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OPINIÓN

Francisco Gallardo

Francisco Gallardo

Concejal del PP en el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid

Nuestra querida Celia Cruz cantaba: «La vida es un carnaval… y las penas se van cantando». El pasado Pleno municipal de Rivas, tu ciudad, fue el más claro ejemplo de ese carnaval… Una vez más, hubo que soportar que la realidad superase a la ficción; una vez más, el carnaval rojo (IU, PSOE y Podemos) de Rivas escenificó una triste murga de ‘mociones’ ataques —en este rebrote de pandemia— a la Comunidad de Madrid, que ahora resulta que va a ser, casi casi, quien desarrolló este virus en algún laboratorio clandestino de la calle Génova. ¡Qué forma de retorcer la realidad, qué casposa manipulación, qué falta de seriedad y rigor, con la que está cayendo, Dios mío!

La lealtad que en los meses de marzo, abril y mayo pedían desde Podemos y PSOE para combatir una pandemia que afectaba a todos ha muerto. Ese frente común, que se suponía que debíamos tener en pro de un único objetivo, acabar con el COVID, falleció aún más rápido que los propios casos de familiares perdidos por este fatal bicho. Y que, por cierto, de los que ya nadie habla, ni se recuerdan en la escena pública ni política del PSOE, ni Podemos.

Antes del verano, a la vez que el propio presidente del Gobierno nos instaba a relajarnos y poder disfrutar de nuestro país (algo que él mismo, posteriormente, nos recriminaba con un moreno que ni el mejor modelo de ‘Solmanía’), se marcaba una ‘maquiavélica’ estrategia desde Moncloa, un claro cambio de rumbo: que cada Comunidad asumiera y combatiera esto por su cuenta. Nuestro autóctono Poncio Pilato, el señor Pedro Sánchez, lavándose las manos, trasladó sus responsabilidades, sus obligaciones —en su enésimo truco de titiritero, hay que reconocer que es un artista del escapismo— a las comunidades autónomas… Tela. Ahora resulta que sus ‘alós presidentes’ dominicales, donde nos hablaba de guerra hasta la saciedad, hemos de combatirla desde agosto sacando, cada región, sus tanques. El centrismo en esta catástrofe sin parangón ya no existe. Los focos, desde Ferraz y el chalet de Galapagar, se dirigen a las comunidades según sus siglas.

Trasladadas esas responsabilidades, ahora no existe la lealtad: la unidad, el sumar el hombro o estar todos a una. Trasladada la ‘patata’ al otro tejado en un torticero ejercicio de irresponsabilidad gubernamental que será recordado en la historia (uy, no, perdón, no se recordará porque los cronistas son de la misma línea ideológica), es momento de la presión social, de la crítica, del ataque a los partidos opuestos. La unidad y el objetivo común para el fin de algo que nos roba vidas ha cambiado, y ahora resulta que los confinamientos, si son practicados por el PSOE o Podemos, son por el bien de la población, en defensa de la salud; y, si son llevados a cabo por PP o Ciudadanos, se les tacha de clasistas, sectarios e incluso racistas, como así dijo la portavoz de Izquierda Unida de Rivas en el pasado Pleno.

Pero volvamos a Rivas. Volvamos a ver cómo tu Ayuntamiento, mejor dicho: IU, Podemos y PSOE, han rechazado analizar nuestras aguas residuales en colegios y residencias de mayores, siendo esta una rápida y eficaz medida preventiva y de salud para un mejor combate y más rápida reacción ante posibles casos y, por otra parte, tienen el poco decoro de aglutinar las ampas al falso grito (y lo saben) de que la Comunidad escatima recursos a los colegios, cuando no puede haber una mayor inversión y más amplia propuesta de refuerzo desde la región para todos los ayuntamientos en materia educacional.

Sigamos viendo cómo se desestiman medidas planteadas por el PP y Ciudadanos para paliar los efectos del COVID en nuestra ciudad, Rivas, puesto que se considera un gasto de 3.500 euros como no prioritario y, sin embargo, en el Pleno anterior IU, PSOE y Podemos destinaron más de 120.000 euros en ayudas para cooperación internacional en su tan querida Palestina, a pesar de la gravísima situación con la que nos está azotando esta crisis. Ese mismo Pleno que se dotaba de esa misma cantidad de dinero para ayudar a empresas y autónomos, sí, sí, rásquense los ojos.

Pero el problema, querido vecino, es que en tu ciudad prima la ideología antes que las vidas o la salud. Prima derrocar al centro derecha, aunque para ello se tenga que jugar y frivolizar en plena pandemia. Prima el seguir atacando a las instituciones, a nuestro orden y sistema democrático porque quien gobierna Rivas es comunista y quieren ya la actualmente nombrada Republiqueta. ¡Ah!, ¿que no? Pues fíjense aquellos, ustedes, lectores que nieguen esto: Pedro del Cura, alcalde de Rivas (en sus redes sociales, échenle un vistazo) apoya y retuitea —al más triste Ministro que hayamos tenido nunca, el señor Garzón— cuando ataca al Rey y la Monarquía con el único afán de salir en los titulares.

Pues nada, así seguimos… rumbo a Venezuela, como sigo vaticinándoles.

 

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