo de Adiestramiento Canino ‘Los Perrutis. Se trata de un proyecto pionero en España que separa a adolescentes de malos hábitos como el alcohol o las drogas, a través del adiestramiento de perros.

Casi una treintena de jóvenes y perros forman un círculo dentro de la instalación municipal para perros de la avenida Primero de Mayo. En el centro, un policía les insta a recoger excrementos caninos que han ensuciado el espacio de ejercicio de los animales. Luego, un adiestrador les explica cómo dialogar con el perro. Es un sábado por la mañana. Mientras otros chavales están durmiendo después de salir hasta las tantas, estos no faltan a su cita.

«Trabajamos la relación entre el adolescente y el perro como un método de deshabituación del alcohol o las drogas. Fortalecemos el vínculo entre ambos y logramos que los chicos y chicas adquieran valores y responsabilidad gracias a este aprendizaje«, explica David Valera, cofundador de esta actividad. ‘Perrutis’ surgió en octubre de 2016 de la mano de Valera y Carlos Pascual, dos policías de la Unidad Canina de la Policía Local de Rivas que, a título particular, desarrollaron una actividad gratuita y voluntaria ante la demanda de algunos padres de los adolescentes del municipio de soluciones para alejar a sus hijos del ocio negativo. Pronto se unieron a ellos Carlos Magariños, adiestrador profesional de perros, y Emilio Ortiz, exterapeuta de Proyecto Hombre y manager musical que ha trabajado con bandas de la talla de Amparanoia, Dani Martín o Mago de Oz.

En apenas seis meses, han pasado de comenzar con dos chicos a contar con más de treinta apuntados, que acuden a los encuentros de fin de semana de ‘Perrutis’. Esther, una de las madres cuyo hijo participa en el proyecto desde el principio, asegura que funciona. «Mi hijo está más centrado y es más responsable. Me ha reconocido que hacía botellón porque se aburría y no encontraba alternativas para divertirse en su tiempo libre con los amigos. Ahora, el perro ha pasado de ser una obligación a ser un compañero y un placer, y busca otras formas de ocio», comenta.

‘Perrutis’ es una actividad gratuita y de iniciativa ciudadana, aunque sus creadores quieren que se convierta en una alternativa municipal al proceso coercitivo que suponen las multas. Para participar en ‘Perrutis’ hay que trabajárselo. No vale solo con llevar al perro para que te enseñen, porque todo es a cambio de algo. Los participantes tienen que acudir a charlas de prevención, conocer los detalles de la ordenanza de adiestramiento y tenencia de animales de Rivas, y realizar los ejercicios que les proponen los profesionales (tienen hasta un grupo de Whatsapp en el que muestran los vídeos de cómo están progresando con sus animales). No es un proyecto para chavales pillados ‘in fraganti’; ahí nadie está señalado por las infracciones. Participan todos como una labor de prevención, «nunca de estigmatización». Además, está abierto también a familias que no tienen mascota, pues tienen contacto con el centro de Los Cantiles y asociaciones animalistas para facilitar que los chicos y chicas puedan trabajar con perros, una medida que promueve la acogida entre la juventud ripense.

Liderazgo positivo

«Hemos comprobado que el proyecto permite a los participantes adoptar roles positivos como valores de respeto por la naturaleza, compromiso social, refuerzo del liderazgo positivo, cambio de percepción de la actividad policial, incremento del círculo de amistades sanas o reducción del acoso escolar, entre otros aspectos. Se les da una alternativa porque los propios adolescentes ven que obtienen un éxito rápido con el animal, obteniendo un vínculo y una responsabilidad hacia los mismos. Se sienten más seguros de sí mismos y pueden demostrar que ellos también son capaces de enseñar y de aportar algo nuevo a sus padres«, continúa Valera.

«El cambio es impresionante, porque se trabaja sobre la sensibilidad del adolescente y del animal. Cada uno tiene su personalidad, pero buscan esa colaboración, aunque hay que trabajarla todos los días, porque los perros no mienten. Hemos conseguido promover de esta manera un espíritu de sacrificio, de continuidad y de trabajo bien hecho«, agrega Magariños.

Por si fuera poco, ‘Perrutis’ pone las bases de un compromiso social posterior. Varios de los participantes se han interesado por la labor de diversas ONG y de otras alternativas de ocio. Ortiz, que ha sido terapeuta de Proyecto Hombre en distintos programas de la organización durante más de una década, cumple la labor de correa de transmisión con esa realidad. «Estuve enganchado a las drogas y las dejé. Hice mucho daño a mi familia y entorno y vi cómo a la mayoría de mis amigos se los llevaba por delante la droga. Intento motivar con mi ejemplo y participo en proyectos como este que inculcan valores de respeto, continuidad y responsabilidad. Son valores que son positivos, pero que no salen en la televisión. Hay que ofrecer a los jóvenes puntos de referencia y enseñarles las dos caras de la moneda para que no les engañen con los estupefacientes. Mi gancho es el mundo de la música, donde hay drogas, como en cualquier otro trabajo, pero donde la mayoría de profesionales se cuida mucho para poder dar un buen espectáculo», concreta.

De momento, ‘Perrutis’ está pensado para prolongarse hasta finales del curso escolar, pero sus promotores barajan la idea de que tenga continuidad. Sobre todo, si contara con apoyo público. Para ello, ya se ha presentado un plan al Ayuntamiento para su incorporación a las actividades juveniles del municipio. Varias organizaciones de guías caninos de toda España se han interesado en el proyecto para desarrollar nuevos grupos de adiestradores adolescentes como el ripense.

 

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