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Despedida de Emilio Ortiz, de Proyecto Perrutis, tras su desahucio

Despedida de Emilio Ortiz, de Proyecto Perrutis, tras su desahucio (©Diario de Rivas)

El pasado miércoles, después de varios años de lucha, Emilio Ortiz, el fundador de Proyecto Perrutis, fue desahuciado de su vivienda en Rivas Vaciamadrid. Un grupo de jóvenes de la autodenominada ‘Agrupación Perrutis Padawan’ le han rendido homenaje este viernes, junto a amigos y conocidos, en su ‘rincón favorito’, la terraza de Rivas pueblo donde cada día, desde hace años, atiende a adolescentes de la ciudad para ayudarles a mantenerse lejos de las drogas.

Ortiz ha perdido su batalla contra el fondo buitre. «Una casa es más que cuatro paredes, es un hogar. Y no entiendo este sistema, no entiendo a la clase política que promete pero no cumple. La cuestión es que llegó el momento, y tuvimos que marcharnos», lamenta. Tampoco entiende «que te desahucien entre risas, hablando de fútbol, sin un mínimo de empatía con la familia que ya no va a volver a entrar en su hogar, y se merece un respeto. Estábamos alucinando. Y para mí esto es el sistema capitalista, un sistema en el que solo importa el poder y se pisa a quien haga falta», relata, rodeado de jóvenes en su ‘segundo hogar’, la terraza de Rivas pueblo en la que desde hace años atiende a adolescentes y familias de todo el municipio.

Hasta allí se han desplazado este viernes sus ‘padawans’ para rendirle un improvisado homenaje: «Rivas sin ti nunca será lo mismo», reza el cartel con el que se ha fotografiado el grupo. Después, cafés, aperitivos y charlas sobre el futuro de Perrutis, de la prevención del consumo de drogas y del propio Emilio. Y, como suele ser habitual allí donde está él, la conversación deriva en una puesta en común de experiencias duras en torno a las adicciones.

Despedida de Emilio Ortiz, de Proyecto Perrutis, tras su desahucio (©Diario de Rivas)

Despedida de Emilio Ortiz, de Proyecto Perrutis, tras su desahucio (©Diario de Rivas)

Una chica interviene. «Cuando tenía once años, mis padres se separaron y yo perdí el contacto con mi padre. Después supe que tenía problemas con el alcohol. Y con el tiempo me he dado cuenta de que él no era una persona muy equilibrada. Después comprendí que no había sido culpa mía que me abandonara, y también que a veces, estando con él, yo había sufrido maltrato psicológico», narra. Después cuenta que, durante su «época mala», se liaba los porros en clase «para no perder tiempo y tenerlos listos para el recreo. Y una profesora me dijo: ‘que no os pillen’. Incluso llegué a pedirle dinero, y me lo prestó», prosigue. A su lado, otra joven cuenta que, al igual que ella, su padre «fumaba porros, y a veces, cuando yo estaba en brote, él también. Yo lo veía porque sus ojos se ponían totalmente opacos; no era él, y teníamos muchos problemas en casa. Y desde que lo ha dejado, estamos mucho mejor».

Las vivencias se suceden en la conversación. Al hilo, Emilio Ortiz insiste en el «enorme problema» de las drogas y las adicciones, «no solo en Rivas, es verdad, pero hay muchísimo, y es muy grave». «Y lo más grave es que hay adultos, e incluso personas con poder, que normalizan el consumo, que defienden que, ‘total, no pasa nada por fumarse un porro’. Yo insisto en la tolerancia cero: están en pleno desarrollo, se pueden hacer mucho daño, destrozar sus cuerpos y su salud mental, y a sus familias». Asegura Ortiz que, aunque el problema «viene de lejos, ahora, con la pandemia, estoy alucinando. Algunos se fuman el porro de buenos días, otro en el recreo, otro a la hora de comer, otro en la sobremesa, otro por la tarde con los colegas y otro antes de dormir: se van a la cama con seis o siete porros metidos en el cuerpo. Los ‘brotes esquizos’ por drogas están a la orden del día en adolescentes y jóvenes. Hay que parar esto», insiste.

Despedida de Emilio Ortiz, de Proyecto Perrutis, tras su desahucio (©Diario de Rivas)

Despedida de Emilio Ortiz, de Proyecto Perrutis, tras su desahucio (©Diario de Rivas)

Ortiz ha acudido a numerosos centros educativos de la ciudad en los últimos años: el IES Profesor Julio Pérez, Hipatia, Las Lagunas e, incluso, recientemente, el colegio José Iturzaeta, para hablar al alumnado de 6º de Primaria, que pasará al instituto el curso siguiente. Y ya no lo hace solo. Ahora le acompaña la ‘agrupación Perrutis Padawan’, los mismos jóvenes a los que ha ayudado a alejarse de las drogas y que este viernes compartían el ‘aperitivo de despedida’ con él. «Al fin y al cabo, ¿quién mejor que ellos, sus iguales, para contarles de primera mano el peligro que suponen las drogas? Son ellos los que van a continuar con mi labor», apunta. Ellos asienten, pero una joven insiste: «Rivas necesita a Emilio».

Emilio ya se ha mudado, pero no abandona Rivas. «Me siento ripense, qué leches, soy ripense, llevo aquí 37 años desde que mi familia se mudó desde Moratalaz», sentencia mientras se toma algo con su grupo de ‘padawans’. «Lo que ocurre es que no puedo venir todos los días desde Brea de Tajo; es un gasto en gasolina que no me puedo permitir», añade. Pero vendrá. Acudirá a Covibar, al local de Proyecto Perrutis, que continúa funcionando, «y de momento, al IES Profesor Julio Pérez».

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